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'Y en ese instante
es cuando me di cuenta
de que ya no estabas.

Que todos los momentos,
más buenos que malos,
a partir de ahora sólo serían
recuerdos.

Recuerdos que quedarán
para siempre
en mi mente.

Gracias por todo,
te merecías lo mejor de este mundo.

Pero aún así,
te hicieron sufrir a más no poder.

Lo siento Daewonnie,
nunca llegué a decirte te quiero.

Sé que ahora me protegerás
ya que hace un par de días
me dijiste que;
Pase lo que pase,
siempre ibas a protegerme.

Yo debí hacer lo mismo,
pero perdí mi oportunidad.

Daewonnie, lo has hecho más que bien,
has soportado todo ese dolor,
sólo, sin ayuda de nadie.

Y eso,
Te hace un héroe,
Y un gran modelo a seguir.

Descansa en paz Ángel,
Ya que realmente,
Te mereces tu gran merecido descanso.

Te quiero.'

- Hyerin.

La chica no pudo evitar llorar mientras escribía en la página del chico.

La página en la que él había servido de apoyo a otras personas, quienes lo pasaban igual que el.

La página en la que él pedía a gritos que le ayudasen, pero nadie nunca lo hizo.

La página, en la que él pudo ser el mismo.

La página, que le hizo sentir vivo.

Hyerin lanzó su teléfono a la cama del chico y se encogió en la silla negra.

Sus piernas en el pecho y sus manos en su cara, llorando desconsoladamente.

No podía parar de pensar en el teñido chico de linda sonrisa que le robaba los pensamientos a todas horas.

'Ya te extraño' pensó ella mientras limpiaba uno de sus ojos con el dorsal de la mano.

De pronto, sintió como una mano se posaba en su hombro y un ligero viento que secaba su otro ojo.

Lentamente la brisa limpió el rastro que dejó la lágrima de la castaña chica.

Ella sonrió levemente al saber de quién se trataba.

- Daewonnie, te quiero - habló ella al aire, su voz se rompió al final de la frase.

Esta vez, una brisa más fuerte le golpeó a la chica.

Su mirada se dirigió a unos pequeños post-it amarillos pastel que había en el escritorio del chico.

Estos estaban moviéndose ligeramente debido a la brisa.

Ella los alcanzó y los dejó a su vista, levantó unos cuantos que estaban vacíos, hasta que encontró uno escrito.

'Yo también te quiero, Hyerinnie'

Estaba escrito en la hoja color pastel, con la distinguible letra del chico.

Más lágrimas cayeron de los ojos de la menor.

- Te necesito - murmuró ella intentando que más lágrimas no cayesen de sus ya rojos ojos.

De nuevo, la brisa le abrazó.

Sintió unos suaves pero protectores brazos rodearla protectoramente, causando que ella se sintiese un poco más segura.

De repente, oyó su suave voz.

'No pienso alejarme'

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𝐌𝐲 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲; 𝐃𝐚𝐞𝐰𝐨𝐧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora