Amor a Distancia

Parte 8 "La propuesta"

Ya la carta estaba lista, y era momento de hacer lo que tenia que hacer, así que compre unas flores y lleve mi guitarra para la casa de Angela, agarre camino hacia allá, con un nudo en la garganta casi mudo del miedo, pero esta vez no me iba a quedar callado, al llegar grite:

-Daniel: Angelaaa!!

Ella escucho y salio, y me dijo:

-Angela: Si Daniel dime ¿Porque ese grito?

-Daniel: Quiero que leas esta carta, y no digas nada solo  lee , y me miras cuando termines.

Así lo hizo, y cuando termino solo me miro en silencio y note como una lagrima caía por su mejilla, aproveche ese momento para darle la flor y cantarle la canción, le cante háblame de ti, versión balada y a mi estilo, mientra le cantaba ella sonreía y le salían lagrimas, era hermoso, de un momento a otro solo me acerque a su boca y ella también lo hizo, nos besamos y la volví a mirarla, y ella solo en silencio lloraba, fue algo de otro mundo, por primera vez una chica lloraba por felicidad, por algo que yo hacia, así que solo termine de cantar y le dije:

-Daniel: Angela quiero pedirte que seas la reina de mi castillo, que seas la luz que quite mi oscuridad, que seas la reina de este rey, y en pocas palabras, ¿Quieres ser mi novia?

-Angela: ¡woo! Daniel me dejas sin palabras, pero si las tengo para responderte, y la respuesta es ¡si! Daniel acepto ser tu novia.

Quede anonadado cuando dijo que si, fue algo supe genial, solo le di un abrazo y ella a mi, en ese momento le dije:

-Daniel: Hoy, bajo esta luna llena prometo cuidarte, protegerte, y estar ahí cuando usted me necesite, prometo ser tu payasito cuando estés triste para animarte, prometo ser tu felicidad para poder ver esa sonrisa hermosa que tienes.

-Angela: De verdad Daniel, que me dejas sin palabras, me encanta cuando hablas así de verdad me encantas, yo también prometo estar ahí para ti.

La volví abrazar, y nos quedamos varias horas sentado frente a su casa, hablando y riendo un rato, luego de unas horas me despedí de ella, le di un beso en la boca y le di un abrazo, y me fui directo a casa con aquella cara todavía de atontado, y una sonrisa de oreja a oreja, fue lo mejor que me a pasado.