CAPITULO I
Con la vista puesta en el par de hojas que el director le había entregado Vegeta salió de la oficina, apenas empezaba la mañana y se sentía con humor de mil demonios que ni él mismo se soportaba, antes de salir de su casa había tenido una fuerte discusión con su padre, éste le había dejado más que claro que si volvían a expulsarlo del colegio no iba a ayudarlo más económicamente y mucho menos a dejarlo vivir en su casa.
- ¡Tks! Maldito imbécil.- murmuró entre dientes al recordar el suceso con su progenitor mientras observaba en una de las hojas el horario de clases que tendría en esa nueva institución, leyó en las líneas negras que algunas materias eran las mismas que las de su anterior escuela, pero aquí se le sumaban clases de natación y se exigía unirse a un grupo deportivo.- Estupideces.- articuló con desprecio bajando las gradas de forma rápida sosteniendo con firmeza la mochila de cuero oscurecido en su hombro, miró en la parte de arriba del programa que su clase era el grupo "A" de segundo año y que su salón estaba en la segunda planta en el pasillo izquierdo, giró la página mirando en el reverso un pequeño croquis en donde se mostraba el diseño del campus y en qué posición se encontraba cada sitio, detuvo sus pasos un momento al llegar al final de las escaleras y alzó sus orbes oscuras buscando con la vista el pasaje que lo llevaría al aula correspondiente, cuando se percató de cuál era anduvo a través de este hasta que encontró su salón. Al llegar, se quedó estático en la puerta percatándose de la presencia de un hombre mayor en el escritorio intuyendo que ese era el profesor, todos los estudiantes llevaron su mirada hacia él, Vegeta no les tomó importancia y simplemente les dio un ligero repaso para entrar a pasos firmes hasta llegar al maestro.
- ¿Señor Ouji?- preguntó el sujeto al darse cuenta del joven que venía hacia él.
- Hola.- articuló secamente sin ánimos mirando al individuo que se puso de pie.
- Buenos días.- aseveró serio el tipo al ver que el chico no se molestó en saludar educadamente, giró su cabeza para ver a los colegiales que no tardaron en hacer bullicio al cuchichearse entre ellos, las chicas no perdieron ningún detalle del rostro y el cuerpo masculino del jovencito frente a ellas, el chico se notaba serio, tenía facciones duras y podía intuirse un tanto arrogante... pero todas concordaron dentro de sí que era extremadamente atractivo.- ¡Por favor, guarden silencio!- gritó el mayor haciendo callar inmediatamente a los estudiantes, buscó con la mirada a alguien en especial pudiendo hasta ahora notar su asiento vacío, no era difícil encontrarla pues con aquella cabellera turquesa resaltaba entre sus compañeros, arrugó sus cejas blancas al no hallarla moviendo su bigote del mismo color cuando abrió la boca para hablar.- ¿Dónde está Bulma?- preguntó serio escrutando la respuesta en las compañeras de la femenina que siempre estaban con ella.
- No ha venido profesor Gero.- respondió Zuno con timidez al sentirse observada por el superior.
- Bien, entonces vaya y muéstrele las instalaciones a su nuevo compañero el joven Ouji.- ordenó volviendo su atención al estudiante.- Vaya con la señorita Okawa y cuando terminen el recorrido puede ir y comprar estos libros que están disponibles en la biblioteca, lea el capítulo seis y siete de cada uno, sus clases comienzan el lunes.- agregó tomando de la mesa una hoja entregándosela, Vegeta sujetó la página escudriñándola, era una lista con más de cinco nombres diferentes de libros, bufó para sí mismo, todo era un fastidio. La chica a la que había llamado el maestro se puso de pie ante la orden de este, sintió que su corazón se atoró en su garganta cuando llegó frente al nuevo estudiante que la observó con esa mirada negra tan intensa, sonrió retraída entrelazando los dedos de sus manos a la altura de su cintura y agachó la vista, se le hizo imposible mantener la mirada fija en los ojos de él.
- En cuanto le muestre el campus al joven Ouji regresa inmediatamente señorita Okawa.- indicó el profesor viendo a la chica que alzó la mirada asintiendo. Los estudiantes salieron del aula y él regresó a su escritorio para hojear el libro del cual daría la clase ese día.
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"Cuando cae la noche"
Romance» La vida siempre pone ante nosotros duras pruebas para superar, pero hay algunas que marcan nuestro destino haciéndonos difícil olvidar el daño que nos ocasionaron, todo parece perdido, hasta que llega a nosotros una persona especial que nos ayuda...