Bueno empezamos el día una vez mas yendo de camino al centro de atención pokemon, trabajo ahí y siempre me recibe la misma escena de todos los días, entrenadores esperando a que el centro abra sus puertas para poder atender a sus pokemon, a excepción de hoy, las puertas del centro de atención estaban vacías por completo y por dentro aun mas, claro tomando en cuenta que las recuperaciones de los pokemon no tardan ni un minuto, tampoco es que se tarden en recuperar las horas, pero hoy parecía que iba a ser un mal dia y asi fue, nos acaban de avisar que hoy hay una inspección de improvisto, así que el jefe nos puso a limpiar bien toda la sala de espera, los baños, los pisos etc, y también nos puso a hacer todo el papeleo que no hizo en un mes o dos, y para colmo a medio dia empezaron a llegar los entrenadores con sus pokemon, asi que también teníamos que estar atendiendo a los clientes mientras hacíamos papeleo y limpiabamos el edificio, créanme cuando les digo que estaba mas estresado de lo normal ya que usualmente siempre esta todo muy tranquilo pero ahora parecía el maldito infierno, gente queriendo cuarar a sus pokemon, niños queriendo tomar su primer inicial, gente entrando y saliendo por doquier y papeles volando por los aires.
Pasadas ya unas horas todo se tranquilizó y volvió a su estado puro de tranquilidad, habíamos acabado el papeleo y terminamos de limpiar el edificio, pero al final todo resulto inútil, las personas que iban a venir a la inspección jamás se aparecieron por aquí, el jefe nos avisó ya muy tarde que se había cambiado la inspección para el otro mes, así que como compensación decidió darnos el día libre por lo que decidimos recoger todo y guardarlo en su sitio para posteriormente salir del edificio y cerrarlo con llave, pero al final de todo esto se preguntaran ¿Quién soy? Pues yo me llamo Nick y tengo 24 años mi cabello es color marrón obscuro y mis ojos son color azul y como ya dije al inicio de mi narrativa yo trabajo en el centro de atención pokemon, jamás he estado en un verdadero combate ya que no me interesa demasiado el tema, por lo que decidí solo dedicarme al estudió de los mismos y su cuidado, por cierto, si se lo preguntan vivo en una casa propia ya que antes vivía en un departamento y me harté porque mis vecinos eran demasiados ruidosos, toda la noche quejandose por X cosa y la verdad era muy desesperante tener que lidiar con eso cada día, al final ahorre lo suficiente y me mude a una casa donde vivo demasiado tranquilo, pero Hoenn siempre ha sido así.
Dejando de lado esa parte de mi vida personal, me encuentro caminando por Villa Raíz en camino a casa de mi hermano, me dijo que tenía algo que decirme pero se que no es algo tan importante tampoco, siempre me dice sobre los torneos que ha ganado y eso, pero no importa igual nunca tengo nada que hacer; casi pasando el bosque que esta para llegar a Malvalona, escucho pasos entre las hierbas y al voltear veo salir a un entrenador algo furioso gritándole a su Kirlia, me quede observando por unos instantes y ¡Puf!, el chico desapareció entre las nubes con el vuelo de uno de sus pokemon, pero abandono a su Kirlia, uno pensaría que solo le gritaria y ya pero no, la abandonó a su suerte, no importa mucho tampoco ya que puede volver a ser salvaje, decidi no darle mucha importancia y di media vuelta y empece a caminar, pero antes de irme sentí como algo se aferró a mi pierna, así es, la Kirlia que hace tan solo unos segundos parecía que iba a volver al bosque, ahora se encontraba aferrada a mi pierna llorando,-¿Qué rayos?-Musite para mi mismo, la pokemon me volteo a ver con los ojos inundados de lágrimas y lo único que pude hacer fue cargarla ya que no llevaba una pokeball conmigo en ese momento.
Jamás sentí lo que un entrenador sentía al ver mal a su pokemon, pero al ver que esta Kirlia ahora esta abandonada, empiezo a sentir pequeñas punsadas en el corazón..
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De Kirlia a Gardevoir
FanfictionYo trabajaba en un centro de atención pokemon y mi vida era tranquila, jamás habría entrado a un combate ni a las ligas, si no fuera por la pokemon que encontré aquel día en la calle.