No estaba, se había esfumado, evaporado nadie sabía donde estaba y si no hubiera sido por la dirección del colegio a nadie le habría importado. Emma Smith no había asistido a las clases desde hacía 2 semanas. ¿Hasta cuando iba la gente ha ignorar su desaparición? Era la primera vez que faltaba y que sabían que no tenía padres. ¿Como era posible que la chiquilla hubiera podido sobrevivir tanto tiempo sola? Eso eran lo que todos los investigadores se habían estado preguntando las 4 semanas que se investigo el caso. No, no la encontraron ¿para que buscar cuando no tenían nada de información?
Idiotas, ciegos todos ellos. Pero, ¿que más se puede pedir? no se puede creer en lo que no se ve. Y ellos nunca verán lo que yo.
Volvamos a ese 15 de enero del 2000, un día de lo más normal. El día en que llevaba meses esperando. Iba corriendo, feliz, de una punta a la otra de su casa, bueno de la que ella creía que en su tiempo perteneció a sus padres, pero eso no importaba ahora, era suya. Se dirigió al baño entre risas, era la primera vez que esos muros oían la música que producía una risa, en particular la suya, llena de alegría y energía. Lo tenía todo preparado en el musgoso cuarto de baño: un taburete para llegar mejor al grifo, y un viejo secador que había guardado "nuevo" para esa ocasión.
Si, se iba a suicidar.
Se recogió el grasiento pelo en una coleta alta y se miro sonriendo al espejo. Para ella, la muerte, no era nada malo, sino una puerta dorada que se abriría si sacrificaba su mediocre y despreciable existencia. Eso era lo que todos sus compañeros le decían y ella se lo había creído, aceptándolo como una realidad absoluta. Miró su reloj de forma distraída y se sacudió todo su cuerpo, con los ojos cerrados. Nadie sabía donde vivía, ni su "pequeño" secreto de que sus padres fallecieron de forma desconocida hacía varios años atrás. No esperaba que nadie encontrara su cuerpo, simplemente que los perros de algún vecino roerían sus huesos hasta la médula y luego, el resto de su cuerpo mortal se fusionaría con el suelo de madera podrida y formarían uno solo. Hasta el final.
Estaba harta de esperar. Abrió el grifo hasta que salió una agua gris y maloliente y enchufó el secador a máxima potencia y, como si de un despiste se tratara, dejó caer el secador.
Su cuerpo se agitó de forma violenta durante varios segundos hacia los lados, de pronto, sus pies descalzos fueron despegándose lentamente del taburete, sus brazos se extendieron hacia los lados y su cabeza miraba al techo con aún sus ojos abiertos. Un ruido envolvente llenó la estancia, cada segundo que pasaba era cada vez más fuerte y cada vez más enloquecedor. Se debuto bruscamente y el cuerpo de Emma cayó al suelo
Cuando abrió los ojos, le costó orientarse, suerte que aún penetraban por la pequeña ventana algunos rayos de sol del ocaso y pudo recordar lo que había pasado. De repente, sintió una extraña y nueva sensación en su cuerpo.
Estaba viva , pero su corazón ya no latía en su interior.
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Falsedad
ParanormalNo era la primera vez, ni mucho menos y era como tantas otras, sentada en la taza del baño con los pies encima de la taza, abrazados contra su pecho, sus ojos humedecidos como las otras horas del día. Pero ningún sonido salía de sus labios, tantos a...