El Nerd.

XXXVIII

3...

-Valery-

El sonido de las máquinas pitando me causa estrés, quiero silencio total, sin embargo eso imposible con las máquinas conectadas a mi muñeca, maldito hospital.

Llevo una semana, una jodida semana aquí, y no han querido darme de alta.

Entendí que lo que hice estuvo mal, y que fué una completa estupidez, se que fuí imbécil al haber pensado que lo mejor sería morir.

Ese día, Freed me escucho, el corrió al cuarto y me ayudó, me llevo al hospital no sé muy bien cómo y no me interesa.

Tarde casi tres días en despertar por la ingesta de medicamentos, tuvieron que hacer un lavado de estómago de último minuto, y mi cuello sufrió marcas pero no más, utilice un tanque de oxígeno los primeros días, pero ahora estoy mejor, quiero irme, no soporto los hospital.

Me recuerdan donde estuve cuando mi papá me necesitaba, cuando yo tenía que estar con el ellos me tuvieron en una habitación cómo esta.

Una enfermera entra al cuarto, no me dirige la palabra simplemente anota cosas en su tabla y mira los monitores de las máquinas.

-¿Quiere que se le traiga una cuchara o algo para la gelatina, o quiere que se la guarde?

Miro hacia donde ella, hay una gelatina en la mesita, no la había visto, seguramente la habrá traído Freed o Luke, da igual.

-Haga lo que quiera con ella, tirela o regalela.

-¿Está segura?

-Si.

Ella la toma y se la lleva, al carajo no quiero comer nada de ellos.

Los dos son unos idiotas, Freed creyendo que yo le correspondere su declaración, cuando a mi me vale un pepino lo que sienta, O quiera.

Luke por otro lado también es un idiota, se supone que me mandó por un tubo, no importa cuánto quiera que esté conmigo, si el tomo una decisión debía haberla seguido, además llegar como si le importará, es mejor que se quede con su nueva novia.

El estar tan cerca de la muerte me hizo darme cuenta de algo, a nadie le importa, si yo muero no pasará nada, la única que sufrirá seré yo, no importa si ellos lloran, si ellos sonríen, no importa, yo no lo veré.

Todas esas cosas que algún día soñé se volverán humo, tenemos tanto aquí pero siempre nos negamos a todo.

No digo que lo mejor sea hacer estupideces hasta parar en la cárcel, pero hay tanto por hacer, tantos lugares por visitar, tanta comida por probar.

Y uno solamente pierde el tiempo, refundiendose en la autocompasión, es tan patético y estúpido.

Si yo quiero cambiar el mundo soy muy estúpida por qué el nunca cambiará, es mejor dejarlo así y cambiar nosotros mismos.

Las cosas malas jamás dejaran de pasar, la gente estúpida siempre estará ahí, pero si nos fijamos solo en eso nunca veremos qué la vida tiene más que ofrecernos.

Me doy cuenta hasta este punto que mi odio hacia todos y todo no repara más que en mi, la gente vive así todos los días y sin embargo es felíz, en su ignorancia, en su estupidez pero es feliz.

¿Por qué yo no puedo serlo?

No digo que quiero un cuento de hadas, pero ¿Qué pasa con todas esas ilusiones? ¿Con todos esos sueños? ¿Con las metas y objetivos?

La fé y la compasión es algo que caracteriza a la raza humana, no la hipocresía y la indiferencia.

La humanidad no es mala, nosotros la hemos vuelto mala, con nuestros prejuicios y malos comentarios, con las caras largas, con las malas palabras, con  nuestro pesimismo, con todo.