Habían pasado varios días desde aquél suceso y Verónica casi no estaba en casa pues tenía que estar en planes de preparación para su graduación.Por fin se había graduado, por fin era una profesional y se sentía feliz por ella misma, tanto que se emborrachó aquella noche y despertó en su cama, en su casa, donde no deseaba estar.
Suspiró mientras se levantaba y varios recuerdos abrumaban a la mente de Verónica ese día. Se metió a la ducha pensativa, no recuerda mucho, pero sabe que pasó algo esa noche después de aquella borrachera. Y no era exclusivamente con ella, era con alguien más que conocía.
Se vistió con un conjunto crema al estilo playero, se maquilló de manera natural y peinó su cabello dejándolo lacio.
Bajó las escaleras con lentitud mirando la casa con cautela, no había nadie en la sala y por eso se aventuró a caminar hasta el comedor, abriendo sus puertas.
Miró a tres personas sentadas hablando muy seriamente, cuando escucharon el ruido, miraron hacia allá.
Verónica caminó hasta su silla y miró a los que estaban presentes aquella tarde en el gran comedor. Miró a Eugenio, el abogado de la familia y luego miró a Vera, quién la miraba expectante.
-buenas tardes.- murmuró y notó que la servidumbre no estaba a su alrededor, notando lo raro.
-buenas tardes.- dijeron al unísono.
Verónica se sentó casi a un lado del abogado, y aunque sentía sus miradas encima de ella, todo lo hizo con naturalidad. Llevó el sándwich de jalea a sus dientes y le dio un mordisco comenzando a mirar a todos.
-¿se puede saber qué es lo que pasa?.- preguntó después de haber tragado.
Vera la miró.
-¿no te acuerdas de ayer?.
Verónica la miró con el ceño fruncido y miró hacia otro lado tratando de recordar algo.
-¿qué hay de ayer?.
Se alarmó al pensar en sus primos y abrió sus ojos mirando a su madre.
-Víctor, Violet, ¿están bien?.- la chica no pudo evitar la preocupación en su rostro.
-si, ellos si están bien.
Verónica se relajó en su asiento y pasó una mano por su cabello. Se sintió bien.
-tiene que ver con Samuel Castañeda.
Verónica miró a su madre y no pudo evitar sentirse abrumada, era su amigo y lo conocía hace tiempo.
-¿está bien?.- se sentía estúpida al estar preguntándole tanto, pero no podía evitarlo. Estaba preocupada.
-él está bien.- Alejandro murmuró, Verónica lo miró por primera vez en ese momento.
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Los deseos de Verónica
RomanceLos deseos de Verónica son bastantes peculiares. Al menos desde que se topó frente a frente con el prometido de su madre. Verónica Malone pensó muchas cosas antes de meterse con su futuro padrastro, pero ella tenía deseos demasiados incesantes como...