Mi princeso y un matrimonio « Kyuwook »

C a p í t u l o 2

Decidir la fecha del enlace matrimonial era uno de los pasos fundamentales del proceso, aunque Kyuhyun de verdad pensaba que decidir la fecha no podía ser tan complicado y por ello, creía ciegamente que no había mejor fecha que el 15 de agosto, el día de su aniversario. Para el moreno no había una más importante que esa y de no ser porque Ryeowook se negó de manera rotunda, seguramente habría sido maravilloso celebrar dos grandes acontecimientos en un mismo día. Pero había una razón coherente por la que el castaño se negó y fue simplemente porque ese año su aniversario se celebraría en miércoles, así que podría convertirse un problema con sus invitados por las responsabilidades laborales.

Fue hasta después de un arduo tiempo de reflexión sobre los pro y contra qué se decidió celebrar la boda el sábado 18 de Agosto. Lo siguiente en la lista eran las invitaciones.

La posición que ambos tenían en sus trabajos era privilegiada, así que podían darse una tarde libre para acudir a las distintas imprentas sin ninguna presión. Después de la charla con el más bajo convenciéndole de que no tenía porque hacerle caso al desquiciado de Heechul, ambos decidieron que les gustaba más la idea de una boda sencilla y elegante en la finca de la familia del moreno, quienes estaban más que emocionados por celebrarla en ese lugar. No tenían un número exacto de invitados, pero ambos estaban de acuerdo en que no sobrepasarían los 120 invitados en dado caso, ya que sus familias no eran tan extensas y solo estarían invitados sus amigos más cercanos.

-¿Cuál es la idea que tiene, joven?

Habían pasado por un par de tiendas antes de llegar a esa enorme imprenta, en donde la dependienta de melena oscura le sonreía a su prometido, de una manera dulce y amable, una actitud que le agradó al castaño.

- Aún no elijo los colores de la boda -Kyuhyun miró sorprendido al más bajo mientras hablaba. ¿Se tienen que elegir colores para la boda? ¿No era todo en blanco, negro y dorado? se preguntó mentalmente, porque tenía la ligera sospecha que si externaba sus dudas sería acribillado con miradas furiosas-, pero estamos buscando algo elegante y sencillo.

-Muy bien, en este catálogo -la dependienta le dio una carpeta de color marrón muy grande- hay muchos modelos comunes y en esta otra -le dio otra similar-, hay otros modelos más recientes. En dado caso que le guste alguno, pero desee modificar algunas cosas como colores poco comunes, piedras, papel y derivados, pues se elevaría un poco el costo.

-Si muchas gracias -agradeció el castaño mientras le daba los catálogos a su prometido, quien se encontraba en silencio haciéndose millones de preguntas que no debían ser escuchadas-, vamos cariño.

Fueron hasta una pequeña sala para revisar los catálogos sin cansarse y aunque todo parecía tranquilo, Kyuhyun no estaba seguro de nada. Utilizaba los dedos de su mano izquierda para enrollar los rizos de su melena oscura entre ellos totalmente frustrado, y con la otra, daba vuelta a las páginas del catálogo que le fue entregado. Aceptaba que no era lo suficientemente detallista como para encontrar demasiada diferencia entre las invitaciones de boda, pero es que después de la invitación número 235, sus ojos no podían identificar ninguna diferencia entre ellas. Rectangulares o cuadrangulares con una leve diferencia entre sus dimensiones, por lo demás, eran mínimas las invitaciones que realmente eran distintas y mirando de reojo a su lado, veía como su lindo prometido miraba cada una de las páginas de manera minuciosa. Quería preguntar sobre lo que buscaban, pero no se tenía la suficiente confianza de hacer eso y después de escuchar a un grupo de mujeres gritar emocionadas mientras veían modelos de invitaciones, entonces se preguntó si su actitud parecía negativa ante la organización de la boda.