Capítulo 5: Aura no ha empezado bien el año.

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Casi cuatro meses después.

- ¡Maya, despierta! ¿Acaso no me estás escuchando?- gritó Aura con el trapo en la mano.

- Lo siento, ¿qué decías?- soltó un bostezo.

- Que Jenny y Logan se liaron anoche ¡no sabes cuánta ilusión nos hizo! Y encima en Nochevieja ¡Súper fuerte! Es genial ver cómo tus amigos se llevan queriendo tanto tiempo y por fin se dignan a dar el paso al comenzar el año.

- Suena muy romántico.

- Mira que eres sosa.

- Es que Maya está muy sola y no es cuestión de que se lo recuerdes.- dijo Matt, el hermano pequeño de Maya entrando en la cocina con una pila de platos.

En realidad, Maya no contestaba así de seca por la cuestión de cuán sola se encontraba o siquiera porque estuviera muy mayor: en realidad, ella sólo tenía dieciséis años. Más bien era por lo cansada que se encontraba al llegar a casa tan tarde (o tan temprano respecto al día siguiente) por haber salido con Libby y Julia, sus dos mejores amigas, a celebrar el año nuevo. Tan cansada que llevaba literalmente media hora fregando platos muy despacio mientras Aura los secaba.

- Matt, no te metas con tu hermana.

A modo de contestación, el niño de trece años bufó y salió de la cocina.

Maya y Aura por fin terminaron de lavar y secar platos y subieron a la habitación de Maya en la planta de arriba y, tras cerrar la puerta, se sentaron las dos en la cama.

Aura, la prima de Maya que era un año mayor, comenzó a hablar como por enésima vez sobre la noche anterior; se la notaba emocionada con el tema. En cambio, la morena Maya, estaba cansada y ciertamente decepcionada con la noche anterior. No se lo había pasado tan bien como Aura y aunque se alegraba por ella, le daba cierta envidia. Ella no había salido nunca con su prima de fiesta o si quiera habían quedado. Más bien se juntaban cuando había comidas familiares, cumpleaños y demás fiestas; y como apenas había diferencia de edad, mientras la familia hablaba en la sala de estar, como en ese mismo momento, ellas se apartaban y comenzaban a hablar de los chicos que les gustaban, los dramas con sus amigas y de la vida en general. Y a Maya le gustaba, pero a veces sentía que su vida apenas era interesante comparada con la de su prima. Le quedaba el curso que estaba realizando y otro más para llegar a la universidad. En el instituto se llevaba bien con toda su clase, aunque sólo se juntaba con Libby y Julia y aparte con Ricky, a quien consideraba un compañero de clase con el que hablaba bastante más que como si fuera un amigo. Sus notas de momento no bajaban del seis y medio y era muy aplicada y responsable. Así era su vida: ciertamente aburrida.

Ella ya no prestaba atención a lo que Aura estaba contando e incluso se había introducido en su propio limbo, con sus ojos prácticamente cerrándose del sueño; pero la sobresaltó el estribillo de Superbass de Nicki Minaj sonando como tono de llamada del teléfono de su prima, la cual ni se molestó en contestar o, al menos, colgar. Se quedó sonando en el silencio con esa sinfonía que había logrado callar a la castaña, la cual bajó su cabeza, suspiró y trató de continuar hablando. Aún así, dos minutos después, volvió a sonar. Así hasta cuatro o cinco veces, hasta que por fin parecía que había parado para no sonar jamás.

De todas las veces que sonó, Maya no habló para decirle a Aura que lo cogiera, hasta la última. Su prima simplemente bajó la cabeza de nuevo y musitó un '' No es nada importante. Lo cogeré luego'', que no sonó muy convincente. Maya comenzó a preocuparse, preguntándose internamente quién llamaría a su prima tantas veces y por qué ella reaccionaba de ese modo tan decaído. Aura, al notar que Maya comenzaba a cuestionar la situación, trató de cambiar de tema enseñándole fotos de la fiesta.

Cuando ella llama. |jonah marais|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora