Capítulo 3

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Sentía su mirada y eso me enfadaba, quería irme y rápido, pero debía calmarme, estaba completamente segura de que lo estaba haciendo a propósito.

Camine hasta llegar a la otra punta de la mesa y me senté, quería estar lo mas posible alejada de el. El chico iba a comenzar a hablar pero de repente se abre la puerta de una forma violenta haciéndome sobresaltar, mi vista se fijo completamente en los dos hombres de traje que por una extraña razón se me hacían sumamente conocidos.

¡Eran los hombres de esta mañana! tenia ganas de ir hasta ellos y darles una buena bofetada y si eso no funcionaba pues usaría la silla.

Señor, tenemos un problema con uno de los embarques lo necesitamos allá Dijo uno de los hombres con voz sería, dirigí mi vista otra vez hacía el chico que rodaba los ojos y se paraba de la silla, se notaba que estaba mas que enfadado.

— O'Conner... ¿cuantas veces te dije que jamas me interrumpas? vuelve a hacer eso otra vez y la próxima vez estarás  " nadando" con los peces  en el maldito océano El hombre se veía bastante nervioso, asintió con la cabeza varias veces. — Preparen los camiones los quiero a todos allí  en 5 minutos o les volare la cabeza uno por uno—.

Te llevare a tu casa, mas te vale que no digas ninguna palabra de todo esto oh si no cariño... te prometo que te arrepentirás Estaba completamente asustada, tragué saliva y me levante y comencé a seguirlo.

Caminamos por los largos pasillos hasta llegar a una especie de puerta metalizada y al lado de ella había una pantalla. El chico extraño pone su mano ahí y la puerta se abre, estaba completamente sorprendida por lo que había adentro.

Habían mas de cinco autos ahí adentro, tragué saliva y seguí observando todo sorprendida. ¡Tenía un maldito Ferrari! estaba segura de que lo consiguió con dinero sucio, ¿si me estoy dando a entender cierto?.

Siguió caminando hasta llegar a una lujosa Camioneta de color negra con vidrios polarizados, lo observó y veo que me hace un gesto con la mano para que me suba. Tragó saliva y con un poco de sufrimiento entro adentro, la Camioneta era demasiado alta.

Saca el auto del garaje y empieza a conducir hasta un portón de color negro gigante, giro mi cabeza hacía el lugar donde estaba antes y al parecer no era una simple casa era una maldita mansión, el portón se abre y el comienza a conducir por las angostas calles. Estaba segura de que este barrio era solo para personas ricas o millonarias ya que solo te encontrabas con casas bastante lujosas y grandes.

El chico siguió conduciendo hasta que logre reconocer las calles para llegara mi casa, estaba muy feliz al fin volvería, giro mi cabeza y veo al chico que miraba fijamente hacía el frente con la mirada sería, el silencio era bastante incomodo pero eso no me importaba yo solo quería no volver a estar en esta situación nunca mas.

Detiene el auto y me doy cuenta que estamos al frente de mi casa, sonrió de alegría y tomo la manija de la puerta para poder bajar pero el le pone seguro, trago saliva nerviosa.

Yo no dije que te bajaras, ¿o acaso me escuchaste decirlo? Este hombre iba a sacarme canas verdes, ¿como podían aguantarlo? hasta que le conteste.

 Saca el maldito seguro de la puerta, ahora mismo, estoy harta de ti y tus hombres El chico me miro con los ojos bien abiertos y luego con rabia. ¿Quien te crees tu que eres para faltárme el respeto a mi, mocosa? Dijo el con voz sería y una sonrisa pero estaba segura que era falsa.

— ¡Tu y tus malditos hombres me secuestraron! podría llamar a la policía si quisiera... idiota Me quede sorprendida por mis propias palabras. Cariño, tu no harás nada tenemos toda la información de tus seres queridos y eso te pasa por ser una maldita curiosa Estaba bastante enojada, si tal vez si no fuera muy curiosa todo esto jamas habría pasado pero no le daba el derecho de secuestrarme.

Púdrete Tal vez me estaba precipitando a contestarle pero me ponía de los nervios, el suelta una pequeña carcajada tenía ganar de pegarle una buena bofetada Adiós... Stormi y créeme no sera la ultima vez que nos veamos Dijo con una voz grave haciendo que mis bellos se ericen ¿por que? no lo se, le saca el seguro y rápidamente salgo de la Camioneta.

Camino hasta  la puerta de mi Casa y la abro, entro a la casa y cierro la puerta, sintiendo el ruido de la Camioneta irse respiro de alivio.

Me quito los zapatos y voy caminando hasta llegar a las escaleras de caracol y las subo de manera perezosa hasta llegar a mi habitación y me tumbo en la cama tapándome mientras poco a poco caía a los brazos de Morfeo.

Al día siguiente

Me despierto por la alarma en mi teléfono y le doy cuenta de que voy llegando tarde a el Instituto, me apresuró a entrar al baño y en menos de 10 minutos estoy saliendo del baño buscando que ponerme escogí unos jeans y una camiseta y unas simples zapatillas.

Bajo muy rápido las escaleras y veo nuevamente en mi teléfono que es muy tarde no me da tiempo de hacer el desayuno, tendré que comer en la cafetería, tomo las llaves y abro la puerta después la cierro y paso llave.

Doy gracias que el instituto no queda lejos de mi casa, corro está el instituto y justo cuando entro empieza a sonar el timbre que da inicio a clases. Me toca deporte me dirijo así los vestidores y están todas las chicas cambiándose.

Me coloco el short y camisa de deporte  y una pequeña campera y salgo al gimnasio camino hacá el centro donde se encuentran casi todos y el profesor suena el silbato y todos nos ponemos en línea

 Las chicas comiencen a correr, los chicos pueden empezar a calentar para un partido amistoso entre ustedes   Empiezo a correr está que consigo llegar a Sarah mi mejor amiga insultando al profesor silenciosamente como acostumbra a hacerlo.

 No deberías estar haciendo eso Sarah, ¿O quieres que te vuelva a pasar lo del otro día? Le digo en tono de burla y ella hace una mueca

— Ni me lo recuerdes, no sé cómo puedo escuchar lo que le dije  Suelto una carcajada y ella también sigue mi acción, recuerdo ese día ella le había al profesor  que era un simio sin pelo malvado y la llevo a dirección.


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