Hombres de Letras

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Tratándose de lo sobrenatural, el búnker era el lugar más seguro de la tierra

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Tratándose de lo sobrenatural, el búnker era el lugar más seguro de la tierra. Protegida contra cualquier tipo de criatura paranormal, la compleja fortaleza subterránea era prácticamente indetectable desde el exterior, siendo sus plantas superiores confundibles, a simple vista, con una fábrica abandonada. Su puerta se mantenía sellada con un sistema que combina en partes iguales mecánica y magia. Solía ser la sede de la antigua orden de Los Hombres de Letras, ya extinta en el país, de la que solo quedaba un puñado de legados.

Sam y Dean Winchester crecieron salvando personas y cazando cosas junto a su padre. Luego de la muerte de John, continuando con el negocio familiar, descubrieron su herencia e hicieron del búnker su hogar.

Desde hacía poco menos de un año el mundo parecía reprimir sus impulsos suicidas y todo se encontraba relativamente estable. Sam, el menor de los hermanos, luego de varios meses de tranquilidad, volvió a sentir la necesidad de algo más, emprendiendo un viaje en solitario para encontrarse a sí mismo, pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

Después de seis meses sin Sammy, Dean seguía adaptándose a su ausencia. Se sentía extraño no tenerlo a su lado. Había cuidado de su hermano desde que tenía uso de memoria y, aunque ambos ya eran hombres adultos, la ansiedad por no saber si se encontraba bien seguía apareciendo cada vez que Sam no estaba cerca. Sin ir más lejos, más de una década atrás, cuando Sam había estado en verdaderos problemas, Dean no había dudado en dar su vida y vender su alma para revivirlo.

Esos cuatro meses que Dean había estado muerto fueron cuarenta años de tormento en el infierno. Luego de ese tiempo, aunque el cazador aún sentía que no lo merecía, fue salvado. Su alma rota fue arrancada de la perdición por Castiel, Ángel del Señor.

Habían pasado años desde entonces, y a pesar de las desconfianzas iniciales, el vínculo que unía a Dean y al ángel había crecido desde aquel día. Ambos habían muerto el uno por el otro en innumerables ocasiones.

Dean y Cas pasaron de aliados a compañeros de armas, amigos, familia. Cuando Castiel se vio obligado a elegir entre el cielo y su familia o los Winchester, no dudó en abandonar todo lo que conocía y poseía para continuar junto a los hermanos.

***

Ahora que eran más las noches lentas y tranquilas que los interminables desvelos de investigación por algún caso, y aprovechando que Sam no estaba cerca para protestar al respecto, Dean había declarado que de ahora en más todas las noches eran "noche de películas".

Esa noche Castiel escogió qué ver. Con toda seguridad el documental sobre aves migratorias debía ser muy interesante, el ángel no despegaba la vista de la pantalla, pero a su lado, con varias cervezas a cuestas, Dean comenzaba a cabecear.

 Con toda seguridad el documental sobre aves migratorias debía ser muy interesante, el ángel no despegaba la vista de la pantalla, pero a su lado, con varias cervezas a cuestas, Dean comenzaba a cabecear

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