Psicópata ~ Dane Dehaan

capítulo 2

- ¿Estas bien?.-Preguntó Samanta. Era casi imposible ocultar mi cara de confusión mezclada con miedo.

-¿Qué?... es decir... si, estoy bien. - Respondí con una sonrisa forzada.

- Umm... de acuerdo.- Dijo no tan convencida de mi respuesta. - ¿Nos vamos?

- Si, vamos. - Ahora mas que nunca, no quería quedarme sola. Dehaan me asustaba, conocía mi casa e incluso me amenazó, y no podía arriesgarme a contarle a Samanta lo que había sucedido, no podía arriesgarla.

Después de caminar casi una hora, finalmente llegamos a mi casa. La hice entrar y rápidamente subí a mi habitación a ocultar la navaja. Bajé a preparar el almuerzo que lo comimos frente al televisor. Luego de almorzar, ambas estudiamos para la prueba de historia de mañana, cada una con un método de estudio diferente.

Toda la tarde la habíamos pasado genial, y había llegado la hora de que Samanta se fuera a casa. No estaba segura si pedirle que se quede a dormir, quizás podía levantar sospechas, quizás Dehaan aparecería hoy por la noche y la mataría. O quizás solo estoy paranóica y estoy dejando volar mi imaginación.

Samanta se había ido, y yo ya estaba mas calmada. Eran las 10:30 PM, había estudiado lo suficiente para la prueba de mañana, así que sin pensarlo dos veces subí a mi habitación para dormir.

Estaba apunto de cerrar los ojos, pero de repente, un SMS me había llegado a mi móvil. Con pocas ganas levanté mi mano en dirección a mi velador y con un ojo leí el mensaje. Era de un número desconocido que decía:

Mañana a las 3:30 PM, en el pasillo, junto a tu casillero, esperaré a que me lleves lo que me pertenece.

Ya sabes quien soy, y ya sabes que hacer.

De: Número Desconocido.

Me levanté de golpe al leer aquel mensaje de texto nuevamente. ¿Cómo era posible que Dehaan haya conseguido el número de mi móvil?

No confiaba para nada en ese tipo y me asustaba, no veía otra opción mas que hacer lo que el me pidió y arriesgarme a contarle de esto a alguien, definitivamente, no era una opción. Aún no sabía de lo que el era capaz a sí que tampoco intentaría nada fuera de sus planes.

Arrojé mi móvil a un lado de mi habitación, frustrada por a ver tenido que levantar esa estúpida navaja y estar pasando por esto. Pero solo era temporal, una vez que le devuelva su navaja todo volverá a ser como antes. O al menos eso creo.

De nuevo me encontraba en aquel cuarto viejo, la luz tenue hacía que la atmósfera sea de miedo, las paredes rasgadas y el piso quebrado le daban mas aún un aspecto mas tenebroso e intenso.

Una vez mas, no podía moverme. Aquel hombre no estaba ahí,

esta vez no había nadie. Pasaron solo segundos para escuchar una puerta rechinante abrirse, ahí estaba el, aquel hombre que veía casi a diario llegar al condominio a altas horas de la noche, pero jamas podía verle la cara.

Esta vez se paró frente a mí y me miró fijamente. Pude verle los ojos, aquellos ojos podía reconocerlos en cualquier lugar, era Dehaan, definitivamente era el. Sacó su navaja y dijo con su voz ronca.

- Game Over.

De repente todo comenzó a desaparecer y a hacerse borroso acompañado de un fuerte zumbido y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba despierta. Por segunda vez mi corazón latía a gran velocidad y mi respiración era agitada. Toque mi frente, estaba fría y cubierta de sudor. ¿Cabía una posibilidad de que Dehaan pueda ser aquel hombre o chico misterioso? Si fuera así ¿Entonces vive aquí? Comencé a inundar mi cabeza con millones de preguntas sin respuestas.