Capítulo Siete.

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 El almuerzo había sido maravilloso. Éste chico cada vez me sorprendía más. Caminábamos por la calle, estaba repleta de personas. Era difícil caminar al lado de Niall, las personas te empujaban o te tenías que apartar para dejar paso. Se notaba que debía ser una zona transitada. 

Cruzábamos un paso de peatones. Extrañamente nadie se daba cuenta de quién era Niall. Alguien chocó conmigo haciendo que le perdiera de vista. Seguí hacía delante ya que el semáforo empezaba a parpadear.  Y lo volví a encontrar.

-Pensé que habías huido de mí- bromeó 

-Así era, pero he visto que es imposible huir de tu sonrisa- le respondí mientras reía.

-Anda ven- dijo estendiéndome la mano para que la cogiera.

Debí de sonrojarme porque empezó a reír.

-Que no te de vergüenza, vamos.

-¿Verguenza? ¿A mí?-reí

Agarré su mano y él entrelazo sus dedos entre los míos. Comenzó a correr,  yo trás él. Pasábamos entre la gente como el viento y riéndonos. Tal vez fuera la emoción del momento pero pensaba que si estaba a su lado nada podría ir mal.

Corrimos hasta el interior de un verde parque. Al entrar me fijé en un cartel "Hyde park".  Voy a entrar en el parque más famoso de Londres, pensé. Y con Niall, añadí. Bajamos el ritmo, y comenzamos a caminar. Lo miré, respiraba profundamente y miraba al infinito. En tan sólo un instante, comenzó correr y de nuevo yo trás él.  Subíamos hacía la cima de una colina cuando un perro se cruzó entre nuestras piernas haciendo que tropezáramos y cayéramos al suelo. 

Me levnaté pero observé que Niall se quedaba tumbado. 

-Tumbaté - susurró 

Lo hice, me quedé tumbada a su lado. Mirando el cielo celeste. 

- ¿ Recuerdas cuando ésta mañana me contasté que cerrar los ojos y sentir el viento en la cara te hacía sentir libre?

 -Si- respondí

-¿Y que te dije que nunca la había hecho?

-Si- volví a responder.

-Lo que acabamos de hacer, es una de las cosas que suelo hacer para sentirme libre. Correr mientras me río, sintiéndome feliz y libre de elegir. Nunca lo había hecho junto a nadie. Nunca lo había compartido. 

-¿Y se siente lo mismo?- pregunté

-No

-Vaya -tartamudeé- Lo siento

-Lo que se siente es aún mejor.- dijo mientras se incorporaba.

Hice lo mismo. Nuestros ojos quedaron a la misma altura, expectantes. El tiempo parecío detenerse. Ya ni escuchaba a los pájaros cantar. Niall posó una  de sus manos en mi espalda para acercarme a él. La otra acariciaba mi mejilla, suave. Puse mis manos en su cara, recorriendo cada centímetro de ésta con la yema de mis dedos. Despacio acercó sus labios a los míos y como si tuviera miedo de estar haciendo lo evidente, me besó. Lentamente. 

Inesperadamente se apartó. Lo que tanta veces había soñado terminó. 

- Lo siento, pérdoname- me dijo- No sé lo que me ha pasado. 

Me quedé en silencio, pensándo que responder.

- Ha sido una estupidez, lo siento de verdad.

-No pasa nada. El impulso del momento- reí intentando que sonara lo menos falsa posible- Por mi todo olvidado.

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