Capítulo 5

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El teléfono no paraba de sonar, sonaba muy fuerte y yo no quería atender, sabía que era Fede preguntándome por que no estaba ahí para verlo desfilar, después de un rato atendí, no sabía que decir.

Comunicación telefónica

- Fede: e bo, por que no venís? Viste la hora que es? Desfilo en un rato, quiero que vengas amor, sabes que este día es muy especial para mí.

- Mathi: amor, estoy acostado desde temprano, tengo reflujo y me siento muy mal, estoy con el parcerito que fue a comprarme medicamentos, me siento mal por no poder ir.

Fin de la conversación telefónica.

El silencio inundó la habitación, Federico me colgó de una manera que no imaginaba, se habrá sentido mal? Pensé.
Pero la sorpresa que tengo para más tarde lo va a alegrar un montón.

Las horas pasaban y yo estaba más y más nervioso, viajé rápidamente a buscar a unos amigos que ayudarían a filmar toda la escena acá en casa y en la calle cuando Fede salga del desfile corriendo por la noticia.
Esta sorpresa fue una de las mejores que organice y nadie puede decirme que no.
A último minuto, se nos ocurrió que todo ocurriría en vivo para los sogas, queríamos que de alguna manera se sintieran partícipes de este gran momento para nosotros.

Miré por televisión todo el desfile, no puedo creer como ese bombón se fijó en mi, qué tengo yo? Únicamente estos ravioles en la panza, de ahí en más mucho no debo tener - reí.

Se estaba acercando el momento, mi corazón latía de una manera impresionante, no sabía que le diría a Fede, la preocupación invadía mi cuerpo, luego se me ocurrió la idea de decile al parcerito que llame él a Fede, y diga que yo continuaba enfermo que venga lo más antes posible.

21:15 marcó el reloj, era hora de hacer ese tan esperado llamado.

- Parcetito:  Fede – dijo de manera cortante.

- Fede:  qué pasa bo? Dijo preocupado .

- Parcetito: no te asustes, pero necesito que vengas ya a la casa.

- Fede: qué pasa? No me asustes, decime por favor –mientras su respiración comenzó a agitarse.

- parcerito: Mathi, Mathi está mal, no se mejoró desde esta mañana, quiero que vengas ya.

-

Fue la última palabra que salió de la boca del parcerito la que le dió el impulso a Fede de salir corriendo, millones de pensamientos invadían su mente, podía verse en sus ojos la preocupación por el amor de su vida.

Salió corriendo del edificio, no dijo nada solo corrió, con un rumbo, ir a donde estaba la persona que más amaba del mundo.
Todos los amigos de Mathias filmaban la situación y reían a lo bajo, millones de reacciones en el vivo de Instagram llenaban la pantalla de los celulares.

Tan grande es la preocupación de Federico, que no nota la luz roja en el semáforo, cruza, así como cruzaría un mar por Mathias, pero el tráfico no lo perdonaría.
El impacto fue fuerte e impactante, así como la cara de las personas a su alrededor, e imagino que igual a la cara de las personas que veían la transmisión en vivo.
Nadie sabía que hacer, el mundo para la gente se paralizó.

El número del 911 había recibido quizás millones de llamadas, mientras todos esperaban que llegue una ambulancia, esperaban que sea de prisa, esperaban que no sea tarde.

36 días y 36 noches a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora