Capitulo 3

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Aquello era más duro de lo que había pensado. La idea de ver a Yoongi le provocaba un nudo de nervios en el estómago. Se concentró en la carretera y se aferró con fuerza al volante. Antes de tomar el desvío, se detuvo a un lado para controlar su respiración acelerada y el temblor de sus manos, ayudarse el pelo y ponerse un poco de loción.
A lo lejos de distinguía el camino de entrada, tan impoluto como lo recordaba. Baek era ya un anciano, pero mantenía sus costumbres, y confiaba en que la casa y los establos no hubieran cambiado tampoco. Sus recuerdos eran vividos que parecía que solo hubieran pasado meses en vez de años desde la última vez que había estado allí.
Satisfecho con su aspecto, volvió a ponerse en marcha y al poco giro en el camino de entrada. La gravilla crujió bajo los neumáticos y los arbustos se mecieron suavemente contra el metal del vehículo, como si le estuvieran dando la bienvenida. Jimin repito info. un torbellino de emociones lo embargaban. Hasta hacía una semana, no pensaba que volvería a ver aquel sitio otra vez y le agradaba estar de vuelta.
Ante él se alzaba la casa de ladrillo de tres pisos, una bonita residencia tan inmaculada como el acceso. Era una de las casas más bonitas que había visto jamás. Su mirada se posó en el que había sido su rincón favorito de aquella propiedad, los establos en forma de La, a la derecha de la casa.
Aminoró la marcha mientras sin dejar de mirar a su alrededor, a la espera de ver alguna señal de vida. no sé veían caballos, claro que a aquella hora del día era normal. Aparte de un gato estirándose al sol, todo estaba despierto. En parte de alegraba ya que eso le permitiría pasear tranquilamente y pensar en lo que le diría a Yoongi.
Abrió la puerta del coche y salió. Sintió el calor en sus brazos desnudos y se dirigió a los establos, sin dejar de mirar en todas direcciones. Lo que más le gustaba de aquel sitio era la privacidad, puesto que solo uno de los laterales de los establos quedaba visible. Jimin había oído que había menos caballos ahora que Baek estaba enfermo, pero tan pronto como rodeó el edificio se percató de que el número de ejemplares seguía siendo impresionante.
La finca había sido construida para la cría de caballos y para jugar polo. A lo largo de los años, los establos habían sido reconstruidos y Jimin se detuvo a verlos. Las estructuras de madera estaban deslucidas, pero limpias. Por los rincones caían glicinias enredadas y macetas de flores que aportaban color a aquella zona tan bien cuidada. La puerta del cuarto de aparejos estaba abierta y olía a las ceras de las sillas de montar. El recuerdo del pasado lo hizo sonreír.
Continúo paseando y se detuvo a acariciar un hocico que se asomaba de uno de los cubículos. El olor a caballos y paja lo hizo estremecerse de emoción. Era la misma sensación que le producía pensar en Yoongi.
Jimin miro hacia el terreno que se extendía ante él. La zona más protegida seguía siendo para los poros deciden destetados. Yoongi y él siempre habían disfrutado trabajando con el ganado más joven, enseñándoles a trabajar con los humanos sin necesidad de usar mano firme. por aquel entonces, solían leer el libro de Monty Roberts, el legendario adiestrador de caballos.
Jimin siguió paseando sin dejar de fijarse en todo. Un sonido a su derecha hizo que se le acelerará la sangre en las venas y sus labios se curvaron.
Reconoció a Baek, agitando lo que parecía un bastón, mientras unos jóvenes entrenaban. Al menos seis caballos pasaron a toda velocidad, resonando sus cascos en la tierra. Salió corriendo tras ellos en dirección al campo de polo, deseando ver un partido.
No quería asustar a Baek, así que una vez cerca, se aproximó cautelosamente a él, observando a los jugadores competir por la pelota para marcar un gol. Desde donde estaba, miró al viejo y sintió lástima. Había envejecido y parecía haber encogido, pero seguía siendo la misma persona amable que tan atento habías ido con el años atrás.
     -Vamos, vamos, vamos.
Se sobresalto al oír gritar a Baek, agitando de nuevo el bastón.
Cuando de los jugadores marco el gol, lanzó el bastón y agitó un puño en el aire. JImin no pudo evitar sonreír.
     -Baek -dijo con voz suave.
Al instante se volvió y sus miradas se encontraron. Después de observarlo un instante, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.
     -¡Jimin! -exclamó abriendo los brazos.
Él de acerco y se fundieron en un abrazo.
     -Mete alegro de haber venido y de volver a verte.
Dió un paso atrás mientras él sonreía con esos brillantes.
     -Mirate, ya eres todo un hombre.
Jimin sonrió, sintiéndose avergonzado a la vez que halagado. Antes de que pudiera responder nada, una voz los interrumpió.
     -Mochi.
Yoongi. Habría reconocido aquella voz en cualquier parte. Profunda, grave y deliciosa. Estaba montando un caballo de polo y están muy cerca de él.
     -Un gol estupendo, hijo. Trae, me ocuparé de llevar de vuelta al caballo.
Yoongi salto al suelo y le pasó las riendas a Baek.
     -¿Estás seguro de que puedes?
El anciano miro hacia el cielo y puso los ojos en blanco.
Jimin miró de reojo a Yoongi mientras seguía atento al caballo que se alejaba. Si no fuera tan guapo, tan encantador, tan. . . inaccesible. Bueno, lo cierto era que no tenía ni idea de si tenía novia, pero para él no estaba disponible. No quería complicarse la vida y menos aún teniendo una hija. Había disfrutado siendo su amigo, pero desde aquella noche. . .
     -Hola -dijo sacándolo de sus pensamientos.
     -Se te veía bien encima del caballo.
Fue lo único que se le ocurrió decir.
     -Si, bueno, estoy encantado de estar de vuelta en casa, pero hecho de menos montar.
Sonrió y se quitó el casco. Luego se volvió hacia el terreno en el que los chicos seguían entrenando y se pasó la mano por el pelo.
     -¿No te apetece volver a montar?
Había pasado mucho tiempo desde la última vez y, desde que era padre, se había vuelto más prudente. Además, aquel otoño de lo había arrebatado todo:sus sueños, su futuro, Yoongi...
     -Sinceramente, no es algo en lo que haya pensado -mintió.
O quizá no fuera del todo mentira. Estando allí de nuevo, una mezcla de sensaciones lo invadían, haciéndolo cuestionarse todo.
Yoongi se volvio hacia él y le ofreció la mano, rozandolo suavemente en el brazo.
     -Me alegro de que estés aquí, Jimin.
sintió un cosquilleo allí donde lo había rozado. No sabía qué decir. Habían sido íntimos amigos durante años antes de que aquella noche lo cambiara todo. Le costaba mirarlo a la cara sin pensar en que lo había visto desnudo. ¡Y qué guapo estaba desnudo!
     -Me alegro de estar aquí.
Yoongi se echó a caminar y él lo siguió.
     -Este sitio tiene algo, Jimin. Es bueno para el alma.
Entonces se detuvo, se giró para mirarlo y lo tomo de las manos. Se quedó mirándolo con tanta intensidad que no supo donde mirar o qué decir.
     -Lo siento, Jimin, después de lo que pasó, empezando por irme sin ti, no tenía por que dar por sentado que mantendrías el contacto -dijo con voz queda-. Nunca he dejado de pensar en ti, pero todo se complicó. ¡Vaya amistad la nuestra!
Jimin trago saliva. Los ojos se le llenaron de lágrimas. ¿Amistad? ¿Era eso todo lo que quería de él? El bonito rostro de Ha-neul se formó ante él y a punto estuvo de decirle que era padre de una niña preciosa, pero se contuvo. No podía hacerlo todavía, aunque sabía que debía hacerlo. También sabía que nunca había querido tener hijos. Se lo había dicho en el instituto y sabía que nada lo haria cambiar de opinión. Pero tenía que darle una oportunidad, no podía ocultárselo por más tiempo.
     -Te he hechado de menos, Yoongi. Pero las cosas cambian y supongo que nos hemos distanciado.
     -Quizá deberíamos haber seguido nuestro plan, habernos ido juntos al Reino Unido y haber jugado los dos.
     -Habria estado bien, ¿Verdad?
Pero Yoongi había sido elegido por un equipo argentino y, en vez de decirle la verdad, se había inventado que no podía dejar a su familia. Quizá sí le hubiera pedido que lo acompañará como algo más que amigos , si no hubiera perdido la confianza en sí mismo aquel otoño, las cosas podrían haber sido diferentes.
Al mirarlo, la expresión de sus ojos eran tan triste como la suya.
     -Vamos, quiero mostrarte algo.
Jimin frunció el ceño mientras él se volvía y echaba a andar.
     -Bueno, más bien es Baek el que quieres que lo veas. Ven a hechar un vistazo. 
Le picaba la curiosidad y aceleró el paso para igualar el suyo. Si Yoongi no luciera aquellas pequeñas arrugas alrededor de los ojos y él tuviera el pelo más largo, parecería que hubieras dado un salto en el tiempo. CInco años atrás, todo parecía posible. En aquel momento estaban al mando de sus vidas y nada había interferir. Había sido antes de que se quedará embarazado del hombre al que había amado con todo su corazón y, en vez de pedirle que se quedará porque lo amaba, le había dejado marchar si le hubiera dicho lo que se verdad sentía, si le hubiera contado que estaba embarazado. Aunque en el fondo, sabía cuál era la repuesta.
Yoongi nunca lo habría dejado si hubiera sabido lo que sentía, si hubiera sabido que esperaba un hijo suyo. Por eso le había ocultado la verdad y le había dicho que habían cometido un error aquella noche, que era mejor que siguieran siendo amigos. NO había querido cortarle las alas para que se quedará. No obstante había querido ser el responsable de arruinar así su vida y verle repetir los mismos errores que su madre había cometido.
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Bueno, quiero explicar algo a partir de aquí para que no sea tan confuso.
La razón por la cual Jimin queda "Embarazado" es porque me base en los Omegaverse para que estuviera entendible el porque un hombre puede quedar embarazado... Me costó mucho trabajo adaptar la historia y la mantendré lo más sencilla posible.

Toda Una Sorpresa. [Yoonmin *P.J x M.Y*]Where stories live. Discover now