Spoodermon

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El despertador sonó y como de costumbre me levanté dispuesta a empezar un nuevo día.

Después de prepararme bajé a desayunar y mientras me puse a contestar mensajes.

*dinosaur squad*

Olaya: Porfin viernes!

Erika: me la suda.

Aina: ¿qué quereis hacer esta tarde?

Olaya: ¿a qué hora terminas tú?

Aina: en principio a las dos ya soy libre.

Erika: pues a las cinco en el cobertizo, como siempre, no sé que pensais tanto.

Olaya: algun día te pego.

Erika: si porfa.

Aina: bueno nos vemos a las cinco, tengo que irme.

Dejé el vaso en la fregadera, me puse los zapatos y salí afuera a esperar a Brooklyn.

Cerré la puerta y para mi sorpresa él ya estaba allí.

-Uy, que puntual -dije riendo- buenos dias.

-No quería hacerte llegar tarde al trabajo -respondió alegre- sube -dijo señalando la parte trasera de la bicicleta.

Sonreí y me subí a la bicicleta.

-Toma, ponte esto -dijo dándose la vuelta mientras me ofrecia un casco.

-No -dije- ni lo sueñes.

-Es protección -dijo- por si acaso.

-¿No sabes ir en bicicleta o qué? -pregunté.

-Sí, pero no quiero que te hagas daño si nos pasara algo -dijo.

-Dios mio, tengo miedo -dije poniéndome el casco.

Una vez con el casco puesto, Brooklyn empezó a pedalear. La verdad esque fue un camino entretenido, el aire fresco corría por mi cara y Brooklyn no paraba de hablar lo cual hizo que el trayecto se me hiciera más corto aún. Ya estabamos casi llegando cuando Brooklyn empezó a hablar solo.

-¿Que te pasa? -pregunté.

-No me acordaba de esa subida -dijo señalando al frente.

Empecé a reir.

-¿Prefieres que me baje de la bicicleta? -dije.

-No tranquila, voy a pedalear más rápido -dijo.

Brooklyn empezó a pedalear rapidamente pero no dio resultado. Cuando estabamos casi a la mitad de la subida se quedó sin fuerzas y empezamos a ir hacia atrás.

-Socorro que nos matamos -dije preocupada.

Brooklyn iba frenando la bicicleta con los pies y esto hizo que ninguno de los dos cayeramos aunque estuvimos a punto.

-Mejor me bajo -dije cuando llegamos abajo de nuevo.

Brooklyn se bajó también de la bicicleta y subimos andando hacia arriba.

-Perdón -dijo avergonzado.

-Tranquilo -dije riendo- no voy a quejarme encima de que vienes a recogerme.

Llegamos al piso y al abrir la puerta puede comprobar como Andy estaba en lo cierto, nunca más iban a volver a recoger.

-¿Cómo es posible que en un día hayais destrozado de nuevo el piso? -pregunté confusa.

-Chicos -respondió Rye saliendo del baño.

Respiré profundamente y me dispuse a recoger. Pasaron las horas y no hacía más que escuchar a los chicos cantar pero sinceramente se lo agradecía porque así las horas se me pasaban más rapidamente.

They called themselves celebritiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora