Capítulo 5

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-¿Y Thiago?
-¿Y Thiago qué?

El clima ya había cambiado, ya habíamos pasado ese tema, pero todo aun seguía siendo triste, se notaba en el ambiente.

-¿Como fue para el todo lo de la mamá?
-Era chico, Ori. Mucho no lo entendía. Creo que lo sufrimos mas nosotros en su momento por escucharlo a él llorar porque la extrañaba que otra cosa. Él pedía a su mamá y nosotros no sabíamos que hacer.
-¿Y vos te hiciste cargo de todo eso?
-Apenas paso lo de Lola él quedo bajo la custodia de mi mamá. Obviamente yo estaba todos los días con ellos, siempre tuve debilidad con ese enano. Él padre nunca se quiso hacer cargo y ese lugar, en parte, lo tome yo desde un principio. Siempre trataba de sacarlo, pasear. Si lo dejaba todo el día con Lola el nene volvía con hebillitas, vinchas, colorete. -Riendo- Era tremenda con él. Pero bueno, mamá se enfermo y le hacía peor al nene porque le transmitía todo a él.
-Y ahí pasaste a tenerlo vos.
-Ajam. Lo hable con mamá y decidimos que sea yo quien lo cuide. Fue… un quilombo. Imaginate lo despelotado que era yo, ¿y encima con un crio?-Riendo.- Mi mamá me tuvo que decir que los chicos empiezan la salita de 3 años, sino hasta los 18 no iba a empezar nunca la escuela, eh.
-Riendo- Te juro que intento imaginarte y no puedo.
-Es que ni yo me imaginaba a los 22 haciéndome cargo de un enano.
-Te cambio la vida.- Sonriendo.
-Sí. Me cambio todo, la rutina, mis prioridades, mi trabajo. Fue por él que acepte el ascenso. Si algo me pasa, él va a tener que sufrir otra perdida, y sinceramente no es lo que quiero.
-Te convertiste en papá, Juli. Es simplemente eso.
-No lo sé. Lo amo como si fuera mi hijo, pero sé que es el hijo de Lola. Y eso se lo dejo sabido siempre. Él sabe quién es su mamá y que siempre está con él.
-Como cambian las cosas con los años, es impresionante.
Antes de poder responderle su teléfono sonó, cortando con todo.
-Disculpame, ahí vengo.- Dijo alejándose unos metros.-¿Hola?… Hola Joaco… No, todavía no… No, mira a la noche me junto con las chicas, íbamos a salir pero… No, es que… Bueno si queres ir anda, ¿qué queres que te diga que no? Si igual vas a ir… Okey, hace lo que quieras. Nos vemos.-Cortando- ¿Vos tenias novedades de lo de Juan, Julian? -Me dijo volviendo a sentarse en el sillón.
-Sí. No te va a gustar nada lo que te voy a decir, pero si. Es Juan el que te está siguiendo, Ori.
-Suspirando- Lo sabía.
-Mande a seguirlo y a averiguar que era de su vida. Si te interesa te dejo los papeles.
-No, no quiero saber nada de él.
-Bueno, solo te digo lo que vamos a hacer, ¿sí?
-¿Meterlo preso?
-Sonriendo- Si fuera por mí, no habría problemas. Lo vieron frecuentando los negocios que están en la zona, e incluso lo vieron en el bar que está en la esquina. No es para asustarte ni nada Ori, pero recién cuando baje del auto lo vi ahí.
-¿Y qué hay que esperar a que venga a hacerme algo para detenerlo, Julian? Ya tiene una orden de restricción que ni siquiera cumple!
-No. No va a pasar nada. Vos ya tenes mi numero, por cualquier urgencia. Yo mande a programarte un botón anti pánico también por cualquier cosa. La idea no es que vos vivas “Prisionera” por su culpa. Desde logística no podemos ir a intimidarlo, porque así no funcionamos. Tenemos que esperar a que el pise el palito para poder arrestarlo y tener pruebas para que quede adentro, Ori. Vos seguí tu vida normal, que yo te aviso cualquier cosa que hagamos. Lo que sí, no dejes de hacer nada de lo que haces Ori, no queremos que el sienta que porque te amenaza vos estas asustada. Queremos que reaccione, vos vas a estar protegida por cualquier cosa, tranquila.
-Sí. Re tranquila voy a estar ahora, sabes.-Con cara de pánico.
-Riendo- Perdón, se me vino el policía encima.
-Si, veo.
-Seño- Lo escuche susurrar.
-Eii dormilón, por fin te levantas.- Le dijo mientras nos parábamos del sillón, él estaba paradito mientras se sostenía de la pared, semi dormido. Parecía un borrachito en miniatura.
-Tío!!-Me dijo estirándome los bracitos cuando me diviso. Aun estaba con sueño.
-¿Jodeme que seguís teniendo sueño bello durmiente?
-Ajam-Logre entender mientras se acurrucaba en mis brazos, apoyando su cabeza en mi hombro.
-¿Qué te parece si le das un fuerte beso a tu seño por haberte cuidado y nosotros emprendemos marcha hacia casa?- Le dije mirando a Ori. Ella parecía perdida mirándonos. Creo que nunca se imagino verme así.
-Y un abrazo, sino no hay mas cuentos, juegos, y chocolatada como postre, eh.-Le dijo señalándolo. Logrando que al instante él se bajara y fuera a abrazarla.
-Ah pero veo que te malcriaron más que en casa, enano.
-Sí. Que me cuide la seño, Rita me reta mucho cuando toco algo.

Los dos no conteníamos la risa. Ese “cuando toco algo” significaba cuando le rompo todo lo que toco, en idioma niño. Salimos de su casa a las risas, la imaginación que tenia Thiago era increíble. La seriedad no tardo en aparecer cuando logre divisar rápidamente a Juan en la vereda de enfrente, intentando ocultarse tras un árbol. No la iba a poner nerviosa a ella, por eso decidí no decírselo.

-De lo que hablamos, cualquier cosa que veas o escuches, a la hora que sea comunicate conmigo Ori.
-Si me lo decís así de serio es porque viste o sabes más cosas de las que me dijiste.- ¿Tan evidente era?- Okey. Gracias! Pórtate bien Thiagito.
-Chau!

Su mirada estuvo clavada en mí desde que salimos de ahí, hasta que arranque con el auto. Sabía que no me convenía que él me reconociera, arruinaría toda mi idea. Yo no aparecía nombrado con nombre y apellido en ninguno de los testimonios de Oriana, iba a ser fácil resolver ese asunto sin que mis superiores lo notaran.

-Tío, ¿mi seño y vos son amigos?-Me pregunto cuando ya entrabamos a nuestro hogar.
-Éramos amigos de chicos, hace muchos años que no la veía.
-¿Muchos, muchos?
-Muchísimos. ¿Porque estas tan intrigado vos? No te la voy a robar, campeón!- Le dije riéndome.
-Porque la seño en su ropero tiene un montón de fotos pegadas y en una estabas vos, con ella y mi mamá. Ella me dijo que eran amigos.
-¿Si?-Le dije sorprendido.
-Yo no soy mentiroso!-Me dijo gritando. Conocía a la perfección esa respuesta y no podía no reírme.
-Bueno Juliancito, deja de gritar eh!
-Me llamo Thiago.-me dijo enojado.
-Bueno, cuando vos dejes de imitarme yo te voy a decir Thiago.
-Cuando vos dejes de robarme a mi seño yo voy a dejar de imi, imi, eso.-me grito tartamudeando. Éramos de carácter los Serranos.

Ese viernes pasó rápido. Cenamos, nos bañamos y los dos a la cama. Los fines de semanas eran de esos días que tratábamos que aprovechar para salir, pasear y divertirnos. Ya sea con amigos, o yendo a visitar a mi vieja. Cosa que íbamos a hacer recién el domingo.

Sábado a la noche. Departamento de Julián.
-che Maxi a ver si le pones orden a tu novia. Me vive cagando a pedo todos los días, che.
-A ver si se LA pones, mejor dicho.-salto Agus desde la cocina.- A esa piba le está faltando una buena sacudida. Esta muy histérica últimamente.
-Che Agustín acordate que hay un crió acá. La boca!
-Si, una buena boca en la parte baja de tu cuerpo te falta a vos. ¿Hace cuanto que no andas con una mina, boludo?
-No rompas. No le hago infiel a Manuela.-dije agarrando el vaso de Fernet que él me alcanzaba.
-No podes decir eso teniendo 24 años y la facha que tenes, Julián. Salgamos de joda, fue.
-Hablo el que la novia lo tiene de las bolas. Llegas a salir y Mariel te deja.
-Sos el que menos podes hablar, posta te digo gil. Desde que esta thiaguito que no saliste mas y no te vi mas con ninguna mina. Ya sé que debe ser complicado ser padre de golpe, pero al fin y al cabo Thiago no es tu hijo, podes salir y se lo dejas a tu vieja. Por lo menos hasta que te encames con alguna. Ya debes tener más crema, en lugar de leche.
-Tío, ¿hay crema para las frutillas?

Y eso era lo peor de juntarse con Maxi y Agus en el departamento. Siempre se les escapaba alguna puteada o guarangada, y Thiago estaba ahí escuchándolos.

-No enano. El tío Agus tiene ganas de ir a comprar crema para las frutillas, no?
-Pensé que tenias de sobra.-entre risas.- de paso compro coca, no hay nada más triste que quedarse sin coca cuando hay Fernet.

Eran las 00hs del sábado y como era habitual en nosotros, estábamos prendidos a la play. Era común que nos juntemos una vez por semana, eran amigos que había conocido estando en servicio. Ellos me habían bancado cuando paso todo. Eran de los mejores que podía tener. El ruido de mi celular fue lo que ocasionó que ponga en pausa el partido que jugaba con Maxi. Era raro que alguien llame a esta hora.

-Decime que es una mina la que te llama a esta hora y te aplaudo.

Y si, era una mina. ‘Oriana’ aparecía en mi pantalla. Algo demasiado raro.

-¿Hola?
-Julián-la escuche sollozar.
-Ori, ¿qué pasa?
-Tengo miedo.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2020 ⏰

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