Capítulo 5

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No estoy segura por cuanto tiempo estuve durmiendo en la habitación, que para cuando desperté, el yate de Yoon Gi no se movía más.

—¿Qué? — me levante de golpe y mire por la ventana, en eso sentí un punzante dolor en la cabeza. —Rayos...— puse una mano en mi cabeza y con la otra trate de tomar lo primero que estuviera cerca por que mi cuerpo se tambaleaba, en eso alguien tomo mi muñeca y me jalo hacia su cuerpo, abrazándome fuertemente.

—Tranquila...— susurro Yoon Gi cerca de mi oído. —Tranquilízate, hemos llegado a un puerto.

—¿Dónde estamos? — pregunte.

—En Italia...

—¿Qué?

¿Cómo es que hemos llegado tan rápido? De Miami hasta aquí... ¿Cuánto tiempo es que he estado durmiendo?

—¿Co-Como paso?

—¿Ah? — Yoon Gi se mostraba algo confundido.

—¿Cuánto tiempo estuve dormida?

—Tranquila, solo fueron unas horas.

—¿Pero como es que llegamos tan rápido aquí?

—Tengo algunos trucos bajo la manga. — rio.

—¿Utilizaste algún hechizo?

—Vaya, me descubriste.

—¿Es eso no? — pregunte, Yoon Gi asintió con la cabeza. —Rayos, por dos segundos crei que me iba a volver loca.

—¿Aun te duele la cabeza?

—Estoy algo cansada y mareada.

—No has comido nada, es lógico.

—Tengo hambre...— susurre.

—Te lo dije.

—¿Esto es Italia?

—Si, bueno una de sus islas.

—¿Islas? — pregunte mientras miraba por la ventana.

—Te traeré algo de comer antes de que vayamos a ver a mi padre.

—Vale...

Yoon Gi me llevo hasta mi cama y volví a sentarme, la sensación de mareos y dolor corporal me trajeron recuerdos de algunos acontecimientos de mi pasado, uno de ellos incluía a mamá.

—Aquí tienes...— alguien me alcanzo una bolsa de papel, la tome y la puse sobre mis piernas, al abrirla encontré un par de frutas, un plátano, manzana, jugo de caja, agua embotellada y un sándwich. —Espero que sea suficiente. — dijo Yoon Gi mientras se sentaba a mi lado.

—Creo que si será suficiente.

—Sera mejor que recuperes energías.

—Si...— susurre, de la bolsa saque la botella con agua, estaba sedienta.

—¿Cómo te sientes? — me pregunto.

—Como si me hubieran obligado a donar dos bolsas de sangre.

—¿Ah?

—Nada, olvídalo...— susurre. Eso fue lo que hice con mamá, hace tantos años, que sentia que estaba viviendo un deja vu, aunque en aquella ocasión, lo hice voluntariamente, en esta ocasión, digamos que si, fui obligada.

Luego de comer, Yoon Gi me dijo que ya era momento de dejar el yate, salimos con cuidado, me ayudo a bajar de este, mis piernas estaban temblando un poco. Caminamos entre la gente del puerto, cuesta arriba hacia el monte, en donde parecía haber un pequeño pueblo, hasta que llegamos a una de sus casas. Al ingresar, en Yoon Gi seguía tomando mi mano y obligándome a caminar, hasta que ingresamos a lo que parecía ser un pequeño estudio, alli pude ver a un hombre sentado en un escritorio, leyendo un gran y antiguo libro.

—Padre...

—Por fin llegaste hijo. — este alzo la vista y la poso en nosotros. —¿Qué es esto? — pregunto de inmediato.

—¿Ah? —estaba algo confundida ante su reacción.

—Te pedí que me trajeras a una sirena, no a esta humana.

Rayos, me había descubierto.


Deep |BTS| 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora