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Aquellos que lo conocían o habían oído de él, se quedaron absortos; era un gran concursante, como es que habia caído  tan feo, sus salidas nocturnas, sus juergas, su falta de concentración en el hielo todo habia con llevado a que ya no era uno de los favoritos ni para ganar un nacional.

Pero Lee Sungmin no quería escuchar mas acerca de como los medios lo criticaban el solo quería olvidar, olvidar que el patinaje le habia enseñado a amar, amar aun egocentrista presuntuoso y orgulloso hombre que después de haberlo llevado a tocar el cielo lo dejo para que cayera y se golpeara con fuerza sobre el pavimento.
Su corazón estaba destrozado y estaba seguro de que no podía repararlo, olvidar que alguna vez tuvo todo y que ahora no tenia nada, olvidar que su corazón lloraba y su mente le regañaba por que su vida era tan miserable que a pesar de sus juergas y del maldito alcohol aun seguía siendo fiel a esos sentimientos y al hombre que era el destinatario de aquello.

En verdad se sentía tan miserable que ni valor para olvidar aunque quisiera tenia
Ya no le importaba si los demás lo criticaban y lo dejaban al abandono solo quería desaparecer para no ver la felicidad de aquel hombre en brazos de otro.

Flashback

       … dos años antes…

Todo el publico lo ovaciono, Lee Sungmin estaba feliz, a sus diecisiete años habia logrado por fin su sueño ganar una medalla nacional en patinaje.
Pero su alegría se aumentaba por mil pues todo lo que hacia era por amor. Amaba a aquel hombre que lo vio patinar en el Ice Skating; aquel hombre que con una sonrisa algo pretenciosa o hasta seductora pero con tanta seguridad le habia dicho que lo escogía como su alumno, que se preparara para deslumbrar y ganar por que desde ese día su vida cambiaria. Primero el pensó que estaba loco para llegar a tal conclusiones, no es que no era bueno pero tampoco sentía que era excelente para llegar a las perspectivas de alguien tan reconocido en el mundo del patinaje como lo era Cho Kyuhyun, pero ese hombre le habia dado tanta seguridad, sus entrenamientos eran fuertes pero cuando tenia un leve descanso su entrenador se comportaba tan cariñoso y atento con él que sentía que su corazón saldría por su boca.

Habia logrado tener tanta confianza con él, sentía una química entre ellos, algo que no se podía descifrar. Sungmin le pidió que nunca lo dejase que fuese siempre su entrenador, a lo que el castaño sonrió y lo abrazo.

Sus días practicando, esforzándose al maximo habían dado méritos enormes pues  ahora se encontraba ahí, en el podio de los ganadores con una medalla de oro en su cuello y un ramo de flores en el brazo mientras su nombre era ovacionado, se sentía inmensamente feliz. El publico lo ovacionaba con su nuevo nombre “ el agape de la pista  de hielo” o “the agape of the ice rink”.

Agápē  diosa para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado.

Había todo terminado, se fue a los  vestidores y salió corriendo para buscar a su entrenador, no lo habia visto en la ceremonia de premiación, busco entre los pasillos y dentro del local y no lo encontró, ese hombre era todo para él, gracias al castaño habia logrado cumplir sus sueños, y se habia convertido el hombre que mas amaba, el hombre que le habia dado su primer beso,  claro no fue un beso exactamente, fue mas un roce pero el juraria que en ello habia sentimientos mas fuertes. Sungmin nunca dio un beso, nunca sintió algo como lo que ahora experimentaba; lo encontró a las afueras del estadio, se encontraba con un cigarro en la boca y una expresión seria y sombría, Sungmin solo observaba esa expresión cuando el castaño se encontraba pensativo en algo.

-¡kyuhyun hemos ganado!-grito con entusiasmo para que su entrenador cambiara esa expresión y lo abrasara y le hiciera mimos como el solo sabia dar.

Te dedicare mi amor y rencor (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora