Martes 14 de noviembre de 2017

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Hoy hacemos un aniversario más con tu preciosa y querida madre. Es un día de tregua, porque a pesar de todo, es muy significativo, debido a que también es cumple de tu bisabuelo (el "bisa-bisa"), pues, cumple nada más y nada menos, que 93 años y está más fuerte que un roble, incluso hay tanto que quisiera contarte de él, que pronto le voy a dedicar un capítulo. En verdad lo aprecio como a mi verdadero abuelo. En especial él siempre a pesar de no tenerse paciencia para sí mismo, para ti es el hombre más paciente sobre esta tierra. Incluso acepto que me gana, te contaré luego porqué.

FRASE DIARIA:
"Nada es tuyo, por más que lo ames, nada te pertenece".

Resulta que precisamente en este día, he podido llegar a tiempo para verte descansar, antes de que despertaras. Quizá te parezca "disco rayado", pero en verdad que es hermoso admirarte al dormir; y más porque hacía ya cerca de cuarenta días aproximadamente que no tenia ese privilegio. Me resulta de un orgullo inmenso el solo hecho de que al dormir, te pareces mucho más a mí. Haces tantas cosas como yo, siempre duermes con la boca abierta, te sonríes, incluso carcajeas al dormir (recuérdame contarte una anécdota de este suceso), das vueltas sin parar, babeas toda tu almohada, y también hablas (balbuceas). Todo esto es precioso contemplarlo, incluso habían noches en que tu mami y yo nos dedicábamos a curiosear y analizar todo lo que hacías mientras dormías. Y siempre a las 00:00 + 15 minutos, despertabas porque ya sentías hambre. En ocasiones, cuando esperábamos a que te despertaras, no lo hacías; y cuando ya comenzábamos a dormirnos, te despertabas. Así de genial eres, has sido y serás.

Debido a que en casi todos los demás aspectos te pareces demasiado a tu adorada madre. Quisiera hacer mención que, esa mañana nos divertimos mucho, mamá preparó tu desayuno y darte de desayunar era todo un encanto, por eso lo hacía yo; todo el tiempo, comías igual que tú madre. Siempre con una enjundia, y una manera de devorar los alimentos que era casi bíblico; incluso si alguien te observaba y esa persona no tenía hambre, después de verte comer; le venía el apetito. Antojabas hasta a la más anoréxica. Comiste como nunca, y ensuciamos todo como siempre.

Después de los alimentos, nos dormimos juntos en tu corral, en verdad que parece mentira pero descansé tan bien a tu lado. Fue un descanso reparador. Y como era de esperarse, buscaste mi pecho para acomodarte cuando ya quería levantarme. Y al ver que estabas tan cómodo, decidí acompañarte nuevamente y dormir. Hasta que tu mami me despertó, pues ya era hora de retirarme.

Bueno, volviendo a la "frase diaria" la cual, me la compartió un cliente. Me hizo comprender mucho, este amigo tenía algo de tiempo de conocerlo y un día me compartió su historia; me dijo: amé tanto a mi esposa, a mi hijo y a mi hija, que inconscientemente creí que debía hacer todo lo posible por evitar que se equivoquen, que fracasen, que les duela el caer y tocar fondo, prácticamente les decía cómo vivir. Y nunca estuve más errado, puesto que comprendí con el paso de los años y de tantas pláticas que recibía en la iglesia que: "Por más que los amara y deseara proteger, no eran de mi propiedad como para que yo eligiera qué debían hacer mis hijos, qué debían comer, qué debían jugar, practicar, etcétera. Y aunque por mucho amor que les tuviera, eso significaba que debía dejarlos ser. Y sobre de eso estaba faltando a una frase que me decían siempre de pequeño: "sólo el amor y la verdad nos harán libres".

Fue entonces, qué esas dos frases, consejos, llamémoslos de cualquier manera, no evitan la sabiduría a través de la experiencia encarnecida, la que hablaba por sí sola. Y que me dejaba a mí, en jaque. Pues ni siquiera Dios nos quitó el libre albedrío, como para que yo me equivocara de tal magnitud.

Por eso ahora apoyo con mucho más ímpetu que: "Hagas lo que hagas, elijas lo que elijas, siempre estaré cerca para apoyarte y darte un consejo".

Bitácora para mi hijo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora