Fantasy (EDITANDO)

Capítulo 2.

Gremio Fairy Tail.

—Gracias por aceptarme, maestro Makarov —murmuró (...) muy feliz.

—No se merecen, pequeña —respondió el anciano muy sonriente.

Y muy sonriente se volvió a Mirajane y la abrazó de forma efusiva.

—Y a ti por hacerme esta hermosa marca —(...) se puso la mano en el valle de sus pechos, un lugar peculiar pero a ella le pareció el más adecuado—. Me gustaría verla ahora pero creo que dejaría a unos cuantos ciegos.

Mira y el maestro soltaron una risita con (...).

Vaya, de haber sabido que las cosas eran así de animadas en un gremio (...) se habría unido a Fairy Tail mucho atrás. Parte de lo planeado estaba hecho, había llegado a Magnolia y además se había unido a un gremio muy divertido. Aunque no estaba en sus planes iniciales.

(...) se presentó a varios de los miembros, ella misma se asombró de que su timidez fuera desapareciendo mientras hablaba con sus nuevos compañeros pero se le hacia muy fácil. Su fuerte nunca fue ser extrovertida, al contrario, le costaba sentirse cómoda para hablar abiertamente con las personas. Después de preguntarle al maestro qué debía hacer para conseguir un lugar donde quedarse y dinero (...) salió del gremio con Bastet.

La gata ya podía usar magia pero el dolor de la herida le era molesto.

—¡Lucy!

La rubia se detuvo al escuchar que (...) la llamaba.

—¿Qué tal te ha ido con Natsu? —preguntó algo curiosa la pelirrosa.

Lucy le explicó lo sucedido con el padre de Romeo, hijo de un mago de Fairy Tail llamado Macao que había salido a una misión. Romeo le pidió a Makarov ir a buscarlo, pero al recibir una negativa por parte del maestro Natsu decidió ir en busca del mago desaparecido.

Mirajane le contó a Lucy los motivos de Natsu para hacer tal cosa.

—Al parecer es por su padre, Igneel —siguió hablando Lucy mientras caminaba con (...) al lado—. Según Mira desapareció hace unos siete años y desde entonces Natsu no ha parado de buscarlo.

«Todos en Fairy Tail llevan una pesada carga sobre sus hombros», había dicho Mira a Lucy.

Fue por eso que la rubia decidió acompañar a Natsu y ese gesto le pareció muy lindo de su parte. Ciertamente tener un padre desaparecido era una carga muy pesada.

Ella por lo menos sabía dónde estaban enterrados sus padres y sus hermanos.

No podía imaginarse la desesperación que podía sentir Natsu sin saber a ciencia cierta si estaba muerto o no.

—Lo siento mucho por él, parece un buen chico —murmuró (...).

Lucy no podía estar más de acuerdo.

—Vaya, la pequeña Bastet debía estar muy cansada —Lucy y (...) observaron a la exceed que dormía en brazos de la pelirrosa.

—Si, ella no tiene mucha resistencia con el dolor pero sabe dar apoyo cuando se necesita.

Las chicas caminaron por un largo rato hasta que llegaron donde se hospedaba la rubia.

(...) se despidió de Lucy y declinó su oferta de pasar la noche en su casa si no tenía un sitio donde dormir.

—No pasa nada, ya tengo un sitio —mintió (...) con una sonrisa—. Nos veremos mañana.

Lucy no sabía qué pensar, pero al final no pudo convencer a la chica.