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-Feliz cumpleaños a ti....
Todos cantaban y apludian con mucho entusiasmo, ¿el motivo?
Su pequeña había alcanzado los 14 años de edad, el tiempo pasa rápido, y da mucha alegría el poder celebrarle a una señorita tan alegre y tan trabajadora, sus padres estaban muy contentos.
Pero, al final, es un cumpleaños normal, de una chica normal, si no fuera porque Nuria dentro de una semana se irá a Paris para entrar a una de las mejores escuelas de Arte, era obvio que debían festejarlo a lo grande para que fuera inolvidable, todos estaban muy emocionados, su pequeña había trabajado mucho por eso, tantas noches de desvelo, tanto tiempo practicando, tiempo trabajando arduamente para poder conseguir sus materiales de  trabajo, al fin dio frutos.
Nuria estaba al borde de el llanto, iba a extrañar mucho a su familia.
El día fue extraordinario, realmente habían cumplido el objetivo, hacer ese día inolvidable, había llegado la noche, Nuria y su madre
se encontraban en la habitación, su madre le dio su beso de buenas noches y estaba a 3 segundos de salir de la habitación, cuando se dio cuenta que su hija estaba muy callada.
Un silencio se hizo presente invadiendo la habitación.
-¿En qué piensas, cariño?- preguntó la madre, rompiendo el silencio.
-No lo se... tengo un mal presentimiento.-Contestó Nuria aún pensativa.
-¿Mal presentimiento?, ¿Cómo que te imaginas?- dijo su madre prendiendo la luz y sentandose en una esquina de la cama.
-Yo... no lo sé, siento como si esta semana fuera la última con ustedes.
-Cariño, no te asustes, lo que pasa es que tu estas nerviosa porque es tu primer viaje sola, además, lo peor que te pudiera pasar es que llegues a tu escuela y se te haya perdido el lápiz.-contestó la madre tratando de tranquilizar a su hija.
-Supongo...
-Mmmm... ese "supongo" no suena nada bien,  siempre has sido muy nerviosa.
-Eso no es verdad.
- ¿Ah no?-dijo su madre en tono burlón- La vez que horneamos galletas me dice lo contrario.
-En mi defensa, Ese horno encerio parecía que iba a explotar en cualquier momento.
-¿O la vez que tronamos los globos de la fiesta de tu padre?
-Ese sonido es muy espantoso.
- O la vez que....
-Ok, ok, ya entendí -dijo Nuria riendo y tratando de no recordar más cosas que la pusieran en su contra.
-El punto es, si esperas que las cosas vayan mal, las cosas van a ir mal, en cambio, si te relajas y dejas que la vida te sorprenda, tendrás una buena historia que contarle a tus nietos.-dijo su madre mientras acomodaba el cabello que le estorbaba a Nuria en la cara.
-Los cuales jamás tendré, porque no me casaré con nadie, el amor da asco.
-"El amor da asco".-dijo imitandola.- quiero que me digas eso en un año.
-Ya veremos.
-Ya veremos, anda, duerme ya que todavía tenemos que aprovechar esta última semana que nos queda contigo.
Dijo su madre apartandose de la cama y apagando las luces, dirigiendose a la puerta.
-buenas noches.
-¿Mamá?
-¿Si querida?
-Te amo.
-Yo también te amo.
Dijo para después cerrar la puerta.
Aparte de esa pequeña charla que había tenido con su madre, Nuria no quedó tranquila, ya que al dormir tuvo pesadillas, o bueno, eso dijo ella, ya que al día siguiente despertó llorando, con sudor en su cara y con el corazón a mil por hora. Lo más extraño es que ella no recuerda nada, esa noche fue como esas en las que en cuanto cierras los ojos todo lo que puedes ver es negro, y en cuanto abres los ojos no sabes que tanto tiempo ha pasado.

El CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora