Capitulo 29

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Ya me dirijo a casa con los chicos, nada interesante a pasado en el instituto, lo que más me ha sorprendido ha sido que Jade no haya venido a molestarme, eso es bueno... supongo... Llamo a la puerta de casa y alguien me abre

– ______! – Minghao me abraza con mucha energía, no entiendo porque, aún que yo también le abrazo muy fuerte, pero un poco confusa – ¿Estás bien? – pregunto, y al instante el empieza a llorar

– Minghao ¿Que te pasa? – le limpio las lágrimas pero es casi imposible. Tiro mi mochila al suelo lejos de nosotros y le cojo de los hombros, besándole, el se separa y me intenta mirar a los ojos sin llorar

– Solo ver en mi cabeza la imagen de ti ayer llorando me hace llorar, y no saber cómo ayudarte... Es peor todavía – le abrazo. Sus palabras me hacen estremecer y un escalofrío recorre mi cuerpo haciendo que se me forme un nudo en la garganta, como diga algo empezaré a llorar, el me abraza otra vez – ¿Me-me lo conta-tarás? – dice tartamudeando y todavía abrazado a mi

– Claro, yo... – no aguanto más y empiezo a llorar, dije que como hablase empezaría a llorar. Infinitas lágrimas salen de mis ojos, Minghao se separa un poco para verme. Al instante de verme me vuelve a abrazar, pero esta vez más fuerte que antes. Solo recordar ese momento con Eunki... No sé cómo se lo contaré a Minghao.

Minghao me coge levantándome del suelo y subiéndome a su espalda, yo me agarró a su cuello y grito

– Minghao qué haces! Me voy a caer!– los dos empezamos a reír, todavía con lágrimas en mi cara – ¿Donde...? – no me deja terminar la frase cuando el ya me está respondiendo

– Tranquila, los demás no están, se han ido a ensayar. Les dije que me encontraba mal, solo era una escusa para estar contigo – me baja y me deja tumbada en el sofá, el se pone encima de mi con sus brazos apoyados en el sofá para no dejar su peso caer encima de mi y no hacerme daño – Yo viajaría de aquí a donde fuese necesario para estar junto a tí – empieza a besar mi frente y mi boca, haciendo de mis llantos risas. Solo el sabe cómo convertir un día gris en el mejor de mi vida, le quiero tanto.

– Minghao, no es por cortar el royo, pero... Tengo hambre – los dos empezamos a reír, pero el ruido de mi barriga corta las risas, el vuelve a reir y se levanta

– Sabía que dirías eso, conociéndote... Quédate aquí, te había preparado algo– se dirige hacia la cocina. Alguien llama a la puerta y me levanto del sofá para ir a abrir

– Ya voy yo Minghao – le digo al ver que el ya iba de camino a la puerta, el se da la vuelta y vuelve a la cocina. Llego a la puerta y la abro, al otro lado de esta veo a... Joder! Algún día me dejara en paz?!

– Hola _______, se que los chicos no están y he decidido venir a hacerte una visita – me da un ramo de flores que tenía detrás de la espalda y me lo entrega – ¿Me perdonas? – cojo las flores pero de inmediato se las devuelvo

– Mira Eunki... No pienso volver a salir contigo, y menos por los que me hiciste el otro dia... – el agacha la cabeza

– Vale... Lo suponia... Pues en este caso... Solo te deseo lo mejor para ti y para el afortunado que pueda pasar el tiempo junto a ti – se da la vuelta y se vuelve a subir a su coche tirando las flores al suelo. El arranca el coche y se va, cierro la puerta y vuelvo al salón muy confundida con lo que acababa de pasar, salgo corriendo del salón y voy fuera de la casa escucho a Minghao gritarme

– ¡Donde vas! – cojo las flores que Eunki tiró al suelo y las paso de nuevo a mi casa, se que nunca le podré olvidar ni sacar de mi cabeza, nadie puede huir de su pasado, en el ramo hay una carta enganchada. Minghao se acerca a mi – ¿De quién es eso? –

Mi primo Wonwoo [Minghao y tu] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora