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Quedaba a penas una semana para Navidad o Snoggletog como a los chicos les gustaba llamar, pues así era como la prima de Astrid le había dicho a Patán que se decía en sueco.

Era domingo, hacía bastante frío pero no nevaba, Patapez y Hiccup habían quedado para comprar los regalos juntos pues, Astrid y Heather también lo habían hecho, y no les dejaban ir con ellas.

Estaban en el centro comercial más grande de la ciudad, y ya habían mirado en más de 10 tiendas pero no sabían que comprar:

- Y qué tal si le preguntamos a Brutilda que les gusta a las chicas?- dijo Patapez mientras movía su móvil para llamar la atención del chico.

- Creo que paso- dijo Hiccup- ¿qué tal a mi hermana?- miro este a su amigo que con un movimiento de cabeza le dio pie ha hacerlo.

Eyra les dijo que no sabía que les podría gustar, pues ella era casi 3 años mayor, pero les advirtió que no le regalaran nunca, ni ropa, ni nada de moda pues para eso ya iban ellas de compras.

Cuando se cansaron de andar por todo el recinto, se sentaron en un banco a descansar pues andar con una pata de palo no era muy cómodo.

Se iban a levantar cuando vieron a Astrid y Heather mirar un escaparate, los chicos al verlas se acercaron y vieron que estás entraron a preguntar algo, esperaron a que salieran y cuando ya las perdieron de vista decidieron entrar.

La tienda era de patines. Los chicos al no tener claro que era lo que les había gustado a las chicas entraron a preguntar, el dependiente de la tienda era nada más y nada menos que Gustav, uno de los chicos más "guapos" (según las chicas) del instituto, pues sus padres eran los dueños del negocio y el ayudaba:

- Hola queríamos saber que querían esas chicas con las que acabas de hablar- dijo Patapez intentando parecer lo más seguro de sí mismo.

- Hola Patapez- dijo el otro mientras ajustaba las ruedas de uno de los patines que había encima de él mostrador- sabes que no está bien espiar a las mujeres, ¿verdad?- dijo riendo.

- No las estamos espiando, y si no te importa ¿podrías decirnos que buscaban?- intervino está vez Hiccup.

- Anda Hiccup con que al final te aceptaron en el grupo, eh?- exclamó Gustav- para que quieren saberlo, acaso ¿para regalárselo por Navidad?.

- Sí- dijeron los dos chicos ya cansados de todas las preguntas por parte del chico al que le superaban por un año de edad.

- Ok, se los dire, preguntaron cuanto costaban esos patines del escaparate, los azules y blancos, era por Astrid pues según lo que me han dicho Heather no sabe patinar.

- Y.... ¿cuanto cuestan?- dijo Hiccup esperando lo peor.

- Esos cuestan 110 dolares- dijo el pelinegro.

Patapez al escuchar el precio abrió sus ojos tanto como pudo, pues para ellos, unos adolescentes a los que solo les daban como mucho una paga de 10 dólares era demasiado, aunque contra toda predicción Hiccup intervino:

- Los quiero para regalo- dijo mientras ponía todo el dinero que costaban sobre el mostrador.

- Está bien- dijo Gustav con cara de confusión mientras iba a por ellos.

Los chicos salían de la tienda ya con los patines:

- ¿Como has podido?- decía Patapez mientras reía - acaso eres millonario.

- Hay una cosa que se llama ahorrar, te recomiendo que la pruebes- dijo Hiccup quien cargaba la pesada bolsa.

Mientras tanto Astrid y Heather, quienes también estaban ahí para comprar los regalos, paseaban pensando que podrían comprarle a sus "mejores amigos" respectivamente, pues querían que el suyo fuera el mejor que recibieran:

- Y qué tal un libro sobre algo, Heather- dijo Astrid- a Patapez le gustan esas cosas, ¿no?.

- No se- exclamó esta mientras miraba al cielo- si alguien pudiera ayudarnos.

De repente, Heather choco con un chico, era más alto que ellas y más mayor, era Bryan el novio de Eyra y padre de a este paso no tan futuros sobrinos de Hiccup, o eso pensó Astrid al verlo y recordar:

- ¡Ten más cuidado!- gritó el chico que al chocar con la otra chica, había dejado que su teléfono sin querer se le cayera al suelo provocando así una brecha en toda la pantalla.

- Lo siento yo no te vi- dijo Heather.

- Bryan?- dijo Astrid al verle la cara.

- ¿De que me conoces?- dijo este- a vale, tú eres la amiguita de Hiccup- río este.

- Si esa soy yo- exclamó la chica- ¡la pantalla! ¡se a roto!- siguió Heather.

- Si, bueno que se le va a hacer ha sido sin querer, bueno yo me tengo que ir Adios.- dijo el chico mientras que se iba.

- ¡Espera!- grito la rubia haciendo que se girará- si quieres yo podría pagarte la pantalla rota, pero acambio tú nos tendrías que ayudar.

- Soy todo oídos - exclamó el chico mientras que Heather miraba atónita la situación.

Después de haberse sentado en un banco, Astrid le explicó a el chico para que era que necesitaba su ayuda y este no dudo en darle unos cuantos consejos para comprar regalos, el último fue el que más les ayudo:

- Así que dices que si quiere algo lo habrá mencionado ¿no?- dijo Astrid a lo que el chico asintió- tu el otro día según lo que me ha contado Eyra, te quedaste a desayunar en su casa, ¿Puede ser que la señora Haddok le preguntara a Hiccup que quería para Navidad?.

- Ahora que lo dices es verdad, Valka le pregunto que quería - el adolescente hizo memoria unos instantes- quería una tableta gráfica pero le dijeron que no se la merecía por el comportamiento que estaba demostrando desde hacía unos meses, después se puso a hablar sobre lo que escucho esa tarde y que supongo que tú también, y Eyra se puso histérica, la verdad es que ese chico es muy gracioso- dijo este sinceramente, pues a el le caía bien el hermano de su novia.

Astrid recordó que Hiccup se lo había mencionado, le dio las gracias a Bryan y este rechazo el dinero que la chica le había prometido, porque había sido un accidente, Heather al ver todo eso quedó en shock, ¿Cómo era capaz su amiga de caer bien a todo el mundo?.

Las dos se dirigieron a la tienda de tecnologías más cercana a donde se encontraban y después de haber consultado con varios dependientes compraron una Tableta Gráfica Bamboo Wacom ( es que es la que esto tengo😂😂), esta les costó 119 doloares:

- Como has podido Astrid- dijo su amiga incredula, pues ella le había comprado un juego de la Nintendo Switch a Patapez que le había costado 40 dólares.

- Se llama engañar a tus primos pequeños diciéndoles que todo el dinero sería invertido para construir un parque de atracciones en el jardín de casa- río esta.

Al final del día los cuatro chicos ya tenían todos los regalos para sus amigos.

Hola!!! Siento no haber publicado ayer pero es que como este cap era más largo que los normales y el siguiente también, subire día sí y día no, es decir el martes subire el siguiente.

Besos😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘

¿Sera Posible? [ AU Hiccstrid ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora