Capítulo quince

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Marinette se hallaba sola en su casa aguardando a sus amigos, para poder llevar a cabo aquel trabajo encargado por la maestra.

Los padres de ella habían salido a una cita, ya que era su aniversario de bodas. Claramente encargó a la menor hacerse cargo del lugar en la ausencia de ellos, a lo cual ella accedió sin ninguna queja.

No estaba sentada de brazos cruzados aguardando, sino que preparaba todo aquello que necesitarían para elaborar el postre.

Alistando los ingredientes y los respectivos cubiertos, fue interrumpida por el sonido del timbre del hogar. Miró de reojo el reloj de pared y aún no era la hora acordada con sus compañeros, así que dudosa se acercó a la puerta y la abrió.

—¿Adrien?— llamó al chico que se hallaba de espaldas.

—Ah, hola, Marinette— sonrió él con notable nervios al voltearse.

—Pasa...— le indicó la muchacha. Él obedeció y ella cerró la puerta tras de sí. Caminaron hasta la mesa, donde la azabache tomó asiento, para luego indicarle a su contrario que la imitara.

—Gracias...— dijo este murmurando.

—Llegaste más temprano— expresó la ojiazul rompiendo el silencio repentino que se había formado minutos atrás.

—Sí, quise adelantarme porque... pues— jugaba al azar con las palabras. Ella lo miraba curiosa, con sus grandes zafiros. —Ayer no te vi en esgrima y se me hizo extraño— añadió —Y quería verte...— terminó con los nervios a flor de piel.

Ella sonrió—Ah, sí, no fui porque tuve otras... cuestiones que resolver ¿No me perdí de nada importante?— preguntó.

Él negó —No hubo nada fuera de lo normal— explicó.

—Menos mal— rio. Fijó sus ojos en el reloj, viendo que aún faltaba media hora para que llegaran Nino y Alya. —¿Tienes hambre?— preguntó de la nada.

—¿Yo? Eh, quizás un poco— rio nervioso.

—Lo suponía— con una risilla se levantó y fue por un platillo. El rubio solo la siguió con la vista. Cada parte de ella le parecía la perfección: sus ojos, su cabello, su sonrisa, su amabilidad y esos labios que tanto ansiaba probarlos.

—¿Te gusta el pie?— preguntó del otro lado —Hay de manzana y de fresas— acató.

—Cualquiera para mí está bien— dijo el rubio con una sonrisa.

La chica rio y tomó un pedazo del pie de manzana y, tras colocarlo en un plato, fue nuevamente a la mesa. Colocó el plato delante del chico con una cuchara al lado. Este sonrió como un niño recibiendo algún dulce.

—Gracias...— sonriente tomó la cuchara y metió un pedazo a su boca. La chica miraba enternecida cada gesto que hacía el rubio mientras masticaba.

—¿Te gusta?— preguntó.

—Mwe ewcawta— dijo con la boca llena. Marinette se echó a reír, sonrojando al ojiverde.

Tomó una servilleta y, sorprendiendo al chico, le limpió la esquina de los labios, ya que tenía restos del bocadillo alrededor. Adrien no pudo sonrojarse más.

—Es de mala educación hablar con la boca llena— dijo divertida entre pequeñas risas.

—Ehm...lo siento— pudo decir apenas.

Adrien terminó de saborear el bocadillo.

—Delicioso— afirmó —Purrrfecto 👌— la azabache rio.

—¿Qué fue eso?— preguntó.

—No lo sé— rio apenado. La ojiazul se levantó para retirar el plato del chico.

—Me alegra que te haya gustado— expresó —Puedes pasar a probarlos cuando gustes— guiñó y caminó hacia el lavabo.

¿Cómo aquella chica podía ser tan dulce y amable y a la vez tan valiente y atrevida a la vez?

Terminó de lavar y volvió junto al chico.

—Se están tardando...— expresó mirando una vez más la hora.

—Han de tener sus razones— dijo él mirándola fijamente —Oye Marinette...— la mencionada ladeó la cabeza para verlo —¿Puedo preguntarte algo?— interrogó tímidamente.

La muchacha, inocentemente, asintió.

—Tú...¿Tú tienes algo con Nathaniel?— la chica lo miró confusa no comprendiendo la razón de aquella pregunta.

—¿Yo con Nathaniel? ¿Por qué lo dices?

—Bueno, es que la otra vez...los vi conversando muy a gusto y...— debía evitar que sus celos salieran a flote.

La azabache rio y negó con la cabeza —Entre Nath y yo no hay nada— el rubio sintió un alivio al oír aquello —Solo somos o éramos buenos amigos.

—¿Eran?— interrogó el rubio.

—Pasaron cosas...— bajó la mirada a sus dedos —Él se me declaró— aquello le cayó como balde de agua fría al adolescente ¿Él ya se había animado a declararse mientras él seguía suspirando a sus espaldas?

—¿Ah sí?— tragó saliva —Y... tú qué le respondiste— preguntó. Suponía que lo había rechazado, por eso respondió anteriormente que "no tenía nada con Nathaniel".

—No pude aceptarle. Irónicamente me sentí en tu lugar— expresó.

—¿En mi lugar?— preguntó dubitativo hasta que recordó el asunto con Kagami —Oh...

—Esa fue la cuestión por la que ayer no fui a clases de esgrima. Debía dejarle las cosas en claro.

—Entiendo— dijo en voz baja.

El silencio volvió a hacerse presente en el lugar. Adrien no pudo más y terminó preguntando aquello que quería hacerlo desde un principio.

—¿A ti te gusta alguien?— Marinette lo miró con los ojos abiertos como platos, mientras un rubor aparecía en su rostro.

—¿Gustarme alguien? La verdad que...no lo sé— bajó la cabeza. —Puede que sí...— dudó.

Aquello lo dejó más confundido aún. No era una respuesta clara. Pero al ver la incomodidad en la chica, prefiero dejar eso a un lado al menos por el momento.

—Ha de ser complicado...— murmuró.

—Mmmm— asintió —Y tú ¿Ya le hablaste a la chica que te gusta?— preguntó ella mirando al rubio. Él había alegado que el rechazo hacia la de ojos cafés se debía a que su corazón pertenecía ya a otra.

—No...— suspiró —No he tenido suficiente valor— la miró con ojos tristes.

—¿Temes a un rechazo, cierto?

Él asintió tristemente.

—Temo su rechazo y a perder su amistad— dijo mirándola fijamente a los ojos.

—Vaya...— desvió la vista de él.

El ambiente era incómodo, se había tornado bastante tenso. Para suerte de ambos, el timbre sonó.

Rápidamente Marinette se incorporó y fue a abrir la puerta, dándoles paso a Nino y a Alya.

Tras una disculpa por la llegada tardía, se adentraron y sin más rodeos, comenzaron con la labor.

Me encantó este Adrinette 😍🐞

¿Y a ustedes?

Aquí les dejo este capítulo ¡Que lo disfruten!

Mi Esgrimista (AU - Adrinette) {COMPLETA Y EDITADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora