Capítulo cuatro

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—La investigación de química la harán en pareja— dijo la maestra —En esta ocasión los dejaré escoger— terminó.

Normalmente Nino trabajaba con Adrien y Alya con cualquiera de sus compañeros que se quedaban solos, pero en esta oportunidad haría un pequeño cambio.

—Oye, Nino— dijo Adrien.

—Sí, amigo, haremos juntos el trabajo— dijo entusiasta.

—Es que...en realidad...esta vez...bueno, me gustaría trabajar con— señaló disimuladamente a la chica que se hallaba atrás de él. Inmediatamente el de lentes entendió.

—Oh, con que eso...— lo codeó amistosamente —No hay problema.— levantó el pulgar. —Yo trabajaré con mi novia— se volteó hacia la mencionada con una sonrisa pícara.

—Claro, Nino— dijo comprendiendo la expresión del chico de lentes. —Mi amiga trabajará con Adrien ¿No?— se dirigió a la azabache.

—No hay problema— dijo sonriente mirando al rubio.

Una vez finalizada la clase, los alumnos salieron uno a uno.

—Ey, Marinette— hizo que la mencionada se volteara— ¿Cuándo haremos la investigación?— interrogó.

—¿Mañana a la tarde?— dijo terminando de guardar sus pertenencias —Hoy ya tengo otras actividades.

—De acuerdo— dijo él.

—¿En tu casa o en la mía?

—¿En la tuya? Es que mi padre es un poco...— se rascó la nuca.

—Entiendo...— tomó su mochila —Mañana a la salida en mi casa— él asintió.

Ambos chicos caminaron hacia afuera de la institución.

Mientras bajaban las escaleras, escucharon un llamado al unísono —¡Marinette!— la nombrada dirigió la mirada a aquellos.

—¡Chicos!— exclamó. Adrien estaba confuso.

—Marinette, te extrañabamos— dijo una de ellos acercándose a los dos —Hola— saludó al rubio.

—¿Hola?— respondió él aún sin entender lo que pasaba.

—Yo también, chicos— dijo abrazando a cada uno de ellos, quienes se habían acercado a ella.

—¿Y quién es este sujeto?— preguntó un pelirrojo examinando al ojiverde.

—Ah, él, es un amigo, Adrien— los presentó —Adrien, ellos son mis amigos.

—Amigo ¡Eh!— dijo pícaro un castaño —Marinette, ¿Recuerdas qué día es hoy?

—Por supuesto— rio bajo —Adrien...— dirigió su vista hacia él —Ya me tengo que ir, nos vemos mañana— se despidió.

—Por supuesto, hasta mañana.

—Vamos, niña— la jaló del brazo una rubia de cabellos dorados.

Entre pequeñas risas, el grupo corrió hacia algún lugar.

Adrien solo se quedó estático, aguardando el coche que lo llevaría a su casa.

•••

—¿Cómo te va en las clases de esgrima? De seguro eres la mejor— exclamó Alice, la chica de cabellos dorados.

—Pues claro, Mari es la mejor— dijo el castaño, llamado Josué.

—Ay, tampoco tanto...— dijo modesta.

—¿Y ese chico? Es tu ¿Novio?— bromeó Anaïs, una pelirroja.

—¿Novio? ¡No!— negó rápidamente —Es un buen amigo y excelente esgrimista. Lo estimo mucho.

—Oh...— añadió la pelirroja.

—Mucho bla bla— Rodó los ojos el pelirrojo, llamado Christopher. —Vinimos a practicar ¿No?

—Cierto— acompañó Josué.

De esa manera, el grupo comenzó con su "práctica clandestina"...

Mi Esgrimista (AU - Adrinette) {COMPLETA Y EDITADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora