Cinco años de noviazgo habían sido suficientes para que Kyuhyun entendiera los deseos de su corazón, aunque el tiempo no había disminuido los nervios que sintió aquel día que por fin se decidió a dar el gran paso y a pesar de que la sorpresa por poco destruye su objetivo, el más alto pudo ser completamente feliz al escuchar que Ryeowook lo aceptaba.
Sus amigos hicieron un gran alboroto cuando se enteraron -claro que por amigo se refería a Heechul-, el insoportable y quién no había esperado más que unos segundos para gritarle a los cuatro vientos lo mucho que se había tardado para hacerlo. También le confesó que de haberse tardado un poco más, iba a secuestrar a su amigo castaño y lo llevaría a sus habituales sitios de perdición llenos de testosterona. ¿Era tan difícil para los demás comprender la razón de que Kyuhyun odiara a Heechul? Pues ese hombre nunca perdía la oportunidad para molestarle, aunque tampoco se quejaba demasiado, pues por lo menos hacía sonreír a su novio y eso era suficiente para soportarlo sin saltarle directo a la yugular.
▪▪▪
Después del peor susto de su vida, Ryeowook había sido recompensado por una hermosa propuesta, un brillante anillo y caricias íntimas que lo hicieron desfallecer de placer en los brazos de Kyuhyun, su ahora prometido. La madrugada se anunció con un clima fresco y eso fue suficiente para que el castaño se acercara al cálido cuerpo de su novio acurrucándose contra su cuerpo en busca de calor, aspirando el dulce olor de la colonia que siempre usaba y siguiendo con su sueño placentero.
Fue así como despertó en la mañana, lleno de una inminente felicidad que le hinchaba el pecho de amor y envuelto en los cálidos brazos del hombre que amaba, provocando que la primera imagen del día fueran esos rosados labios que siempre le decían palabras de amor sin importar el día o la hora.
— Buenos días —Ryeowook se estiró para alcanzar el cuello de su pareja con sus labios, brindándole una dulce caricia matutina—, lindo prometido.
— Mmm —suspiró mientras sonreía sin abrir los ojos aún—, pero que perfecta manera de despertar, prometido.
— Lo mismo digo —alargó sus brazos acariciándole los rizos morenos con sus dedos y entonces, el brillo en su dedo anular lo hizo sonreír aún más—. No puedo creer que estemos comprometidos.
— Yo no puedo creer que me hayas dicho que si, no después de mi decepcionante propuesta.
— Cierto —el castaño se burló de la vergüenza de su prometido, no siempre podía observar a un Kyuhyun sonrojado—, utilizaré esa experiencia para crear mis votos matrimoniales.
— Eres un demonio... uno muy lindo y del cual estoy enamorado.
— Kyukyu —le llamó al mismo tiempo que lo observaba intensamente con esos ojos color almendra—, te amo.
Eso fue suficiente para el moreno, esa hermosa vista de un Ryeowook recién despierto con los cabellos alborotados y una sonrisa perezosa, era el paraíso. Uno que disfrutaría todos los días a partir de ahora.
ESTÁS LEYENDO
Mi princeso y un matrimonio « Kyuwook »
HumorKim Ryeowook y Cho Kyuhyun tienen una relación de poco más de cinco años, después de conocerse durante la boda del ahora matrimonio Choi. A lo largo de esos cinco años de relación, vivieron momentos dulces y esas típicas peleas de parejas, pero aho...