Sonrió nerviosa y miro al maravilloso chico que tengo ante mis ojos. No esperaba nunca que lo iba a tener tan cerca.
Acercó su cara a mí, tratando de besarme, giré la cara evitando todo. De su boca succiono una parte de mi cuello, dejando una gran marca. El roce de sus labios en mi cuello, fue algo ardiente. Sentí como estos me quemaban, y algo dentro de mí, se movió. Mis pezones se pusieron erectos, y sentí como se mojaban mis braguitas de nuevo. Cerré los ojos, y luego los abrí bruscamente. Dani aun seguía perdido en mi cuello. Trague saliva, y subí mi rodilla, hasta darle un golpe a su miembro. Instantáneamente me dejo me soltó y se tocó su parte baja.
Podía sentir su mirada en mí,pero no importa solo quiero olvidar lo sucedido. Una voz hablo dentro de mi "te gusta, aceptalo". Mi cuerpo aún estaba caliente por dentro, y las manos y las piernas temblaban. Mi respiración era agitada. ¿Excitación? ¡sí!. ¿Como podía sentir esta excitación tan grande por un chico como él?.
--Esa camiseta se ajusta a tus pechos muy bien -Susurró, lo miré sin mucha importancia, y comencé a recoger unas prendas sucias para llevarlas a la lavadora. Al terminar me levanté y me gire. Sentí una nalgada y me giré bruscamente. Daniel solo miraba mis prendas sobre mi mano, pero con sonrisa perversa. Luego me las pagaría. Lo único que quería era salir de ese baño, donde prácticamente, me sentía asfixiada y acalorada. 'Síndrome de excitación, hacia alguna persona Ana'. Dijo mi voz interior. Quizás tenia razón pero la ignoré.
Contaba los segundos para poder salir de ese cuartito,pero alfin! Pude escapar e ir corriendo hacia mi habitación sentada en mi cama mirando a la nada. Era la hora de la siesta, yo sin mis dos horitas dormidas a media tarde no soy persona, no era capaz de dormir. Y para empeorarlo seguía pensando en Dani. He llegado a estar con chicos y estas muy caliente pero nada se compara con esto. Si, si me decia "cumplidos" pero nunca había llegado al extremo de pegarme a su cuerpo, oh querer besarme ¡nunca!. Y además así de fácil me gustaba.
Me gusta su actitud y no podía mentir. Rogaría para que no cambiara y siguiera con estos acercamientos.
El timbre de la casa sonó me saco de mis pensamientos. Suspiré algo aliviada ¿porque? Pues realmente no lo sé. -Tranquila Ana todo mejorará esta noche. Me dije a mi misma en volumen audible.
-- Mi gatita entrará en acción? -Me quede helada al escuchar su voz ronca, y aun mas al verlos recargado en mi cama. ¡Dios mio! Por mi que me violara en ese mismo instante. No se lo negaría.
-¿Me estas siguiendo o que?.
- Daniel Oviedo, no sigue a las chicas, ellas lo siguen a el.
- Como sea.
Me giré hacia justo donde esta él. --Dejame dormir.
-¿Que si no lo hago?.
-Me veré obligada a dejarte sin hijos -El soltó una carcajada.
-No creo que quieras eso. En un futuro debemos tenerlo -¿que había dicho? ¡Dios!
¡Había insinuado que tendríamos hijos!-Sueñas Oviedo -Me crucé de brazos.
-Di lo de nuevo.
-¿Qué?
-Mi apellido.
-¿Para que?
-Es excitante.
--Me das asco. Suspiré y trate de echarlo de mi habitación, pero gané, fue quedar acorralada entre la pared y el cuerpo de Dani. --Si no me dejas en paz, me veré obligada a volver al orfanato nada mas que por tu acoso
-¿Acoso? Asentí. -No seas estúpida gatita -Paso su nariz por la mía, y después rozo nuestros labios. --Lo deseas.
-Si, murmure y el sonrió. -El la tumba -Subí mi rodilla, pero el la detuvo y al contrario comenzó a acariciarla, hasta llegar a mi feminidad. Me cogió del pantalón pegándome más a él. Lo mire a los ojos, y con otra mano toco mi cuello. Emití un gemido.
--Ah sido de lo más excitante -sonrió. --Esta posición, dios. La ha anhelado tanto.
-¿Que? -Mi voz comenzaba a entre cortarse y mi pecho a agitarse, haciendo que mis pechos se pegaran a el pecho de Dani. --Ya ¡ya lo habías imaginada?
-Empiezas a entender, gatita. -Beso la comisura de sus labios, abrió el botón de mi camisa, miro hacia bajo, viendo la vista que ahora se proporcionaba.
CONTINUARÁ...
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SOLO LLAMAME DANI
FantasyDani es un hombre con muchos secretos por descubir, ¿como los averiguaremos? Pues leyendo esta historia... Prohibida la copia