u n o

8.2K 389 50
                                    

Me puse bronceador por cada parte de mi cuerpo. Debía broncearme, si o si. No tendría que estar muriendo de calor si mi tez no fuera tan pálida. ¡Parezco anemica! Suspiré mientras ponía bien la lona y me acostaba en ella, poniéndome de espaldas al sol. Cerré los ojos y espere no quedarme dormida.

—Gracias por esperarme —Maite se recosto a mi lado, mirándome.

—De nada —dije mientras cerraba nuevamente mis ojos.

—Wos trajo a unos amigos que no sabes boluda, te desmayas.

—Ah mira vos.

—Andamos en modo pajera eh.

—No. No estoy de humor para boludeces. Hace una semana vengo tomando sol y no me bronceo ni un poco.

Maite se dirigió a mi bolso y sacó mi bronceador. Leyó la etiqueta y empezó a reír a carcajadas.

—¿Sos inútil? Dice protector corazón, protector —me señaló la etiqueta. Enfadada, me levanté y agarré el "bronceador" que Wos me había regalado.

No se si la pajera soy yo o Wos.

Agarré mi bolso y suspiré.

—¡Wos! —grite enojada, mientras caminaba rápidamente por los bordes de la piscina hasta llegar a mi querido primo.

Pero mi recorrido quedo a medias.

Cuando ya casi llegaba, un pelotudo que vaya a saber Dios quien es, estaba a espaldas mías y cuando levantó lo que se le había caído al suelo, elevó los brazos, haciendo que uno golpeara sobre mi y yo, al estar distraída, cayera al agua.

Que por cierto, estaba helada.

Salí a la superficie y grité.

—¿Qué haces, la concha de tu madre?—estaba enojada, si. Pero al ver mi bolso en el agua, junto a mi maquillaje y celular en el fondo de esta, casi me largo a llorar.

Nade hasta el piso y recogí todo, volviendo a la superficie y nadando hasta la escalera, por donde salí. Camine hasta el causante de esto, que por cierto no conozco, y lo señalé con el dedo.

—Me debes un j7, una paleta de sombras, un rimel, dos labiales Kylie Jenner y un delineador, idiota.

Y con la mirada de todos sobre mi, subí hasta el baño de la planta superior.

Buena manera de conocer personas, Belén.

se que él maquillaje no se rompe por caer al agua, pero hagamos de cuenta que si

perdoname » ecko.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora