Lo que no es cerveza.

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Literal me tardé meses en actualizar, pero me deprimí pensando que nadie estaba leyéndolo, pero luego vi todos sus comentarios y me subieron mucho el ánimo, ojalá lo disfruten :)
Si quieres dedicación, comenta aquí y solo aquí:
               ❁❁❁
Louis se sentía completamente desnudo con la forma en que Harry lo miraba, ya era una ganancia, porque todo lo que solían provocarle sus clientes, eran ganas de vomitar.

Él era alguien difícil de tirar abajo, así que como pudo, reunió todas sus fuerzas y le sostuvo la mirada a su cliente.

La puerta de la habitación sonó, sobresaltando a Louis, quién se levantó al mismo tiempo que Harry, quedando a una distancia cara a cara sumamente corta, Louis definitivamente podía sentir el aliento de Harry en su mejilla, caliente, acogedor, con un olor a café y cigarro.

­—¿Q-qué es eso? —Cuestionó Louis, algo nervioso y con un suave cosquilleo que empezaba a recorrerle la espina dorsal.

—Eso, precioso, son las fresas y el champagne. —Replicó, sin apartar la vista de su rostro.

Oh, entonces, seré de utilidad e iré a abrirle. —Desafiante, Louis acercó su cara hasta quedar a milímetros de los labios de Harry.

El pequeño caminó hacia los escalones que se dirigían a la puerta de entrada, saltándolos, abriendo la puerta con lentitud.

—Linda noche, señor Sty... Oh—El empleado que había traído el pedido de Harry cerró su boca y escaneó al chico de arriba a abajo, con una mueca de disgusto, pasó; sin esperar a que el pequeño le abriera la puerta o le indicara que podía.

Louis sólo resopló, eran gajes del oficio, siempre habría gente, que, aunque estuviera igual o peor que tú, te tratarían como basura.

—Señor Styles, permiso, disculpe que lo moleste, pero las políticas de este hotel son muy estrictas al decir que se guardan el derecho de admitir a terceros o gente que no está registrada, en las instalaciones.

El chico sólo volteó a ver a Harry, mismo que lo miraba ya desde antes, Louis bajó la cabeza y cerró la puerta con lentitud, empezando a escanear la habitación en busca de sus pertenencias para retirarse del cuarto.

—Menos mal que soy el cliente más importante que este hotel tiene en estos momentos, por lo cual tengo el poder de despedirte si quiero, ¿es lo que quiere, caballero? Porque si es así, puedo en este mismo instante llamar a la recepción y acusarlo de robo.

El empleado sólo tragó saliva y dejó la bandeja con las frutas delicadamente lavadas y la botella de champagne con dos copas en una mesa.

—No será necesario, señor, seré discreto con su situación.

—Perfecto, te puedes ir, entonces.

El señor sólo asintió con la cabeza y se fue directo a la salida, sin dirigirle una mirada a Louis, abandonó la habitación. El chico se dispuso a cerrar la puerta con un leve sonrojo en sus mejillas, era lindo ver cómo a alguien le daban lo que merecía. (Era lindo ver cómo alguien que no fuera Zayn lo defendiera).

—Eh, gracias, señor Styles, no era necesario, y-yo...

—Llámame Harry, y, no sé de qué estás hablando ni de qué me estás agradeciendo. — Dirigió su seria mirada al chico, incapaz de comprender por qué Louis le estaba agradeciendo.

Louis sólo lo ignoró y se apartó de la puerta, sintiéndose tonto por tomarse las cosas tan a pecho.

—Así que, ¿tienes novia, esposa, tal vez? —Louis se agachó recargando sus codos en la mesa dónde habían dejado la comida, cuidando de tener su trasero siempre erguido.

—Ambas, realmente.

—Y, ¿dónde están? ¿De compras juntas?

—Mi ex esposa, está en Long Island, en mi ex casa, con mi ex perro. —Habló Harry, mientras servía cuidadosamente champagne en las dos copas, dejando una al lado de Louis. —Mi ex novia, Jessica, está en Nueva York, mudándose de mi apartamento, probablemente con una copia de mis llaves guardadas.

Louis soltó una risita, mientras tomaba la copa y bebía hasta el final el líquido, soltando un pequeño gemido de placer al sentir como burbujeaba en su boca, esto sí que realmente sabía diferente a las cervezas que tomaba con Zayn en el bar de la esquina.

Harry sólo observó divertido.

—Prueba con una fresa. —Tomó la bandeja y se la ofreció.

—¿Por qué? —Preguntó un Louis, con el ceño fruncido.

—Se supone que potencia el sabor del champagne, es por eso mismo, que hay que beber suavemente, así—Harry tomó su copa, y, sin despegar la mirada de Louis, bebió tan sólo un poco, manteniendo un poco de bebida en su boca, dio un leve mordisco a la fresa.

Louis estaba fascinado, fascinado al ver cómo todos los músculos de la cara de Harry se relajaban al momento de sentir el sabor corriendo por su lengua. Fascinado de ver cómo su mandíbula se remarcaba, quería tocarla. (Quería besarla).

Entonces fue cuando a Louis se le ocurrió una idea, llenó de nuevo su copa de champagne, y, sin apartar la vista ni un segundo de los orbes verdes de Harry, dio un pequeño sorbo, justo como él le había enseñado, pero lo que venía después, bueno, Louis le había agregado su toque.

Rodeó la punta de la fresa con sus labios regordetes, mordiéndola tan suave y lentamente, que podías sentir como cada pedazo se iba arrancando. Tomó el pedazo con su pequeña lengua y se lo llevó a su boca, masticando delicadamente.

Ah. —Gimió, y eso, no estaba planeado. Harry tenía razón, si la cosa que no era cerveza sabía tan bien sola, con la ayuda de la fresa, esta se potenciaba hasta el cielo.

Harry había estado siguiendo el show de Louis cautelosamente, y sintiendo como sus manos se llenaban de sudor, y de un picor extraño. Un picor que experimentaba desde niño cuando quería algo; un juguete, un libro, un auto, una persona.

Y en este caso, estaba sintiendo picazón en sus manos, y el muy bien sabía lo que significaba.

❁pretty boy❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora