» C a p í t u l o 4

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En distintas partes del mundo existen diseñadores de renombre, no tenían que ser necesariamente asiáticos, americanos o latinos. Cada uno tenía una esencia que los hacía resaltar de los demás y estaba bien, porque gracias a eso, existía una variedad infinita de estilos en ropa. Debido a eso, Ryeowook se dejó convencer fácilmente por su mejor amigo, Kim Heechul, y aceptó ir hasta el otro lado del mundo para buscar su traje especial.

Sería una boda sencilla, eso lo tenía muy en claro a pesar de los lloriqueos y quejas de su amigo rubio, sin embargo, eso no significaba que pasara desapercibido. Tenía un enorme deseo de enfundarse en un bonito traje color lavanda, así que no desaprovecharía la ocasión en su día especial.

El color que desees, pero que no sea color rosa

Le había dicho Kyuhyun en tono de súplica, porque tal parecía que su desencanto con la estrella del universo era tal, que no podía si quiera ver el color rosa sin que llorara sangre —o eso era lo que su prometido decía—. Una completa tontería.

Para Ryeowook no presentaba algún problema descartar ese color de sus opciones de traje, pero tuvo que soportar un largo viaje en avión con un Heechul maldiciendo a su prometido a causa de eso.


Salieron del aeropuerto internacional de Incheon a las seis de la mañana y llegaron a Nueva York poco después de las siete de la noche, descendieron del avión para buscar sus maletas, pasaron por el protocolo necesario y contrataron un taxi que los llevarían hasta su hotel. A esa hora, ya había disminuido la luz del sol, así que hicieron rápidamente el ingreso a la habitación, se cambiaron en tiempo récord y decidieron buscar un buen lugar para cenar. Después de todo, estaban en una ciudad nocturna.

A la mañana siguiente, Ryeowook se levantó desde muy temprano con los nervios de punta y se duchó con agua tibia para intentar calmarse un poco, después de todo, no todos los días buscas el traje para tu boda. Heechul por otro lado, se despertó con una resaca de los mil demonios y aunque se duchó con agua casi congelada buscando recuperar su buen rostro, tuvo que utilizar lentes de sol para cubrir sus ojos sensibles a la luz solar.

— ¿Tienes alguna idea de lo que buscas? —preguntó el rubio mientras ayudaba a que su amigo descendiera del taxi— ¿Corte o color?

— Gracias —le agradeció al taxista y enseguida, miró a su amigo—. Me gustaría algo entallado, pero con una tela ligera. No quiero sudar en mi día especial.

— Entonces, no hubieses elegido el verano para casarte —el mayor acomodó sus cabellos y le señaló el local frente a ellos, una famosa tienda exclusiva—. Pero no diré nada, se lo prometí al insistente de tu novio.

—Sé que lo quieres, así que espero algún día dejen de fingir que se odian—sonrió mientras ingresaba a la tienda.

— Nunca en esta vida, pequeño.

Un dulce aroma floral los recibió junto al clima frío del lugar, caminaron hasta el escritorio en donde una señorita les confirmó la cita y después, los guío hasta una pequeña sala, en donde millones de trajes diferentes los rodeaban.

— Si desea, puede ver los distintos trajes que tenemos por aquí—le sonrió la chica con un perfecto inglés, señalándole los alrededores—. En un momento viene un asesor con ustedes.

— Gracias—respondieron ambos maravillados con lo que veían.

Obviamente, Heechul apartó enseguida los trajes de colores extravagantes para probárselos después de que el novio encontrara el suyo y mientras tanto, intentaba enfocarse en cubrir las exigencias de su mejor amigo.

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2018 ⏰

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Mi princeso y un matrimonio « Kyuwook »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora