Capítulo 2

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Si era la Oriana que conocía, si, era. Sus rasgos seguían marcados a fuego, pero la apariencia que tenia no era nada que ver a lo que alguna vez había llegado a conocer, la que había marcado, en cierta parte, mi camino.
Ya no tenía su pelo en semi ondas despeinadas con ese desgaste en las puntas que no eran consecuencia de la tintura, sino de lo quemado que lo tenía por el sol. Ahora lo llevaba negro, mas lacio que lo común y con un semi jopo que era evidente que lo hacía con las manos. Su piel seguía siendo digna de una muñeca de porcelana, solo que ahora estaba maquillada a tal punto que llegue a dudar si sus ojos eran más verdes que aquellos años. Estaba alta, ya no era la peque. Y ni hablar de su cuerpo, va lo que podía apreciar que tenía abajo del guardapolvo. Siempre había tenido buen físico, eso no lo puedo negar.

-Y él es el tutor de Thiago.

Fue lo que me saco de todo pensamiento. Todas las miradas estaban dirigidas a mí, incluso la de ella. Tenía una obsesión con los detalles, con el mirar todo detenidamente. Sabía que era un trauma del oficio. Pero me era imposible no jugar a las 7 diferencias con Oriana. Aunque entre la que recordaba de antes, y la que era ahora, podía asegurar que había cambiado más que 7.

-Él lo trae a Thiago, pero es Rita, la niñera, la que lo viene a retirar, a la tarde se la presento para que ya esté informada. -Lo ultimo dirigiéndose a mí. Ganándose un simple movimiento de cabeza con señal de aprobación.

Ahí estaba ella mirándome con una sonrisa. La misma sonrisa con la que miro al papá de Juan , la mamá de Camila, y a los demás que no conocía. Ella no me recordaba. O tal vez no quería recordar, no lo sé.

Salí de ahí apenas termino de presentar a los que estábamos y a alta velocidad me dirigí a mi trabajo. Que loco que es encontrarse con otra persona, con la que compartiste tanto, pero que con los años eso se perdió.
Esa mañana en la jurisdicción se podría decir que estuvimos palmando moscas. O por lo menos en el área de logística/investigaciones. Recién era martes a las 15hs y yo ya quería que sea fin de semana.

– Julian- me saco de esos deseos la voz de Mariel que provenían desde el interlocutor.
-Si, ¿qué pasa?
-¿Te podes hacer cargo de un caso de Gómez? Él ahora está en pericias.
-¿De qué es?
-Violencia. Tiene una orden de restricción y ahora vino la chica a denunciar que la están amenazando, acosando. ¿Podes o le digo que venga mañana cuando este Gómez que es el que legalizó la orden?
-No, traeme el informe así lo leo y le tomo la denuncia mientras la interrogo. En el caso que sean amenazas va a tener que abrir una investigación, osea que igual tenía que pasar por acá. ¿Es una chica?
-Si.
-¿Y esta buena?- le dije riendo
-Vos estas necesitando, urgentemente, una buena maceta para tu flor-me decía sutilmente, seguramente había gente escuchándola- así que le digo a la señorita que aguarde hasta que termines con eso. Chau Serrano.

Con Mariel habíamos ingresado juntos a trabajar el mismo año, y aunque al principio había querido intentar algo con ella, había descubierto que no iba a ser posible, estaba comprometida y muy enamorada. Al igual que ahora, solo que los roles habían cambiado bastante, ella era de la única amiga mujer que tenía, y su pareja, mi compañero en este trabajo, uno de los mejores amigos que había logrado conseguir.

-Nene págate a alguien que te baje la calentura-me dijo entrando a mi despacho sin si quiera golpear, como siempre- no puede ser que cada vez que viene alguien me preguntes lo mismo. ¿No entendes que mayormente tengo a las persona del otro lado del escritorio y no me da la cara para responderte mientras me están mirando? No sé, si quieres te cuidó a Thiago el fin de y búscate a alguna mina de las tantas que se te regalan.-me dijo histérica.
-Son viejas las calentonas, Mariel.
-A caballo regalado no se le miran los dientes.
-Pero si lo de abajo.
-Sos un guarango!!-me dijo poniéndose de pie nuevamente.-toma, acá esta el informe. Y otra cosa, la mina es hermosa, no te zarpes Julián.

La sonrisa que se me había formado al verla salir con una risa falsa se me esfumó cuando vi la carátula. “Informe 21.978, a cargo de la comisaria de la mujer. Oriana Sabatini” ¿podía ser que después de tantos años en vilo, me la venga a cruzar 2 veces en el mismo día?
Trate de sacarme de la cabeza eso y me puse a rever las causar. Violencia familiar desde los 10 años, con agravantes de intento de abuso sexual en 2 ocasiones.
Me tome 5 segundos para caer en lo que leía. Eso sí que no me lo esperaba. Siempre supe de los golpes, ¿pero de los intentos de abuso? Creo que una parte de mi me decía no te hagas el boludo, siempre lo sospechaste. Pero caer en que en verdad le pasaba, no me lo imaginaba. Seguí leyendo hasta que llegue a lo más actual.
A los 18 se mudó, escapándose de su casa, y paso a vivir sola, lugar donde reside actualmente. Realiza la denuncia luego de que el acusado decide entrar a la fuerza a su casa, en completo estado de alcoholismo y forcejea con ella, queriendo abusarla (2do intento), un vecino es quien la socorre. Se autoriza una orden de restricción. Su padre, Juan Sabatini, no se puede acercar a más de 100mts a la redonda de Oriana. Orden librada el 22/08/2010
Sabía que no podía hacer esto. Había decidido saltar el testimonio de ella. Sé que si alguien lo leería me sacaría el caso por las reglas absurdas que tenemos acá. Pero como no iba a tener intriga si por culpa de ese chabón había sufrido toda mi adolescencia.
Deje de lado los papeles y me levante de mi escritorio. Me arregle un poco la camisa blanca que llevaba, me despeine con la mano mientras caminaba hasta la puerta.

-Oriana, Oriana Sabatini.
-Acá.

Me dijo parándose de la silla que estaba justo enfrente a mi puerta. Estaba igual a hoy, con el guardapolvo colgado en el bolso, y el celular en la mano.

-Pasa. – le dije abriéndole paso.- ¿como se porto el enano, hoy?
-Sonriendo- pensé que no te ibas a dar cuenta.
-No conozco a muchas Oriana’s y menos las veo dos veces en el día y en ambientes tan diferentes.-Le dije mientras me acomodaba en mi silla. Justo enfrente suyo. Mirándola fijo a los ojos-¿como andas?
-Sonriendo.- Bien. Salvo algunos temas, bien. ¿Vos? ¿Cuantos años pasaron desde la última vez que nos vimos? ¿6, 7?
-Casi 8, creo. Bien, ahora bien. ¿Quién iba a decir que nos encontraríamos así y acá, no?
-Yo siempre te imagine acá, no sé si entre cuatro paredes y con un puesto tan intelectual, pero.- me uní a la risa que largo cuando termino su relato. ¿Quien se iba a imaginar que el pibe que desaprobaba hasta el recreo, en la escuela, iba a tener un puesto en la logística de la policía?
-Así está el país. Bueno, no quiero ser corta mambo pero tengo que trabajar. Estuve leyendo un poco del caso, Ori. -le dije mirándola, tenia temor en mis palabras.-Lodenunciaste.
-Asintiendo con la cabeza- en algún momento iba a tener el valor de hacerlo. Y bueno.
Y bueno… El valor le había llegado tarde, pero le había llegado. Años pensando en que había sido de ella, si estaría bien, sino tendría que averiguar si este chabón seguía maltratándola y haciéndome toda la historia, para hoy enterarme todo, completo, años habían pasado.

LOOK AFTER YOU  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora