Dieciséis: visitante

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Gumball tosió y eso hizo que le doliera más la cabeza.

Gumball:
-Maldito resfriado... Ni siquiera puedo toser sin que me encuentre -cof!- peor...

Cerró los ojos e intentó dormir. Eso era lo único que no le hacía sentir mal. Pero después de todo lo vivido en las últimas 24 horas no podía dejar de pensar en ello.

Nicole le había dicho a Darwin que no molestara a Gumball, pero este se aburría mucho y solo quería su compañía. Quizá con él podía hablar tranquilamente sobre lo sucedido, tenía muchísima confianza con el pez.

Entonces, cuando la puerta se abrió sobresaltando a Gumball, él se alegró mucho.

Darwin:
-Sé que no debería estar aquí, pero necesito hablar contigo sobre todo lo que... ha pasado.

Gumball:
-No te preocupes, eso es lo que más me apetece en el momento.

Darwin:
-Es porque... Cuando estaba controlado... No hice nada malo, ¿Verdad?

Gumball:
-Emm.. tiene gracia que lo menciones...

Darwin:
-¿Sí? DIMELO, DEBO DISCULPARME...

Gumball:
-Yo... esque...

Darwin:
-¿Tantas cosas malas he hecho? Yo creo que a pesar de estar controlado no he hecho demasiado...

Gumball:
-Bueno, me ignoraste, luego me rechazaste y no me hiciste caso. Pasaste de mi y me humillante delante de todo el instituto. Luego me golpeaste y me dejaste KO y... supongo que solo eso...

Darwin:
-Esto... Lo siento mucho, de verdad.

Gumball:
-Tranquilo, no fue tu culpa.

Darwin:
-Ya, pero aun así...

Gumball:
-Y... ¿qué hice yo cuando estaba controlado?

Darwin:
-Pues... Yo, después de dejar de estar controlado, recuerdo estar en una habitación. Un aula. Solo me acuerdo de pequeños trozos, y después del "enfrentamiento" te volví a ver cuando estabas controlado. Querías... Destruir el colegio, y a todos nosotros. Fuiste en mi busca y luego te acorralamos todos. Te tiramos un 'protector', una burbuja que te encerró, y al tocarla todos explotó. El resto creo que ya lo conoces.

Gumball:
-Sí, el resto lo conozco. Supongo que ninguno de los dos pudo controlar lo que hacía cuando Kail nos controlaba, así que ninguno tuvimos la culpa.

Darwin:
-Eso no es del todo cierto. Tú al final sí que pudiste controlarte y expulsar a Kail de ti.

Gumball se quedó pensando. Entonces, preguntó:

Gumball:
-¿Y qué pasó al final con el espíritu de Kail?

Darwin:
-Carrie nos dijo qué había que hacer justo cuando Penny escapó contigo en brazos...

Gumball se puso rojo como un tomate.

Gumball:
-¿E-en brazos?

Darwin:
-Jiji, sí. Bueno, continúo. Había que encerrarlo en un bote con purpurina. Si, purpurina, no pongas esa cara.

<<Y funcionó. Cuando vosotros os fuisteis, el espíritu estaba volando por ahí. Carrie lo intentó parar tirándole libros, pero se dio cuenta de que, como ella, era un fantasma y no podía tocar objetos opacos. Después, reunimos el bote y la purpurina, y los juntamos. Carrie era la única que podía tocar a Kail, y lo empujó hacia nosotros. Entonces, él se metió en el cuerpo de Alan, y luchamos contra él. Pero lo expulsó muy rápido, ya sabes que el globito ese es muy bueno. Al final, intentando buscar a otra víctima, cayó en una trampa que le habíamos puesto. Esta vez Carrie le empujó bien y cayó al bote. Traumatizados para toda la vida, vimos como lentamente la purpurina descomponía al fantasma violeta, hasta que solo quedó un círculo en suspensión en el tarro. Yo lo cerré y lo conservamos. Si quieres podemos ir donde está para que lo veas.>>

Gumball:
-No es exactamente lo que más me apetece, sin embargo me parece que cuando me encuentre mejor iré. ¿Me acompañarás?

Darwin:
-Eso ni se pregunta.

El nuevo (el asombroso mundo de Gumball)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora