En la cocina amarilla había un gatito sentado en una silla.
La mesa se hallaba rodeado de otras tres asientos, totalmente vacíos.
Un silencio inquietante se había apoderado de la estancia.
El gatito miró el muñeco que había a su lado.
Este lo miraba, sonriente, como siempre.
Un sentimiento ardiente empezó a subirle desde el pecho, quemándole, haciéndole arder.
Con fiereza, dejándose ir por la ira, agarró el muñeco y empezó a estrangularlo, y a la vez gritaba con furia y dolor, mientras que, más lejos, en el hospital, un gato, que había perdido a su esposa y a su hija, exhalaba su último aliento

ESTÁS LEYENDO
Trois petits chats
CerpenLa muerte es algo misterioso. La mayoría de personas la temen, pero sin ella la vida no sería la vida. Yo pienso que la muerte se teme mas bien por el hecho de perder aquello que te importa. Y por el hecho de no saber que pasará. ¿Será todo como si...