Has sentido alguna vez que has vivido en una mentira toda tu existencia ?
Pues yo no, realmente me creí el cuento de la familia perfecta, los amigos perfectos, el novio perfecto, el empleo perfecto, la mascota perfecta, el futuro perfecto.
Ahora s...
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Mi cielo, ahora es cuando tu ser se revela, no temas, ten fe en ti-me lo decía de nuevo aquella voz, en la mitad de la oscuridad, otra vez, lo sentí como un dejavú ya que así lo era.
Esto de los desmayos se está volviendo lo mío, pensé, mientras me removía en donde quiera que este, abrí los ojos, y en frente mío, se encontraba Caliopé, sonriendo tanto, que de verla, me dolían los cachetes.
-Hola Lía, como te sientes?- dijo Caliopé mientras me observaba detenidamente.
-Creo que bien - dije a la vez que estiraba mi cuerpo para saber si dolía algo- No, si estoy bien.
-Uff gracias a Draconis!- suspiró y alababa al que creó que se lllama el dragón.
-Porque me había desmayado?- pregunté con cierta incertidumbre.
-Ah, por esto- dijo sacando un espejo y poniéndomelo en frente mío.
-ah si claro, soy una escarcha con forma humana-dije siendo sarcástica desde tiempos memorables, era totalmente diferente, mi cabello era totalmente blanco y a la vez estrellado, con mucha luz, parecía la luna, que irónico y mi cuerpo no era tan brillante, era más como perlado, ademas, mis ojos, eran totalmente blancos y de un momento a otro eran negros, iba a gritar de nuevo, pero esta vez con qué fin lo haría ?, si, esto me abrumaba, demasiado para ser exactos, pero tengo que asimilarlo, tarde que temprano y porque no mejor temprano- pero, que es esto ?- dije interrogativamente a la vez que me enfocaba, que no solo tenía una luna en mi frente, como el resto de las criaturas, si no también el sol.
-Sigillum, así se le dice, todo ser sobre natural tiene uno, los seres como nosotros, hijos del dragón, tenemos la luna, pero tú tienes además el sol, ya que eres una Neferet y aparecerán más con el tiempo- dijo Caliopé explicando lo inexplicable.
Y alguna parte de mi cerebro reacciono.
-Rayos!- grite con los nervios de punta- qué hora es ?- hasta ahora caigo en cuenta, que posiblemente llevo horas en este extraño lugar y mi hermanos me matarán si llego tarde a casa y más aún si saben que me escape.
-No te preocupes, puedes pasar milenios acá y cuando regreses a tu mundo, será al momento exacto en que te traje- decía Caliopé, mientras me ayudaba a ponerme de pie.
-Vale, pero aún así tengo que regresar, necesito un poco de rutina mundana, para calmar mis nervios-dije a la vez que miraba en el lugar donde me encontraba, iba a preguntarle a Caliopé si esa era su casa, pero me tocó y volvimos a tierra.
-Aish el colegio, sabes que Caliopé, cambie de idea, quiero saber más de mi, volvamos a Phoenix- le dije a Caliopé mientras volteaba a verla, pero no la encontré, hasta que la vi a lo lejos volando-oye no!, vuelve !- le gritaba, pero la muy Mucara yo no sé qué, se fue.
Con los alientos por el suelo, regrese al colegio, sabiendo que aún puedo entrar a las otras clases, iba caminando y patiando una lata por el campus en busca del salón, cuando me hablo Alek, estaba tan sumergida en este nuevo mundo, que hasta olvide que tenía novio, que vida la mía.