Cinco

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– Bien ahora es primavera, entonces si él no tiene ninguna de tus lágrimas antes del verano ¿volverá a ser mortal otra vez?

– Ahora ya debe ser mortal.

– ¿Como?

– Hizo un pacto conmigo que aprendió de uno de los cuencos de demonio...

– ¿Que es un cuenco de demonio?

– Encantamientos y maldiciones que los grigori enseñaron a los hombres fueron grabados en cerámica y cuencos. Ahora son cuencos de demonio, ya que los ángeles fueron malditos. Estos pueden ser usados para hacer pactos con ángeles.

– Apuesto que para la mayoría, solo lucen como viejas piezas de cerámica o algo así, ¿verdad? cosas junto a las que pasarías, en las vitrinas de un museo, y ni siquiera le prestarías atención.

– Si. A menos que sepas lo que estas buscando, estas cosas parecen ordinarias y carentes de valor o belleza –. Dijo, apoyando sus manos en mis caderas.

– Pero un hombres culto como Desmond Pierce–. Me hacer que mas a él respondiendo al suave pero insistente pedido de sus dedos –...él sabría lo que estaba viendo.

– Si.

– Pero ahora él ciclo se ha roto, ahora que no pudo atraparme como todas las otras veces, su vida sucumbirá a la ley de dios.

– ¿Por que?

Tardo varios minutos en responder.

– Romper él pacto con un ángel, es penando con la muerte y él juro que si, alguno de sus sacrificios me elegía, iba a cosechar la justicia del lago y arder por toda la eternidad.

Me hacer que más, sin poder detenerme.

– Pero ¿por que alguien haría un trato como ese?

– Es del único que puede hacerse. El pacto con un ángel debe ser uno de vida o muerte; todo los demás no nos ata. Del mismo modo que tome el juramento de tus labios, tu vida dada libremente a mi, tu promesa no puede anularse. Tomare tu vida en caso de que trates de alejarte de mi lado.

Le sonreír.

– Asusta si lo dices de ese modo.

Se veía confundido y yo entendía. No había puntos grises para un ángel, solo era blanco o negro, él bien y él mal. La vida o la muerte.

– No voy a dejarte –. Prometí y me di cuenta de que era sincero.

Dejo caer su mano entre nosotros, delizandola bajo los pliegues de la manta para envolverla alrededor de mi inchada polla. yo no pude evitar empujar dentro y fuera de ella.

– Ansioso por mi toqué,mi irin – Dijo, inclinándose hacia adelante para besar un camino hasta mi garganta.

– Quiero... quiero que seas libres –Le dije levantándome para avanzar con rapidez. hasta su regazo, mis piernas a cada lado de sus caderas mientras me acomodaba en su contra.

– Soy libre – Me dijo, con él rostro iluminado, sus ojos brillantes. – Tu, mi irin, tu me salvaste. Cuando te esforzaste para comprender en lugar de temerme, yo fui salvado.

– Entonces por que...¡oh! –contuve él aliento mientras que apretaba mi endurecido eje, acelerando él ritmo mientras que su otra mano se deslizaba debajo de mi y ahuecaba mi trasero.

– ¿Por que aun estamos aquí? – Me sonrió, deslizándo un dedo entre mis mejillas, empujando, presionando, hasta que conquistó mi entrada. todavía había aceité de lo ocurrido antes facilitando él camino.

Sariel [Jimsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora