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Zed "El Maestro de las Sombras"
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El maestro de las sombras esperaba en su trono el regreso de su aprendiz, sus ojos rojizos y filosos cual cuchilla de plata contenían una histeria maldita, mientras que sus labios sellaban sus ganas de maldecir su desdicha ante el mundo. Siempre que se relacionaba con aquella bruja sus planes fracasaban escandalosamente y ahora, que creyó cargar completamente con su trato....todo se derrumba.
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La entrada a su antiguo hogar fue pesada, el simple hecho de que todos los ninjas le observaran tan atentamente le disgustaba, pero los recuerdos felices que retumbaron en su mente fue lo que le hizo sentirse aun más atosigada. No había visto a Zed desde hace más de un año cuando su trato se dio gracias a Kayn, pensar que le vería de nuevo le hacia enfermar, pero aún con todo un mundo en contra, mantuvo su semblante firme y su rostro amenazante. Nada ni nadie le haría sentirse pequeña, no esta vez.
Al entrar al último cuarto del templo lo vio, sentado tan tranquilo mirando hacia donde se encontraba, su espera había sido eterna para él tal como la caminata por los pasillos del lugar fue paranoica para ella.
-Kayn, sal y cierra la puerta- ordenó el sombrío
Y así lo hizo, siguió al pie de la letra las palabras de su maestro, aún que él nunca dijo que no podía husmear.
Cuando Zoe y Kayn se reunieron afueras del salón, ambos se dispusieron a ver lo que sucedía dentro de la sala, cada uno a su modo, pero ambos de forma totalmente silenciosa.
Kayn estuvo casi dos minutos observando como ninguno de los dos hablaba, solo se observaban con recelo, era una batalla de miradas la cual solo tendría un ganador.
-¿Cómo dejaste que se te fuera de las manos?- Zed fue el primero en hablar, haciendo un eco profundo en los oídos de la menor, aquella voz rasposa y grave terminó retumbando en cada rincón de la sala
-Él volverá- espetó la mujer con calma
-Eider, te traicionó- para lo que Zed era perfidia por parte del demonio, para Eider era un simple suceso
-Cla-claro que no- balbuceó la mujer tratando de retomar su semblante
-Esta más claro que el agua, ¿para que más iría Khada a Zaun?- Zed inhaló hondo, sabía que la ideología de la mujer no cambiaría
-No lo sé- se sentía acorralada por el simple hecho de no saber responder a lo que el sombrío le exigía respuesta, apretó su pecho ante la ansiedad
El ambiente se tensó en cuanto el maestro de las sombras se deslizó con destreza entre la oscuridad de la sala para amenazante posarse frente a la mujer, rozando con sus cuchillas el cuello de ella.
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Entre Mariposas y Sangre (Zoe y Kayn)
Fiksi Penggemar"Me gustaría saber ¿porqué el destino nos unió de esta manera?" "Porque el destino es cruel, injusto, despiadado, extraño..." "Pero el resultado puede traerte paz ¿no es así?" "No, la paz es momentánea" "¿Al igual que la felicidad?"