El famoso héroe N°2 se encontraba sentado en su escritorio, miró la amplia habitación que era su oficina. Sin mostrar expresión alguna volvió la vista a el ultimo documento que debía revisar. Una solicitud de trabajo de algún héroe recién graduado, inexperto y seguramente inútil para él. Dejó el papel junto a una gran pila, con un sello que claramente decía "RECHAZADO".Se paró y dio por terminada su jornada de hoy, salió de su oficina y caminó por un amplio y pulcro pasillo. Se quitó su traje de héroe y se puso se ropa de civil.
Llegó a la planta baja y ni se molesto en despedirse de sus empleados. Tampoco era como que a ellos les molestará, ya conocían a su jefe.Bajó por el ascensor hasta el subsuelo donde estaba su auto, se subió y prendió el motor. Se dio cuenta que en asiento del acompañante había algo, una carpeta con un caso que él ya había resuelto. La miró con asco. Quería olvidar ese caso.
Sin duda esa investigación había sido la más desesperante de toda su carrera.
Estuvo meses buscando a un asesino serial que se dedicaba a matar a jóvenes de entre 16 y 18 años, los secuestraba por meses y luego enviaba sus cadáveres a los familiares por correo. Incluso recordaba la cabeza de una chica que llego a su estación. Ese fue el detonante.
Recordó con detalle cuando atrapó a ese hijo de puta. Lo tenia en la sala de interrogatorios, tan tranquilo, alardeando de haber matado a todos esos jóvenes...
Apretó con fuerza el volante al recordar. Tuvo que pagar una multa muy elevada por hacer justicia por mano propia, pero se quedo satisfecho de haberle desfigurado la cara a ese maldito.
Suspiró sacando todo el aire de sus pulmones, quería olvidar...
Tardó un rato en llegar a su casa, paso por el jardín y entró a su hogar.
-¡Papi Bienvenido!- Dos de sus hijos corrieron a saludarlo, acarició con simpleza sus cabelleras rojas. Se quitó los zapatos y con las manos en los bolsillo llegó hasta la sala de estar. Ahí estaba su esposa leyendo un libro.
-¡Enji!- Exclamó ella sorprendida- ¡Dios, se me paso la hora volando! Oh, no... tenia que ir a comprar la cena.
Mientras su esposa iba de acá para allá buscando su monedero, él simplemente la miraba. La ignoró y caminó hacia el gimnasio. Tal vez entrenando olvidaría por un momento ese caso...
-Cariño.- La voz de su esposa lo hizo parar y girarse.- Llevare a los niños a comprar conmigo, pero Shoto esta durmiendo. ¿Podrías cuidarlo por mi?-
-Claro.- Respondió con un tono áspero. Se dio media vuelta y entró al gimnasio.
Luego de un entrenamiento, bastante básico para su gusto, se dirigió al baño y se dio una ducha rápida. Se puso una camiseta blanca y unos pantalones algo holgados.
Fue hasta la habitación de su hijo y ahí estaba. El pequeño Shoto de apenas 5 años dormía aún con su uniforme de jardín puesto. Tan tranquilo y sin preocupaciones.
Enji aprovecho que había un futón al lado del de su hijo y se acostó. No tenía planeado dormirse, pero sin darse cuenta sus ojos se fueron cerrando y se durmió profundamente. El cansancio le había ganado.
Se despertó sin abrir los ojos, no sabia ni donde estaba, sentía su cuerpo pesado, quería seguir durmiendo. Sintió algo raro que le tocaba el abdomen.
Sin pensárselo mucho su Kosei se activo, se sentó rápidamente y miró la causa de su despertar.
Tardó varios segundos en asimilar la imagen. Su hijo, Shoto, tenia los brazos cubiertos de pintura roja y amarilla, su uniforme de jardín estaba completamente manchado, su particular pelo también.
Y como si fuera poco él también estaba lleno de pintura, más específicamente las pequeñas manos de su hijo estaban plasmadas por toda su ropa.
-¿Que haces?- pregunto sin una pizca de sentimiento en su voz.
-Cómo eres muy aburrido pensé que con algo de color serías más genial.- Dijo con sinceridad en su voz y sin dejas de plasmar sus manos en la ropa de su padre.
Enji dejó escapar un gruñido y tomó al niño en brazos.
-¿A donde vamos?- Preguntó Shoto con curiosidad.
-Al baño. No creas que te dejare llenar la casa de pintura, mocoso.-
Sin pensárselo dos veces Shoto puso su mano sobre una de las mejillas de su padre, obligandolo a desactivar su Kosei para no dañar a su hijo.
-Lo ves.- Afirmó el niño.- Eres aburrido.
¿Se podría decir que Enji estaba enojado? No, porque no era así. En ese momento Enji no se dio cuenta, ni siquiera se percató de ello, pero debía darle las gracias a su hijo.
Porque sin darse cuenta, su mente se despejó y olvidó por un instante su trabajo.Sin dudas Enji Todoroki es uno de mis personajes favoritos. Escribir sobre este personaje es algo que disfruto mucho.
Bueno, sin mas, gracias por leer, por sus ★ y sus comentarios.
La imagen no me pertenece y ya saben el resto.
XOXOXO
ESTÁS LEYENDO
BNHA One-Shots.
FanficPequeños OneShots basados en imágenes o cosas que se me pasen por la cabeza. Todos los personajes de BNHA