Pills to swallow

Interlude

El sol irradiaba un agradable calor durante la tarde. No parecía verano, sino mas bien, un atardecer de primavera.

Pills extendió sus brazos hacia el cielo mientras que la brisa que traía al mar consigo le acariciaba las mejillas: ella y 2D estaban en la verde pradera artificial de plastic Beach y desde allí podían ver la inmensidad de toda la isla. Por otra parte, el joven miraba nervioso de vez en cuando hacia atrás, con la sensación de que vendría Murdoc a quebrarle un par de dientes más debido a su atrevimiento de estar con Pills a solas: pero se percató de que no vendría. Probablemente estaría echando una siesta después de la abundante comida de bienvenida a la nueva guitarrista, y luego de ello seguro que estaría un par de horas más depilándose la polla. Ya eran muchos años conviviendo juntos, así que le conocía bien...

- 2D...

EH!? - el joven se sobresaltó como de costumbre y sus cuencas vacías se centraron en aquella mujer que tenía al frente, y que le causaba tanta curiosidad como pánico.

Ven conmigo - con su diestra, la mujer hizo una mueca para pedirle que se acercara hacia ella a medida que caminaba hacia una gran palmera artificial que yacía meciéndose solitaria en medio de la verde y artificial pradera.
Stuart miró a la mujer y no podía resistirse a seguirle sin embargo, no era porque le atrajera en demasía la idea de estar junto a Pills sino que al igual que un animal de costumbre, necesitaba que constantemente alguien estuviese diciéndole qué hacer y cómo.

La chica se sentó bajo la palmera y pronto, el vocalista estuvo sentado a su lado, tenso y en silencio. Pills no le dirigía la mirada a pesar de estar compartiendo el mismo espacio: ella estaba concentrada pensando en que aún podía lanzarse por el barranco que había unos cuantos metros delante suyo. Por otra parte, Stupot no miraba a la chica porque su cara estaba comenzando a llenarse de sudor producto del nerviosismo, y no quería ser tan evidente. Quería comenzar una conversación pero en su boca solo había saliva acumulada, como si de un perro de Pavlov se tratara; quería articular alguna frase que desembocara en una buena conversación pero era incapaz de pensar en nada... hasta que de pronto, una luz en su vacía cabeza.

T... te gustaría v-ver una película de z-zombies? - su voz carrasposa por el nerviosismo le impedía articular adecuadamente, pero el mensaje estaba llegando a su destinatario, ya que al oír la voz del chico, Pills inmediatamente le miró con un par de ojos oscuros, serios. - Tengo una c-colección muy grande de películas de ese estilo... por si te apetece...

La voz de la mujer respondió al estímulo:
En este momento, 2D... me siento más animal que otra cosa... - por primera vez, la chica sintió deseos de abalanzarse a la yugular del cantante y lamérsela hasta no dejar rastro de ella. Quería devorarle el cuello a besos y estaba conteniendo esa excitación que le provocaba la torpeza de Stuart porque debía guardar sus ganas para la noche con Murdoc.

L-los zombies no son animales... - Stupot hizo un esfuerzo enorme por mantener el hilo de la conversación a pesar de tener un par de ojos hambrientos frente a él que le pedían a gritos doblegarse ante ellos - ... pero seguro que pueden actuar como ellos c-cuando están devorando los cerebros! - terminó la frase agitando infantilmente sus brazos hacia delante imitando a un zombie para intentar desvanecer esa atmósfera tan tensa que se había creado en unos segundos.

Hubo un silencio incómodo mientras Pills aún le miraba, pero su carcajada ligera hizo que 2D la mirara con desconcierto debido al cambio que surgió: vio a una joven que pasó de ser una depredadora a una chica que se partía el culo con sus disparatadas respuestas. ¿Era ella realmente Pills?

De imprevisto, la joven apoyó su cabeza en el hombro de Stuart: un espasmo de impresión sacudió al joven y entregó la información necesaria a la mujer que tenía a su lado, que no era una buena persona, para nada. Pero 2D era un chico muy majo, muy inocente, y ella no quería hacerle daño. Al menos no por el momento.

Una sonrisa de placer apareció en los labios de la guitarrista. Sintió un poco de lástima por Stuart pero el calor que comenzaba a sentir entre sus muslos femeninos era debido a que le encantaba hacer sentir así de incómodo y desprotegido a 2D; giró un poco su cuello hacia Stuart, y con una lentitud dotada de suma crueldad, posó sus labios en la blanca piel del brazo del cantante: la entrepierna de 2D palpitó fuerte mientras que en su garganta bajó toda la saliva que llevaba acumulando en su boca enmudecida por el contacto del momento.

2D se giró instintivamente hacia Pills, borrando de su cabeza a los zombies que le estaban devorando los sesos y siendo aquello lo último que quería hacer, se encontró con ese par de ojos feroces que le miraban sin despegar los labios de su hombro: a la mujer con un par de ojos que centelleaban curiosidad y excitación; maldad y compasión; ferocidad y ternura. Pareciera que en cualquier instante, esos ojos de animal iban a devorarle completamente y que se perdería para siempre. No podía articular palabra, solo una idea estaba apoderándose de la poca cordura que tenía el pobre Stupot en sus sesos: "Zombies".

Por otra parte, la chica observaba fijamente a un 2D estupefacto: se sentía excitada por esos ojos de cordero que tenía Stuart, que delataban admiración por el depredador que está a punto de devorarle. Sus cuencas redondas y vacías decían mucho más de lo que quizá el común de la gente pudiese creer: en su profundidad delataban muchas emociones que no solía sacar fuera, y dentro de esa infinita oscuridad podías llegar a encontrarte a ti mismo.

Fueron no más de 5 segundos donde 2D y Pills se vieron enfrentados como un lobo y un cordero; al acabar el plazo de tiempo otorgado para ese encuentro, la guitarrista se separó suavemente del cuerpo de Stuart y se puso de pie, caminando suavemente hacia el abismo que tenía delante para admirarlo mejor.

Si en ese momento Pills se hubiese lanzado al vacío para acabar con su vida, 2D no habría sido capaz de reaccionar a tiempo, pero por suerte, aquello no sucedió, y el aturdido Stupot se mantuvo sentado bajo la palmera, mirando a la chica, sin saber qué hacer o qué decir. Ese tenso momento había provocado que la entrepierna de su pantalón comenzara a molestarle y solo podía acomodar su postura para hacer más ameno su lugar. Pero en la cabeza del joven no habían palabras, solo imágenes, solo aquellos ojos oscuros, delineados de negro y cubiertos por un maquillaje rojo. Otro escalofrío.

Tanto Pills como 2D estuvieron admirando como el sol se escondía poco a poco en el mar.
Fueron alrededor de 50 minutos en que estuvieron impasibles y en silencio admirando el atardecer. Ella más preocupada de ver cómo se extinguían los colores y el cielo se teñía de rojo; él más pendiente de memorizar el ángulo en el que las caderas de Pills comenzaban a formar un arco hasta sus glúteos. Hasta que llegó el momento en que las cosas debían seguir su curso inevitable.

La joven se giró hacia el vocalista que aún estaba sentado bajo la palmera. Le dirigió una mirada amable y le hablo mientras caminaba lentamente de regreso hacia la casa estudio.

2D, voy a entrar. Tengo reunión con Murdoc hoy a las 21.00, no me esperes para cenar. Estoy exhausta, así que luego de eso, me iré directamente a la cama. Hablamos mañana - le levantó la mano izquierda en signo de despedida mientras dejaba a un mudo Stuart Pot aún sentado en esa artificial superficie.

Cuando Pills ya entro en la casa estudio, Stupot suspiró largamente. Sabía lo que iba a suceder esa noche: tendría que escuchar los ahogados gemidos de Pills retumbar por toda Plastic Beach y los ruidos extraños que salían de la boca de Murdoc cada vez que se la chupaban. No, 2D no quería. Pero quería imaginarse a Pills moviéndose, sus glúteos, sus pechos...

Y en eso, recordó algo. Dudó durante unos segundos y estuvo a punto de llorar si es que las consecuencias de sus actos se llevaban a cabo. Pero pronto fue más fuerte su curiosidad y cobardía: se levantó rápidamente de su lugar y corrió en dirección a la casa estudio. Subió las escaleras y se encerró en su habitación. No volvieron a saber de Stuart Pot hasta varias horas más tarde.