La puerta del instituto se abrió y por poco se cae al suelo al ver cómo unas pequeñas niñas de primero casi lo arrollan desde el otro lado de la puerta por la que él estaba a punto de pasar. Maldijo. Estaba cansado, y no cansado porque fuera el último año de instituto y estuviera, literalmente, ahogándose entre apuntes, materias y consejos sobre cómo superar el examen que le abriría las puertas a la universidad. Y aunque quizá sí que fuera un poco eso, lo que realmente hacía que las ojeras de sus ojos estuvieran más presentes que las de costumbre, era que se pasó toda la noche hablando con Samantha por teléfono, a pesar de que ella había dicho que no le gustaba hablar mediante semejante aparato al contrario que la gente de su edad. En palabras textuales le comentó no muy sutilmente que prefería ''hablar en persona y más si se trata de ti, Jonah. Adoro oír tu voz''.
Llegó a su taquilla y sacó de ella el libro que necesitaba para la siguiente clase.
- A no ser que tengas un poder telepático con el libro de física no creo que hayas sido capaz de hacer los ejercicios si lo dejaste en la taquilla.
Cerró la puerta y giró la llave hasta cerrar su taquilla.
- ¿Va en serio, Corbyn?
- ¿Por qué tienes esa cara de culo?
- No he dormido mucho.
- Creo que tengo miedo de preguntarte qué estuviste haciendo hasta tan tarde.
- Hablé con Samantha por teléfono, eso es todo.
- ¿Qué?- interrogó asombrado.
- Lo que oyes.- contestó dirigiéndose a la clase de física.
- Sigo sin dar crédito.
- Bienvenido al club, yo tampoco.
- A saber qué hablasteis. – musitó con una cara pícara.
Jonah no contestó, simplemente sonrió. En el fondo, incluso sintiéndose tan inseguro como lo hizo aquella vez que se besaron por primera vez, se sentía victorioso de tener algo que ver con Samantha.
- Creo que no sé cómo tomarme esa expresión en tu cara. No es como si os hubierais besado en la primera cita.
- Ahí está el punto, Corbs.
- ¿Cómo? Me estás mintiendo, seguro.
- Qué va, y lo hizo ella primero. Creo que realmente le gusto. No para de repetirlo todo el tiempo.
- Por dios, Jonah. Tampoco hace falta que me des detalles. No quiero que me recuerdes ahora que por fin estás, técnicamente, con alguien que estoy solo como la una.
- ¡Qué va, Corbyna! Yo te amo con todo mi corazón.- exclamó Bradley al mismo tiempo que se sentaba detrás de ellos en las mesas repartidas de dos en dos en la clase de física.
- ¿Se supone que me estás engañando, Brad? – dijo el pelirrojo Connor, sentándose al lado de Brad y expresando falsamente una cara de ofendido.
- ¿Qué tal, bellas damas?
- Admirando cómo el profesor Stewart se retrasa cuando prácticamente he venido corriendo a esta clase para no llegar tarde.
- Neel, ¿podrá callarse algún día?- decretó el profesor Stewart hacia Bradley llegando a clase y dejando su maletín en la mesa. El pobre chico se escondió tras su largo flequillo de la vergüenza.
Bradley Neel y Connor Loick quienes se encontraban sentados ahora detrás eran, junto con Corbyn, los únicos amigos de Jonah, aparte del grupo de amigos que también compartía con Corbyn pero que no iban al mismo instituto. En el primer grupo también estaba Elliot Neo, el capitán del mejor equipo de natación de la ciudad, quien compartía clase con los cuatro chicos, pero siempre estaba ocupado con el club o estudiando, porque también era uno de los más listos de clase. Brad, Connor, Corbyn y Jonah no sacaban unas notas especialmente bajas, pero tampoco eran destacables. En lo que sí eran destacables era en hacer tonterías, y se pudo demostrar cuando Jonah les contó al moreno y al pelirrojo lo que estaba ocurriendo con Samantha, quien en ese momento no se encontraba en clase. Reaccionaron de manera muy exagerada a lo que Jonah relataba, incluso podía jurar y perjurar que estaban más emocionados que él. Aunque la emoción se les pasó cuando el profesor Stewart echó de clase a los cuatro chicos por hablar demasiado.
- Encima de llegar tarde nos viene con esas.
- Brad, calma. En verdad sí que estábamos siendo molestos.- contraatacó Connor.
- ¿cómo me iba a aguantar las ganas de hablar si por fin nos pasa algo interesante?
- ¿desde cuándo estás tú metido en la relación de Jonah y Sam?
- Tampoco es como si estuviéramos saliendo.- dijo Jonah al mismo tiempo que levantaba la vista de la pantalla de su móvil que justo acababa de sacar del bolsillo.
- Dentro de poco lo haréis, ya verás.
- Eso, ya sabes que ahora que está cerca de ti no va a dejarte en paz.
- No creo que esté en paz si ella me deja.
Y justo antes de que los tres chicos pudieran acribillar a Jonah con preguntas tras haberse quedado perplejos, una voz irrumpió en el pasillo. La voz de Aroa, una chica de clase que había bajado a hacer fotocopias para el profesor Stewart y que ahora se encontraba con ellas en la mano.
- ¿qué hacéis los cuatro fuera?
- El profesor Stewart no ha soportado que nuestra vida sea más interesante que la suya- dijo Corbyn cruzando sus brazos.
Aroa rió- Tenía pensado decíoslo a la salida pero lo hago mejor ahora que os pillo aquí. Como bien sabéis porque llevo invitándoos a los cuatro (junto con Elliot) desde que entré al instituto, mi cumpleaños es el veintinueve de octubre, o sea, la semana que viene. Y como este año cae en sábado y es nuestro último año de instituto tenía pensado celebrarlo con una fiesta en mi casa por la noche e invitar a unas cuantas más personas esta vez, ¿qué os parece?
Los cuatro chicos asintieron. A fin de cuentas en el fondo les resultaba triste tener que separarse de sus compañeros después de tantos años compartiendo clase.
- Cuenta con nosotros.- respondió Connor.
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Cuando ella llama. |jonah marais|
Fanfiction❝Y quizá de lo que más pecaba era de anhelar un beso suyo, de rogar por una caricia más, de contarse cosas al oído; porque ella era todos sus planes, porque todo es mejor cuando ella llama.❞ Jonah Marais es un adolescente de 17 años, jugador de bal...