De Kirlia a Gardevoir

Capitulo.3

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Les recuerdo que todo diálogo entre la Kirlia y Nick será completamente por telepatía.
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Ayer que llegamos a casa me puse a pensar en todo lo que hable con Kirlia y sobre lo que me dijo de su entrenador, es verdad que la pokefilia ya es algo que se esta popularizando poco a poco no me sorprendería si llegó a ver como un entrenador se casa con su pokemon en un futuro, pero lo que me desconcertó ayer es que hay entrenadores que intenta lo que sea con tal de "hacer sentir bien" a sus pokemon y por lo que sea me refiero a lo que le paso a Kirlia, el echo de intentar forzarla a hacer algo sexual es considerado una violación, y digo esto porque se supone que los pokemon tienen derecho desde que se formaron las primeras poblaciones y se descubrió que podías atraparlos y entrenarlos, a consecuencia de eso se crearon los torneos, las ligas y los gimnasios, todos los chicos soñaban con ser entrenadores pokemon y salían de casa a atraparlos, pero antes no había pokebolas lo que llevo a muchos a retirarse rápidamente del sueño de ser entrenadores, pero con los años alguien pensó ¿Porqué no atraparlos?, al principio la gente se opuso porque pensó que siempre los tendrían encerrados y que ademas los atraparían en contra de su voluntad, obviamente con el tiempo la gente se fue acostumbrado a las pokebolas y dejaron de quejarse sobre su uso, aunque yo siempre pensé que era buena idea pero siempre he preferido traerlos fuera de la pokebola para que se sientan mas libres pero siempre son los del centro pokemon porque yo no tengo pokemons propios y Kirlia no cuenta porque ella solo estará conmigo hasta que le encuentre otro entrenador, mientras tanto intentare que olvido todo lo que le paso el día de ayer, pero en fin retomando el tema, las pokebolas fueron un gran paso para los entrenadores.

Dejando lo del tema de las pokebolas de lado, ahora mismo me encuentro cambiándome de ropa para irme a trabajar, Kirlia esta dormida así que le deje una nota en la mesa para que no se preocupe por mi ausencia, también le deje unas cuantas bayas para que coma; al terminar de cambiarme me dirijo a la puerta pero algo me detiene al estirarme de la manga de mi sudadera, me volteo para ver que es y efectivamente es lo que pienso, es Kirlia que acaba de despertarse, debo admitir que se ve algo tierna cuando acaba de despertarse.

¿Qué pasa pequeña?-Dijo Nick mientras se ponía a la altura de Kirlia-

¿A dónde vas amo?-Respondió la Kirlia mientras usaba la habilidad de telepata-

Voy a trabajar, vuelvo en unas horas-Contestó con gran entusiasmo-

¿Me dejará aquí sola?-Contestó Kirlia algo somnolienta-

Pues..eso iba a hacer, es que te vi tan tranquila que no quise molestarte-Da un pequeño suspiro-

Pero ahora estoy despierta, ¿Puedo acompañarlo?-Preguntó un poco mas consiente-

Pues claro, serías de mucha ayuda ya que podrías comunicarte mejor con los otros pokemon-Sonríe- así que toma tus bayas y vámonos

!Si señor¡-Regresó a la cocina y tomó sus bayas- !Son meloc¡

Yo se que te encantan-Suelta una pequeña risa-

Después de que Kirlia acabo de recoger sus bayas las echo a una bolsa plástica para mantenerlas frescas y seguido de eso se dirigió junto con su entrenador al trabajo; mientras caminaban por las calles de Ciudad Petalia algunas personas se le quedaban viendo a Nick por el como llevaba a Kirlia de la mano, repito que ya no era tan extraño ver a un entrenador con su pokemon en alguna relación, pero en Ciudad Petalia era algo conservadores, por lo que no era tan común ver este tipo de cosas en esta ciudad, pero obviamente el chico prefirió ignorarlos; al llegar al trabajo apenas y logro entrar por la puerta junto con su Kirlia debido a la cantidad de entrenadores que ya los estaba esperando, al acercarse al mostrador se apresuró para atender de inmediato a los entrenadores que iban entrando, por su lado Kirlia se concentraba en relajar a los pokemon mas nerviosos, por primer a vez en su vida la pokemon estaba curando quemaduras de tercer grado y uno que otro hueso roto, ella sabía bien que en los combates solían pasar este tipo de cosas, pero nunca las había visto tan de cerca.