⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀-EN PROCESO DE REESCRITURA Y FINALIZACIÓN -
Rose vive con su padre en Georgetown donde llevan una vida completamente normal hasta que él muere de forma repentina. Ella será la encargada de cumplir con su última voluntad: ser enterrado junto a...
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Ring ... ring... ring...
—¿Rose? ¿Qué quieres a estas horas? —preguntó Flora al otro lado del teléfono.
—Tengo que dormir en tu casa. Lo necesito. Luego te lo explico, por favor...—respondió Rose jadeando.
—Está bien, te espero. Y mientras vienes inventaré una excusa para mis padres. Pero tranquila, ellos se van a la cama...
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Rose siguió caminando a toda velocidad hasta llegar a casa de Flora. Estaba exhausta y todavía seguía muerta de miedo. Subió las escaleras y llamó al timbre.
—¿Quieres que te prepare té con una nube de leche? —preguntó Flora mientras cerraba la puerta de casa.
—Realmente lo necesito... —respondió Rose.
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Las amigas estaban tomando té en la cocina cuando apareció la madre de Flora por la puerta.
—Hola, cariño. Flora me ha dicho que vendrías a dormir porque se ha estropeado la calefacción.
Flora y Rose sonrieron mientras se lanzaban una mirada cómplice.
—Espero que mañana puedan venir a arreglarla. Estos días está haciendo demasiado frío...—respondió Rose.
—¡Hace un frío que te mueres! —exclamó la madre mientras fingía que estaba tiritando. —Por cierto, Flora... Recuerda que este fin de semana tu padre y yo tenemos que salir de Georgetown.
—Vale, mamá...
—¡Si quieres puedes quedarte, Rose! ¡Fiesta de pijamas! —dijo la madre alegremente.
—Mamá, por favor...
—¡Buenas noches, chicas!
Las amigas apuraron lo que quedaba en las tazas y subieron a la habitación para hablar un rato antes de dormir.
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—Menos mal que estás más tranquila, Rose. Si te llega a ver mi madre nos habría llevado a urgencias...
—No te vas a creer lo que ha pasado, Flora. Estaba haciendo la ouija y han pasado unas manifestaciones espantosas en casa. Ni siquiera he podido cerrar la partida.
—Ya estás aquí, Rose... Además, si quieres puedes quedarte el finde. Le he dicho a Kaley que venga mañana...
—No lo entiendes, Flora. No cerrar una partida de ouija significa dejar abierto un portal directo con el inframundo. Y no te imaginas lo peligroso que es eso...
Después de un rato hablando sobre lo que había pasado en casa de Rose, las amigas apagaron la luz e intentaron dormir lo más tranquilamente posible.
Todavía ninguna de las dos era consciente de lo que realmente significaba dejar abierto un portal con el mundo de los espíritus, pero pronto lo descubrirían, de la peor de las maneras...
