N° 4 (parte 1)

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Junto a ti"

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Suspiro. Todavía recuerdo su sonrisa, su tierna expresión de su delicado rostro que me demostraba paz y daría lo que fuera por verlo una vez más. Detallarlo con mis propios dedos por milésima vez. Perdido me encuentro sin su calor. Orientado estaría si está más de unos metros hacia mi; pero eso es imposible.

Llevo conmigo sus recuerdos. No me separo de ellos, así quieran alejarme de tí, Misty. Intentaron llevarme al psicólogo y por más que quisieran hacerlo, me aferré a la idea que es imposible poder olvidarte.

Lo sé, me siento enfermo. Solo por perderte. Soy un completo idiota, por haberle creído a Serena; por todas esas habladurías que se dieron esa noche, que sin pensarlo, absolutamente todos se rieron de tí. Fuiste el házme reír de todo el mundo, pero menos para mí, ya que yo sólo conocía tu verdad, además que el tema me implicaba también.

Haberte acostado con un hombre sin casarte, es una deshonra completa para la sociedad y más si un niño llegaba a nuestras vidas. Yo prometí confrontarlo contigo y no me importaba cualquier insulto que llegara de cualquier persona. Ya que solo existía ella para mí, y más todavía si eran ustedes dos.

Día que pasaba, me ponía rígido para afrontar a la sociedad, así no quieran verme en persona. Noche que pasaba, una lágrima atravesaba por su rostro blanco como pureza innata. Me hacía sentir débil. Eras mi debilidad, sin dudarlo.

"Te amo"-sigo repudiando esas palabras que salieron de la boca de Serena como un disparate. Solo esas palabras puedo escuchar solo de tí y yo por algún motivo; no, yo te lo devolvía, por mí querer; porque tú eres la persona que he amado más que a nadie.

Me sentí ser la persona más feliz del mundo a tu lado. Me sentía desfallecer con tu sonrisa sincera que me regalabas a cada instante, a pesar de todas las penurias ocurridas. Reconozco que nuestra hija heredó eso de tí, sin dudarlo y sé que tú la ves donde estés.

Poder olvidarte es imposible y todos los días añoro que estés conmigo. Pero por motivos o mejor dicho un problema que no pudiste afrontarlo sola y yo con ansias te decía que eras muy fuerte.

Naomi crecía más y más cada año; y preguntaba por tí cada vez que pasaba sus cumpleaños. El último cumpleaños me pidió tu paradero. Tú me entiendes, era difícil para mí. Mi madre se encontraba a mi lado, tocándome un hombro y me asintió la cabeza sin dar vuelta atrás.

Ya era una adolescente de 15 años, y sé que ya era justo a que lo sepa, qué pasó exactamente con su madre. Aunque la vida la rechace, como a nosotros, siempre estuvo al pendiente de su familia.

Mi hija me abrazaba fuertemente soportando un sollozo de dolor. Me tuve que resignar en ese momento, porque ya no sentí más esa presión en mi pecho. Me sentía más tranquilo, porque ya no tenía que de nuevo ocultarlo. Respiraba pausadamente. Un retrato de su madre era su rostro y uno que otro rasgo que tenía de mí, pero más se parecía a ella, aunque a veces me provocara dolor con tan solo verla cuando era pequeña por recordarla y se encontraba en mis brazos; sentí que era mi más preciado tesoro. Lo único que tenía de ella, aparte de mis recuerdos.

Tan frágil, tan tierna, tan ella. Era su mini ella con esos ojos verdes-azulados. Su cabello era el mío, pero por instinto, se lo acomodaba como su madre. Era irremediable.

A veces ni palabras tengo de Naomi. Era solo simplemente ella. Como Misty, lo demostraba en cada momento. Sencilla, cariñosa, paciente, y era muchas cosas más. Era una maravilla. Especialmente para mí.

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2018 ⏰

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