07 | Una investigación

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—¿Quién está...? —La voz de Kara los recibió en cuanto atravesaron el portal y estuvieron en medio de su departamento. Pronto la tuvieron en su línea de visión: parecía lista para atacar, pero cuando los vio, abandonó la postura defensiva y frunció el ceño—. ¿Caitlin? —preguntó con incredulidad; sus ojos se abrieron más en cuanto reconoció a la persona que la acompañaba—. ¿Barry?

—¡Hey! —él saludó, sonriendo—. Perdón si te asustamos.

—No lo hicieron. —Se encogió de hombros, pero su expresión les dijo que la habían encontrado con la guardia baja. Miró detrás de ella, donde la televisión estaba encendida; y fue cuando ellos se percataron de que no estaban solos. Alex estaba ahí también—. Hey, ¡mira quiénes llegaron!

Su hermana se levantó de inmediato y saludó a Barry con cordialidad, antes de darle un abrazo a Caitlin, que le correspondió el gesto con una sonrisa. La acción hizo que se soltaran las manos, haciendo que ambos notaran que no se habían soltado. Barry sonrió un poco cuando se dio cuenta de que ella lo había notado al mismo tiempo que él, y sus mejillas habían adquirido un rubor tenue.

Ver la escena frente a él —mientras Kara le daba un abrazo también—, le hizo preguntarse qué había pasado entre ellas para volverse cercanas. ¿Habrían descubierto algo juntas, habrían estado en peligro y una de ellas había salvado a la otra...? A veces se asustaba de lo mucho que se había perdido. El mundo no había dejado de dar vueltas, y el tiempo no se había detenido en su ausencia.

—¡Hace mucho que no sabía de ti! —Kara exclamó cuando se separaron. Entonces, lo miró de arriba abajo, estudiándolo—. Espera... ¿de verdad eres tú? Lo último que supe fue que...

—Lo sacamos hace unos meses de la Fuerza de Velocidad —Caitlin explicó con una sonrisa, colocando una mano en el hombro de Barry—. Es bueno tenerlo de regreso.

—¿Meses? —La rubia frunció el ceño—. ¿Y por qué estamos enterándonos de esto ahora? ¿Están en problemas, necesitan ayuda...?

—No —la bio-ingeniera se apresuró a contestar—. No, ese no es el motivo de nuestra visita.

—Oh. —Alex los miró, tratando de descifrar lo que escondían; suspiró cuando no lo logró—. ¿Y bien? ¿Van a decirnos?

Caitlin sonrió.

—Bueno, es una larga historia.





Caitlin ya sabía que el primer día de su visita iba a ser para ponerse al día, e iba preparada para dejar a Barry con las chicas. Sin embargo, con el paso de las horas fue obvio que no pensaban dejar que se marchara de su compañía y estaban ansiosas por ver qué había hecho desde su última visita. No le molestó; fue lindo tomarse unos días libres después de la locura que habían sido los últimos meses después del regreso de Barry.

Estar en otra tierra, donde nadie te conocía ni esperaba nada de ti, era algo refrescante.

Después de que Iris decidiera marcharse a Keystone cuando le pidió distancia y tiempo —no porque tuviera esperanza de volver con ella, sino porque quería reparar todo lo que rompió desde Flashpoint—, notó cuán reacios estaban sus amigos a pasar tiempo con él, como si se hubieran acostumbrado a su ausencia; y una parte de él se sentía herida, porque estaba seguro de que él no había estado ahí para ellos incluso antes de tomar su lugar como prisionero. A veces Cisco parecía callarse cosas que quería decir, y se había vuelto reservado en su presencia... al menos, hasta que fue obvio que había terminado las cosas con Iris y la alejó lo más posible de su vida como héroe. Con Caitlin, los puentes que habían construido entre ambos se derrumbaron con más facilidad; sin embargo, fue un proceso más lento por la distancia que existía entre ellos.

Se sentía culpable. Tan, tan culpable, que apenas podía mirar a sus amigos a los ojos. Siempre amables, siempre atentos, siempre a su lado. Y él los había decepcionado.

Por eso se había hecho la promesa de estar siempre para ellos desde el momento en el que salió de la Fuerza de Velocidad.

Siguió a Caitlin al laboratorio, mientras Alex y Kara iban a reportarse a trabajar, y se maravilló por la manera en la que su amiga se veía familiarizada con el lugar, preguntándose cuántas veces había estado en aquel lugar.

—Vaya —Barry exclamó, sorprendido cuando ella sacó toda la investigación que tenía—. De verdad has estado ocupada.

Ella sonrió con timidez.

—Mientras tú no estabas, me diste la oportunidad de terminar todo esto. La verdad, no había tocado este proyecto desde hace un tiempo porque no tenía manera de probarla con alguien. Si hubiera sabido que yo era el sujeto perfecto, habría intentado ya. —Se rio—. Habrías tenido una mejor fiesta de bienvenida.

Barry retuvo la respuesta que quería darle. Lo que ella decía no era del todo cierto. Jesse y Wally también habrían sido los indicados para que ella probara lo que estaba tratando de crear, mas le alegró saber que él había sido la primera persona en la que ella pensó para hacer aquello. Era algo que les pertenecía desde el primer año que fue Flash.

—¿Hace cuánto que no tocabas esta investigación?

—Creo que nueve meses —Caitlin confesó, apenada, mientras se encogía de hombros—. Honestamente, desde que regresaste hemos estado ocupados...

—Aún creías que yo iba a volver. —No tuvo la necesidad de preguntar, expresó el hecho en voz alta y le pareció la cosa más lógica del mundo.

—Claro que sí. —Tomó su antebrazo con una sonrisa—. Tú fuiste quien me enseñó que lo imposible siempre puede suceder. ¡Solo míranos!, dos meta-humanos viajando por el multiverso para conseguir una manera de emborracharse.

Barry se rio un momento antes de que sus ojos se fijaran en ella y su expresión se llenara con cariño. Suspiró.

—¿Había dicho ya cuánto te extrañé?

—Lo dices al menos una vez a la semana desde que regresaste —ella señaló, inclinando la cabeza para que su cabello ocultara el rubor que se extendía en sus mejillas, pero pudo ver una parte de la sonrisa complacida que curvó sus labios—. Y, cada vez que lo haces, te digo que yo también te extrañé.

—Espero que esa respuesta no solo sea cortesía, Doctora Snow.

—No. —Su expresión se suavizó cuando volvió a mirarlo—. No, realmente lo digo en serio.

Ahí estaba otra vez. El magnetismo que los unía, esa suave presión en el ambiente que los obligaba a acercarse, acercarse... Barry miró los labios de Caitlin y tuvo la necesidad de hacer lo que tanto había deseado por meses —tal vez incluso años— en aquel momento.

Ella tenía otras ideas. Sacudió la cabeza para quitarse las ideas que había en su mente y decidió romper el momento.

—Además —ella añadió—, sin ti, no tengo a nadie a quién gritarle por ser irresponsable y descuidado cuando sale a pelear contra meta humanos.

—Bien —Alex dijo cuando entró en la habitación, cargando una caja. Ambos se separaron de inmediato, sin haber notado cuándo se acercaron en primer lugar, haciendo que ella frunciera el ceño por su actitud—. Creo que esto es lo que necesitamos para comenzar. Por ahora creo que será suficiente. 

Un poco de silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora