Me gustas

394 28 1
                                    

[Narra Adrien]

Hablar con ella, no lo creo.
Es algo que solo en sueños hacia, senti su aroma a fresas tan cerca de mi que creia volverme loco. Pero no, puedo presumir que es la primera vez que pude controlarme. Eso fue hace unos días, aun traigo su aroma tan cerca de mi. Tocar su cabello, ver sus ojos... que pena que solo me recuerden que han llorado por mi culpa.

Estoy dispuesto a que nada sea como antes, solo quiero mimarla, darle todo lo que merece, y esta vez no me refiero a un departamento tan grande como un castillo o a ropa de diseñador que ni siquiera podía presumir por que la tenía resguardada solo para mi. No, esta vez todo sería diferente, solo quiero tratarla como mi reina, darle un amor puro y sincero, sin presiones, solo me bastaría un beso de ella todas las mañanas o tan siquiera un "te amo" de sus labios rojos. Eso es por lo que ahora suplico.

- ¿Cuánto tiempo seguiremos aqui? - una vez más, esa voz vuelve al igual que mis penas.

- ¿Podrías callarte? -

-  No... me he callado muchas cosas y mira en donde estoy, solo quería ayudar a mi amiga y guarde un secreto pero más sin embargo estoy aquí -

- En la forma en que lo dices suena como si sufrieras por hacerme sufrir a mi -

- ¿Tú que sabes?, yo no elegi estar detrás de ti a donde vallas, tu eres quien me maneja y yo solo digo la verdad -

- Solo guarda silencio... -

- ¿Así como la última vez que me tenías frente a ti?, ¿Ya lo olvidaste?... tus manos alrededor de mi cuello por varios minutos solo por no obedecer... hasta que lo conseguiste, guarde todo el silencio del mundo y eso será tu condena. Nadie más que tu sabe mi silencio -

Su risa, su nube ante mi, esos ojos que cerraron. No puedo, no ya no más.

- ¡Basta!. ¡Callate ya! -

Mis manos solo toman lo primero que llegan a sentir. No se que hacer nunca puedo con esto. Almohadas en mi rostro, todo sobre mi, quiero esconderme, dejar de oir, pero esa risa tan insistente me sigue a todas partes y por muchas ilusiones que pueda tener por mínima que parezcan siempre existe un fantasma que me recuerda el daño que he hecho y nunca se borrara .

- ¿¡Adrien!? - un silencio momentáneo y otro ruido, estan tocando la puerta de la bodega - Adrien abreme porfavor, ¿Estas bien?, ¿Quién esta contigo?, por amor de Dios respondeme o llamaré a Nino y le haré tirar la puerta -

- ¡Ya voy! - solo eso puedo alcanzar a responder y acercarme a abrir, es Alya, se ve asustada o más bien preocupada.

- ¿Qué pasa?, ¿Porque gritas?, no te veo muy bien -

- No es nada... solo fue... una llamada de alguien que no quería escuchar - mi voz se acorta y no se si se la a creído o no

- ¿Éstas seguro?, tal parece que hay alguien más adentro, yo no me pondría a romper cosas solo por una simple llamada -

- Alya prefiero no hablar sobre eso, lo que quiero es calmarme y olvidar el mal trago -

- Oh, si es así entonces ven... -

Su manos toma las mías, ni tiempo me dio de cerrar la puerta, da lo mismo no me importa nada de lo que se pueda a desaparecer, sería un recuerdo menos que guardar.
Me dirige hacia arriba, unas horas para cerrar y la gente no para, cada día me convenzo más de que este lugar tiene futuro. Llama a una mesera en lo que ambos tomamos asientos en un rincón.

- Me traes dos cafés por favor uno sin azúcar y otro con crema -

- Valla... no crei que sabías que... -

- ...¿Qué?, ¿Qué el café lo prefieres amargo?, bueno siempre lo pedias asi en la escuela - solo veo a la mesera irse y ella aun no suelta mis manos. La verdad no me incomoda, esto es adorable.

- Bueno por eso eres mi mejor amiga y eso es lo mejor que tengo en este momento -

- También te tengo un gran aprecio rubio -

No se que sea, pero tiene un extraño brillo en sus ojos, me estoy quedando corto de palabras, se ve hermosa a media luz, espero que encuentre a alguien que valga la pena.

- Ya encontré un mejor departamento, pero es muy grande para mu sola y queria saber... bueno si tu, no lo sé... ¿Quisieras hacerme compañía en el?, no es a como has de estar acostumbrado pero... -

- Oye yo estaba dispuesto a pagar uno y proponerte lo mismo. Así que si te parece en vez de rentarlo podemos comprarlo -

- Eso es... un lindo detalle de tu parte -

- Solo quiero agradecer lo buena que has sido cuando conmigo desde que llegue -

- No deberías agradecer nada, es fácil hablar contigo... ¿Sabes?, este tiempo juntos me has demostrado que eres sencillo, muy honesto y ... me haces bien -

Un ligero coqueteo sale de ese bello brillo de sus ojos.
Mis mejillas y mi frente queman. ¿Qué me pasa?, es hermosa, lo es y demasiado, pero yo no la veo a como creo que ella quiere que la vea.

- Qué... que linda tu manera de pensar, no me lo esperaba -

- Bueno te has ganado que te vea asi... y...

- ¿Y...? -

- Creo que las palabras son tontas ahora -

Ni siquiera aliento me dejo tomar, sus manos pasaron de las mías al cuello de mi camisa.
No crei qie tuviese esa fuerza, nuestros cuerpos tan cerca y nuestras miradas se clavan una en la otra, sus labios sobre los míos.
En verdad es extraño, pero por algún motivo no me resisto a esto. Este beso es tan dulce y puro, tal vez uno de los más sinceros que he tenido, mi mente se hace blanca y se que me dejado llevar cuando ella ya esta tan cerca de mi y mis manos jalan su cintura a manera de sentarla en mis piernas.
Mi mente solo esta clavada en continuar. Me duele, quema todo esto y a la vez se siente tan bien que no creí capaz de que este día se diera.

Más sin embargo...

- ¡Aquí esta tu orden! -

- Oh, perdón Martha... pero se lo he pedido a... -

- Me da igual a quien se lo hayas pedido, es la primera vez y la última que me ofrezco a hacer esto para ti... -

La charola se azota con fuerza dejando caer unas gotas. Mi bella Marinette me a visto. La verdad no debería importarle si su amor por mi amigo es verdad.
Tan siquiera aun pasa por mi su aroma y Alya se recarga en mi pecho mientras ve como la azabache se va molesta contoneando sus zapatillas. ¿Desde cuando las usa?, crei que no las usaría más desde la vez que la atrape con Nathaniel.

- Te lo dije... quiere hacerme la vida miserable, no le basta con las cosas que el jefe hace por ella -

- Bueno... yo... -

- Perdón creo que me excedi pero ya no soportaba estas ansias y la verdad... me gustas Agreste -

¿Qué hago ahora?
Ella se merece lo mismo que mi amor y... ya no tengo corazón para romperselo a ella en este momento.

- También... me gustas. -

°Nuestras Sombras°..."Empezar De Cero"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora