SECRETO

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Muchas gracias por leer. Antes que nada, este capitulo contiene lemon shota, si no te agrada el shota... no creo que te guste este fic.

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Intuía que algo andaba mal cuando el reloj marcaba las 8:15 am y su nuevo joven amo no bajaba a desayunar. Esperó. Confirmó su presentimiento cuando las manecillas se movieron a las 8:30 am. El pequeño Eddward parecía un reloj suizo, durante su mes de estancia cada mañana sin importar el día, se levantaba a las 8:00 am en punto, sin necesidad de despertadores. Uno de los tantos aspectos que le agradaban de su persona.

Preocupada, subió a su habitación, tocó la puerta y al no recibir respuesta alguna entró esperando lo peor. Su corazón dejó de palpitar velozmente cuando lo observó dormir plácidamente en su cama. Supuso que quizá se trataría de una fiebre o gripa, le tomó la temperatura, pero el aparato marcó 36.5°C. Se le veía normal pero tenía la angustia de que se tratara de alguna enfermedad grave así que intentó despertarlo.

- Joven Eddward, despierte

- Déjalo dormir, solo está cansado - Su taquicardia regresó abruptamente cuando advirtió la presencia del hijo mayor en la puerta de la habitación, mirándola, de nuevo con esos ojos.

- Pero...

- Dormimos tarde por estar jugando, despertará sólo. Sírveme el desayuno, tengo hambre. - Casi podía asegurar que una sonrisa un poco perversa se asomó en el rostro de Kevin cuando pronunció lo anterior.

- Como usted ordene.

Emma Wilson tenía 15 años de ser niñera y durante ese tiempo había convivido con todo tipo de niños acaudalados; por eso cuando se le ofreció la oportunidad de trabajar para Jonathan Graells no se negó. La paga era muy buena, su jefe no caía en el cliché de "esclavizador" y la distancia a su hogar era corta, sus colegas en variadas ocasiones quisieron disuadirla de aceptar siempre con el mismo argumento: "el problema no es el trabajo sino el niño, es muy raro". A Emma le parecía ridículo querer adjudicarle a un simple infante características como: "amenazante" "perturbador" e incluso llegó a escuchar "pervertido", si bien la razón de que los Graells no conservaban por mucho tiempo una trabajadora era precisamente porque sus congéneres no deseaban estar cerca del heredero, ella se tomó eso como un reto personal.

Con pocas semanas cuidándolo, Kevin le parecía más bien alguien introvertido. Cuando no tenía clases extras, la mayor parte del tiempo estaba en su habitación escuchando música y con un letrero de no molestar, no lo tachaba de antisocial porque sabia de sobra la popularidad que tenia en el Instituto, la mujer se llegaba a preguntar si el verdadero problema no seria el padre a quien de vez en cuando veía llegar con diferentes acompañantes femeninas, afortunadamente era su hora de salida y el menor ya dormía.

Emma descubriría, para su horror, que sus compañeras no estaban del todo equivocadas. Una tarde cuando se dedicaba a limpiar el cuarto del pelirrojo, notó un desnivel en el piso de madera del armario, intrigada exploró y se encontró con un compartimento que guardaba a su vez una caja. Estaba por abrirla, cuando sintió un escalofrió recorrerle la nuca. Kevin estaba al lado suyo.

- Eso no esta bien Emma, no debes estar husmeando las cosas de los demás.

- ¡Joven! - Ante el susto, dejó caer la caja que el pelirrojo levantó. Ella tenia 50 años y él solo 10, no entendía como esa mirada podía infundirle tanto temor. Esos no eran los ojos de un niño inocente, había maldad ahí.

- Si ya acabaste te sugiero que salgas de mi habitación.

- Eh... si, joven si me permi...

- No te metas en donde no te llamen Emma. No quiero que esto se repita, supongo que hasta tú sabes que si algo está escondido es porque no cualquiera puede verlo.

Hermano (KEVEDD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora