Imágenes y recuerdos pasaban como el flash de una cámara por su mente, su respiración comenzaba a ser irregular, sus ojos se cerraban cada vez con más fuerza. De pronto, las imágenes desaparecen, todo se vuelve negro, pero de a poco se va aclarando. Se encuentra encadenada, ella y otra mujer, muy parecida a ella.
─¿Quién eres...? ─ eco y luego silencio. La mujer parece inconsciente, no contesta ─¿Ma-...? ─ Yuuno es interrumpida antes de siquiera terminar de pronunciar palabra, una luz que aparece sin aviso y la cega comenzando a ver algo más.
Una pequeña Yuuno, de apenas seis años, se encontraba recorriendo los pasillos de un gran hospital con un ramo de flores en mano, hortensias, y una pequeña sonrisa en su dulce cara. Había recorrido tantas veces el mismo camino que ya lo había memorizado completamente, era tan sólo un día normal para la pequeña. Al abrir la puerta de la habitación deseada, una gran figura imponente se atravesó en su campo de visión, algo confundida se dedicó a verificar el número de habitación y el nombre grabado en la puerta, cerciorándose de que no fuera la equivocada, y así era.
─Oh, Yuuno ─ la hermosa voz de una mujer llamó su nombre haciendo que volteara en dirección a la camilla ─, adelante, no pasa nada. ─ la invitó amablemente, haciendo que la peliplata obedeciera.
─Mamá...
─Él es Enji, un antiguo compañero de clase. Ha sacado algo de tiempo para venir a visitarme. ─ explicó sonriendo la mujer. La vista de esta fue a viajar al brazo vendado de su hija preocupándose por esto ─Oh, querida, ¿qué te pasó? ¿Te volviste a caer jugando?
─Sí, fue intentando saltar del columpio en movimiento ─ mentir con tanta naturalidad siendo tan joven, no era algo extraño en ella. Luego de responder a su madre su bastante afilada mirada se dirigió al hombre ─Un gusto. ─ dijo, haciendo una reverencia con neutralidad.
─Lo mismo digo, niña. ─ contestó de forma seria y recta.
─Vamos, vamos ─ intervino la mayor ─No sean tan fríos.
─Sí. ─ fue la respuesta de ambos al mismo tiempo, haciendo que una gota resbalara por la frente de la mujer.
Esa fue la primera vez que vio al señor Endeavor, pero no la última.
─Yuuno, hablé con Enji para que te quedes unos días en su casa ─ suelta de golpe la mujer tranquila, mientras acariciaba la larga cabellera de su hija. Habían pasado unos días desde que la menor había conocido al amigo de su madre de la UA.
─¿Por qué? ─ cuestionó casi en reproche ─ ¿Es para entrenar? Puedo entrenar por mi cuenta en casa. No entiendo por qué ese viejo deba-... ─ se calla cuando su madre hace ademán de stop con una sonrisa.
─Hay un niño de tu edad allí, es posible que se lleven bien ─ dijo con una sonrisa ─ Además, deberías hacer más amigos aparte de ********, ¿no crees?
─Sí...
•••
─Bienvenida, mocosa ─ tan sólo atravesar la puerta de la residencia fue recibida por el gran héroe número dos de brazos cruzados ─Fuyumi, guíala a su habitación.
─Sí, padre ─ una albina algo mayor con pequeños mechones rojos y anteojos hizo aparición para luego hacer una seña a la ojijade guiandola al que sería su cuarto ─Aquí es. Si necesitas algo, no dudes en llamarme. Eres libre de andar por la casa. Por ahora, te dejaré para que te instales. Nos vemos. ─ dicho esto aquella chica abandonó la habitación.
─Parece una sirvienta. ─ opinó la niña ahora en total soledad. Sí, aquella linda criatura era la palabra borde en cuerpo y alma.
Se dignó a observar la habitación tradicional por un momento, percatándose de la gran diferencia que tenía al estilo de su hogar. Preguntándose qué debía hacer, decidió explorar un poco aquella enorme casa. Recorrió varios pasillos, subió unas cuantas escaleras, abrió varias puertas y varias cosas más hasta llegar a la sala principal.
Una gran puerta corrediza que daba a un lugar desconocido le dio curiosidad. Al abrirla un lindo patio bastante cuidado fue lo que pudo apreciar. En medio de este, la figura de alguien se veía claramente.
"Hay un niño de tu edad allí"
Las palabras de su madre atravesaron su mente al ver la figura del pequeño bicolor a lo lejos. Estaba a punto de marcharse, pero al parecer el niño se había percatado de su presencia.
─¿Quién eres?
─Qué frío ─ fue lo primero que pensó, aunque no era nadie para hablar de ello. Al ser descubierta no tuvo más opción que acercarse ─Tiene una cicatriz.
─Aihara, Aihara Yuuno. No me he colado por si es lo que te preguntas ─ ella misma se vio sorprendida ante el tono sarcástico y juguetón que había salido de ella ─ ¿Y tú? ─ cuestionó algo curiosa.
─Todoroki Shouto.
Aquella vez... fue la primera en encontrarse y la primera vez que habían cruzado palabras.
─Entonces... por eso me conocía y me parecía familiar el hijo de los Todoroki. ¿Mis recuerdos están volviendo? ¿Por qué el nombre de quien mencionaba mi madre había sonado disperso? ¿Quién era?
─Es tan molesto no tener respuestas, ¿verdad, Yuuno? ─ al irse la luz había vuelto al lugar oscuro y las cadenas volvieron a enredarse en su cuerpo, pero una se rompió. La mujer de enfrente seguía inconsciente entre cadenas. Había jurado escuchar su voz.
Sus ojos se iban abriendo de a poco intentando acostumbrarse a la fuerte luz del atardecer que se colaba por las ventanas de la enfermería de UA. Escuchaba voces lejanas que se fueron aclarando conforme pasaban los segundos, entre ellas pudo distinguir el famoso nombre del héroe no.1 reconocido mundialmente. Al reincorporarse en la camilla donde se encontraba reposando anteriormente su vista fue enfocando hasta lograr ver a un hombre rubio y piel morena, y a su lado, su compañero de clase Midoriya Izuku, ambos en camilla.
─¿Midoriya? ¿Qué sucedió? ─ fueron sus primeras palabras, estaba algo ronca. Tanto el hombre como el joven voltearon a verla.
─¡Aihara-san, despertaste! ─ Izuku respondió alegre.
─Fíjate que no, sigo inconsciente, ¿qué no ves? ─ gracias a las caras confundidas de ambos se dio cuenta que no habia dicho eso en su mente, sino en voz alta ─D-Digo, si. Aunque aún me duele la cabeza un poco, jeje ─ intentó hacerse la nerviosa. Sin razón alguna, su mirada pasó al hombre en camilla al lado del pecoso, lo inspeccionó unos segundo, como si estuviera escaneando con sus ojos para finalmente decir: ─¿All... Might?
Esas palabras que habían salido con tanta inocencia y confusión lograron alertar a los contrarios.
─¿D-De-De qué hablas, A-Aihara-san? ¿A-All Might? Q-Que locura ─ tartamudeo Midoriya acompañado de una risa nerviosa bastante notable.
─Pero él es All Might, ¿cierto?
A ese punto era imposible engañar a una experta en las mentiras, y por desgracia, Izuku lo sabía.
─L-La verdad... Pues verás...
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ʀᴇᴍᴇᴍʙᴇʀ. ||ʙᴀᴋᴜɢᴏ ᴋᴀᴛsᴜᴋɪ x ᴏᴄ|| [CANCELADA]
Fanfic"Recuerda". ||ADVERTENCIA: La protagonista tiene actitud insufrible y posiblemente la odieis la mitad de la historia. Si tenéis poca paciencia no recomiendo esta historia||