Capítulo 16

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Yoon Gi POV

—Milagro, te quedaste callada...— susurre.

Acaricie su mejilla mientras me acercaba a ella, haciendo que la distancia que había entre nuestros labios desapareciera poco a poco, mientras el deseo incontrolable se apoderaba de mí.

No podía controlarme cuando ella empezó a ceder ante el beso. De una manera tan desesperada, como si su mente e pusiera de acuerdo con lo que deseaba su cuerpo.

—No...— susurro ella entre gemidos. su mente se separo con su cuerpo y volvio a como hace unos minutos antes.

Hoy ella seria mia, hoy, nuestra ultima noche juntos, posiblemente hoy sea mi ultima oportunidad para tenerla en mi territorio, en mis manos, poder hacer con ella lo que quisiera, ya que a partir de mañana, ella ya no estaría cerca de mi, solo por hoy, no permitiría que se aleje de mí.

Me apodere de su cadera la acerque hacia mí, haciendo que lentamente Abha se llenarme de caricias. Tome sus piernas y las alce hacia arriba, permitiéndome tener acceso hacia ella, puse sus piernas en mis hombros y volví a tomar su cintura, me acerque lo más posible a ella y pude penetrarla, lentamente.

Abha gimió al sentir como su intimidad era invadida. Besando su cuello, dejando pequeñas marcas de sus colmillos en su piel. Dando a entender que era mi territorio, marcando cada centímetro que podía. Mia y nadie más.

Las embestidas iban aumentando cada vez más, podíamos sentir aquella sensación de placer, aquel éxtasis tan anhelado acercarse lentamente, disfrutando de cada momento, de cada caricia, de cada beso...

Yo. Pero ella, su mente aun se interponía, sus pensamientos.

—Maldito...— susurro.

Me detuve, salí de su interior y la mire fijamente a los ojos, me recosté sobre ella para ver su rostro más de cerca.

—Te odio...— susurro.

—Lo se...

—Ojala nunca te hubiera conocido.

Ella seguía confrontándome verbalmente, quería disfrutar por completo mi último día a su lado, sin lastimarla más, pero al notar que ella no cooperaba, creo que debía de actuar más drástico.

Voltee su cuerpo, logre hacerlo en un par de minutos, no importo cuanta resistencia pusiera, lo hice, agarre su abdomen y lo alce, colocándola de rodillas, o como muchos llaman un poco más vulgar, en cuatro.

—No lo hagas...— suplico ella. Puse ambas manos en sus caderas y me coloque, ella al notar eso hundió su cara en la cama y luego de unos escasos segundos observó por arriba del hombro al mayor con una expresión de súplica, y habló. —Para...

Deep |BTS| 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora