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(Epílogue)

Pequeñas y dulces gotas golpeaban con suavidad el techo de la casa, luego de la fuerte tormenta que se desató aquella noche. El frío de otoño se colaba por la ventana mal cerrada, cubierta por la cortina de color blanco que es sus puntas escurría agua de las mismas gotas, cuando una brisa traviesa se paseó por las esquinas.

El desorden de ropa, comida y libros, entre otros, rodeaba la cama de plaza y media, donde las sabanas estaban desordenadas así como la persona que dormía entre ellas.

La suave brisa acarició la tersa piel del joven, haciendo que un escalofrío le advirtiera que debía cerrar mejor sus ventanas. El joven se recostó derecho en su cama con frasadas negras, y con lentitud abrió sus ojos,
mirando al techo.

Sus ojos estaban pegados por pequeñas legañas a las que no prestó atención, pues sus sentidos estaban alerta debido a la espantosa experiencia a la que todos llamaban pesadilla.
Sus labios secos fueron humedecidos por su lengua, mientras su cerebro analizaba todo lo que había soñado sin perder ni un solo detalle.

Todo había sido un sueño
¿cierto?

Rápidamente se levantó exaltado
El frío suelo le causó cosquillas en sus pies, pero su angustia era mil veces mas importantes que aquella simple sensación.
Rápidamente corrió hacia su armario, sacó tres prendas y se las colocó con desesperación. Se colocó sus botas especiales de otoño y miró con precisión el objeto en sus manos

La bufanda le traía malos recuerdos,
Pues no podía evitar recordaerla imagen de su amigo con algo alrededor de su cuello

Tiró la prenda a cualquier parte, y sin fijarse ni la hora, salio corriendo camino a la casa de junto, esperanzado.

Al llegar al hogar, tocó la puerta con impaciencia, mientras frotaba sus manos cubiertas por un enorme suéter de lana

La puerta fue lentamente abierta,
La explosión de colores azules que se conectaron con los ojos de Michael le permitieron respirar con tranquilidad de nuevo.

- Uh... Michael, falta mas de hora y media para que vayamos al Instituto, que...?

El de ojos verdes se abalanzó hacia el de ojos azules, sus brazos rodearon su torso con fuerza y su rostro se escondió en su cuello, aspirando el dulce aroma de el suave suéter del rubio

Al principio el de ojos azules estaba rígido, sin tener ni una sola idea de lo que sucedía

¿por que su Mikey había llegado de esa forma a su casa? ¿por que lo estaba abrazando de tan desesperada forma, si se habían visto ayer?

De todas formas, el cosquilleo en el estomago del rubio alejó esos pensamientos, para permitirse corresponder el dulce abrazo con las mejillas rosadas y una linda sonrisa

- soñé algo tan feo, Lukey - el de ojos verdes susurró con suavidad en el cuello de Luke

Lukey

Le había llamado Lukey

- bueno... dejame cerrar la puerta antes de que nos congelemos, y luego me cuentas, ¿te parece? - dijo el rubio mientras acariciaba el cabello rosado de Michael. El asintió y se separó de el, observandolo cerrar la puerta

Contemplaba cada movimiento que el hacia, sus facciones, como si no se las supiera de memoria ya.

No podía creerlo, ¡le habían dado otra oportunidad!

Las mejillas de Luke se encendieron aún mas cuando notó la mirada de su amigo, quien sonreía demasiado feliz. Ambos caminaron hacia el sofá, Luke le tendió una taza de chocolate caliente a Michael y un dulce silencio se instaló en el lugar

El rubio se tomó unos segundos para analizar la vestimenta de el de cabellos rosados, traía puestas unas botas de otoño, unos jeans negros y un enorme suéter blanco, no se había lavado la cara y bajo sus ojos había unas tiernas ojeras. Aunque bueno, todo Michael era cien por ciento tierno. Su cabello estaba despeinado y una ancha sonrisa llena de felicidad adornaba su pálido rostro.

Había olor a galletas, en la televisión se estaba reproduciendo la caricatura favorita de Luke, y la sensación de tener a su amigo frente a el hacia a Michael querer saltar de la alegría

Una tierna risa se le escapó al sonriente de cabellos teñidos de rosa

El de cabellos rubios sonrió ante tal imagen tan tierna, en su estómago revolotearon mariposas, pero aun seguía preguntándose que había sucedido dos minutos atrás 

Michael dejó la taza de lado y volvio a abrazar a su amigo de ojos azules, esta vez con mas cuidado. Sus ojos se cerraron mientras intentaba encontrar las palabras para explicarle a su Lukey lo que había sucedido

- tuve una pesadilla - dijo sin más, y el rubio dejo la taza vacía en la mesilla de café, comenzando a acariciar nuevamente el cabello de Michael

- ¿que sucedió? - su mirada azul contemplaba el redondo y lindo rostro de su amigo, quien tenía sus ojos cerrados y respiraba con suavidad

- algo muy malo, que no permitiré que suceda - los ojos verdes de Michael se abrieron con lentitud, conectándose con los de Luke, estos reflejaban una inmensa culpa y tristeza, que hicieron sentir mal a Luke de alguna manera

- ¿me dirás que fue? - el rubio intentaba sonar lo mas dulce posible, para intentar hacer sentir mejor a Michael

- no quiero hablar de eso - los ojos verdes de Michael se cristalizaron, pero rápidamente los cerró con fuerza y ajustó su abrazo al cuerpo de Luke, recostando su cabeza en su pecho, encontrando allí la calma

"El esta contigo, Michael, lo que pasó fue solo un feo sueño" se dijo a si mismo

- esta bien, entiendo - le dijo un muy sonrojado Luke

- ¿Lukey...? - musitó en un tono bajo en de cabellos rosados

- ¿si, Mikey? - respondió el de cabellos claros como los rayos del sol

- Te quiero tanto Lukey, eres todo para mi, por favor no me dejes nunca - pequeñas lagrimas se formaron en las esquinas de los ojos fuertemente cerrados de Michael

- y-yo... jamás te abandonaria, Mikey - el rubio recostó su cabeza con suavidad sobre la del de cabellos rosados

- ¿lo prometes?

- lo prometo.

THE END

She 💔 Clemmings; Donde viven las historias. Descúbrelo ahora