Capítulo 2

14 3 0
                                    

Querido Diario:

La última vez que te escribí fui muy breve, pero era porque realmente no me sentía con ánimos de pensar en mí niñez, pero ahora que me siento mejor... Lo haré;
Después de las típicas burlas del preescolar entre a la primaria de Punta Cabo, para empezar "Punta Cabo" es un pueblecillo de paso sobre la carretera con una población de 3'208 habitantes, lo se, triste realmente. Y si, es como lo piensas con sus típicos vaqueros que se creen la gran mierda, niños ricos y mimados, los amigos de los niños ricos y al final las personas como yo, pobres, que viven en las afueras del pueblo y tienen cero vida social.
Pero no te asustes se que todo esto es tan cliché, pero ¿que quieres que haga? Esta es la vida real, la vida de una chica de carne y hueso (más carne que hueso) y lamentablemente la vida es un total cliché. Pero esto es solo el comienzo.
En fin hablaba de la primaria, cuando iba a ese horrible lugar que fue mi cárcel por seis estúpidos y largos años esto es lo que pasó, cuando entré conocí a una niña llamada Ana, que compartida la misma religión que yo y creerás que esto no importa pero en un lugar como Punta Cabo si, es importante, íbamos a la misma iglesia cristiana, ella llevada por sus padres y yo tenía que estar ahí, ya que mi padre era el reverendo, descuiden no por eso creerán que soy una santa o una segunda virgen María o que esto que te cuento tendrá que ver con religión, al contrario, mi vida con mi familia (con mis padres) fue relativamente buena, pero no hablemos de eso aún. Creerán que Ana y yo nos convertiríamos en mejores amigas por siempre ¿No? Tengo que admitir que hasta yo lo pensé, pero no fue así, ella era invisible, yo era invisible y eso nos hizo algún tipo raro de compañeras porque yo no tenía amigos, bueno solo una Michi, era una niña dulce, linda y buena que todos amaban, y cuando digo todos, me refiero a TODOS realmente "padres, maestros, niños, etc." Pero ella en lugar de estar con los populares, prefería estar con nosotras "las invisibles", consistía en un pequeño grupo conformado por Ana, Grachi, Lili, Michi y yo, por fin tenía un lugar en la vida.
Y pensarás ¿Que va mal? Te contestaré, "él hermano de Michi" y no pienses que me enamore o algo por el estilo, vamos que solo tenía siete años, y como les he contado era gorda, fea y ruda, cuando tienes una constitución grande a corta edad y un cabello de Dora la exploradora los niños creen que pueden golpearte, llamarte y cito sus palabras "sucia ballena asquerosa" solo porque no eres como las demás niñas, y si, ese era el hermano de Michi, todo lo contrario a ella, el encabezaba a los brabucones, iba junto con nosotras apesar de ser dos años mayor, pero lo retrasaron por sus pésimas notas, y creo que yo era su modo de desquite, siempre al entrar al salón el se dirigía a mi y golpea fuerte mi espalda con su puño, no lloraba apesar de que dolía, pero no le permitiría verme mal.
Eso fue los primeros tres años, al final de tercer año estaba tan cansada que un dia explote y simplemente por un bobo motivo comencé a golpear a Ana, sin control puñetazo tras puñetazo en su espalda, me había convertido en el agresor, y ella no lloro, solo me decía que golpeaba como bebé, lo hice hasta cansarme y ella ni se inmutó, cuando la deje, su llanto fue inevitable, yo me sentí como una mierda ¿Qué había hecho?, Mandaron a hablarles a mis padres pero yo rogue que no lo hicieran, inventando que me sacarían de la escuela si se enteraban porque eran muy religiosos, llore tanto que lo dejaron pasar, y solo me dieron una advertencia, que no tendría segundas oportunidades, pero no era necesario, prometí no volver a hacerlo.
Para cuarto año, ya había decidido dejar de ir a la escuela, estaba cansada, arta de ellos y en casa había tenido un problema.
Mi mamá tuvo que llevarme a rastras a la escuela y bajarme del coche, era el primer día, con un maestro nuevo y yo no pensaba entrar, mi madre tocó la puerta del salón y pidió hablar con el maestro, este salió era lindo, enserio que lo era y si apesar de mi corta edad sabía diferenciar esas cosas:
- Hola, buenos días profesor ella es Krystell y yo soy Ruth su madre, tengo un problema, ella no quiere venir a la escuela, y quería ver si podía ayudarme. -tan cordial como siempre ma.
- Buen día señora, soy José María y si me contará porque esta pequeña señorita no quiere entrar, tal vez le pueda ayudar... -OMG, me llamo pequeña señorita, ya me caía bien.
-Bueno, todo es porque... - y así mi madre le contó todo por lo que pasaba y que no encontraba cómo acabar con todo ello, y el lo que hizo fue encerrarse en el salón alrededor de media hora y "charlar" con el grupo, me prometió que con el nadie me volvería a herir, y... ¿Qué creen? Así fue, por lo menos en su año, fue un excelente maestro, lindo, cariñoso y estricto a la vez.

Querido Diario...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora